Jaime de Althaus
Para Lampadia
En el gobierno hay aparentemente dos líneas, una radical y confrontacional, y otra más moderada, pero los últimos acontecimientos indican que se está imponiendo la corriente confrontacional, impulsada por la competencia entre Castillo y Cerrón. En efecto:
- El premier Guido Bellido terminó su respuesta final en el Congreso pidiendo voto de investidura para cambiar la Constitución, luego de un feroz ataque a la Carta Magna del 93. Esto fue lo que dijo Bellido: “La Constitución de 1993, en 20 años, no sólo no ha solucionado la situación de marginación de las mayorías, sino la ha profundizado… Este sistema político y social terminará de todas maneras… Nosotros queremos realizar este cambio en democracia y paz. Buscamos el voto de investidura con este fin”.
- El presidente Castillo sostiene al ministro Maraví (vinculado al senderismo) con argumentos populistas y radicales.
- Hay diferencias entre Castillo y Cerrón, pero son de poder, no de radicalismo. Sin embargo, contradictoriamente, en un momento de lucidez política Castillo habría querido formar un gabinete más conciliador, quizá con Francisco Eguiguren a la cabeza, y Cerrón, como sabemos, lo impidió. Castillo quisiera autonomizarse de Perú Libre y para eso está alentando, a falta de uno, dos partidos. Pero uno de ellos está vinculado nada menos que al ex Conare Movadef.
Es claro que el gobierno mantiene su programa maximalista y está buscando una confrontación con el Congreso, para terminar cerrándolo. El Premier Bellido amenazó con plantear cuestiones de confianza si se intenta censurar ministros, dejando al Congreso relativamente desarmado. Y el presidente Castillo, apelando al clásico juego populista del ataque al Congreso, fustigó a los parlamentarios que piden la salida del indefendible Maraví:
“Invito a estos señores que están pregonando tantas cosas y tildando a los ministros de tal cosa, vamos a debatir allá, al mismo corazón del Vraem. A los congresistas, vamos al Vraem a debatir sobre la gran crisis y problemas que tiene el país.“Vamos sin zapatos, señores. Vamos a conversar allá. Salgan de sus pupitres, salgan de esos espacios cerrados”.
Por eso la cuestión de confianza otorgada al gabinete, pese al rechazo que suscita por razones principistas, tuvo sentido estratégico. Ahora es importante que el Congreso se blinde a la brevedad contra eventuales cuestiones de confianza planteadas por reformas constitucionales, mediante la ley interpretativa que está elaborando la comisión de Constitución.
La persistencia del gobierno en la línea confrontacional y radical, destructora del país, deberá llevar al Congreso a considerar la vacancia presidencial. Para que ello sea viable, sin embargo, la popularidad presidencial deberá descender aún más en las regiones a las que pertenecen los parlamentarios. Para prevenir esa caída, probablemente veremos a Castillo exacerbando su populismo contra los políticos y congresistas y también contra los monopolios, acusándolos de ser los responsables del alza de los precios -cuando la causa es la incertidumbre generada por el gobierno.
Incluso la moderada política económica de Francke le ayudará, cuando los bonos y recursos que se repartan para paliar el alza de los precios generada por el propio gobierno generen el agradecimiento de la población beneficiaria. Un populismo perverso que genera incertidumbre para repartir dinero y levantar popularidad.
Pero si el Congreso ha quedado relativamente desarmado, como decíamos, el contrapeso está ahora más en manos del sistema judicial y la prensa, que mantienen aún su independencia y su firmeza denunciando los antecedentes delincuenciales y filo terroristas de algunos de los miembros del gobierno y del partido. Las Fuerzas Armadas, por su parte, han logrado defender hasta ahora su institucionalidad e incluso jugaron un papel en la salida de Béjar, pero la Policía es un terreno de disputa con resultado incierto, donde los intentos de impedir investigaciones a personajes del gobierno y de Perú Libre y de tomar las unidades de investigación, encuentran a un comandante general dócil.
En este contexto, un factor clave han de ser las movilizaciones ciudadanas, que deberían calentarse luego de la inaudita defensa presidencial a un ministro claramente vinculado al senderismo y de una decisión confrontacional a ultranza que puede llevar al país al despeñadero. Lampadia