El Índice de Democracia Global de The Economist Inteligence Unit, que analizamos y compartimos líneas abajo, registra el deterioro de la democracia de EEUU, que ha sido degradada, y nos muestra las mayores debilidades del Perú. La publicación incluye 60 indicadores usados para determinar el score de cada país, de modo que puede constituirse en una hoja de ruta para nuestras tareas pendientes.
Estados Unidos ya no es una democracia plena, afirmó recientemente la prestigiosa Unidad de Inteligencia de la publicación británica “The Economist”, que compila cada año un Índice de Democracia, proporcionando «una imagen del estado de la democracia en todo el mundo para 167 países». El país que durante mucho tiempo se ha definido como el estándar de la democracia para todo el mundo ahora es considerado «una democracia imperfecta».
La unidad del índice se basa en los resultados de 60 indicadores que se agrupan en cinco categorías: proceso electoral y pluralismo, libertades civiles, funcionamiento del gobierno, participación política y cultura política. La clasificación de los países se hace de acuerdo a su puntuación: países con democracia plena, países con democracia imperfecta, países con regímenes híbridos y países con regímenes autoritarios. Esto se puede observar más claramente en la tabla inferior:
Para ser clasificado como una democracia plena, un país debe mantener una calificación de 8.0 a 10.0, basada en las cinco categorías. La calificación de EEUU fue de 8.05 el año pasado, pero este año cambió de categoría bajando a 7.98, por lo que ya no está clasificado en la categoría de «democracia plena» con Australia, Canadá, Alemania y el Reino Unido. Y está muy por debajo de las democracias sociales como Noruega (Nº 1 en el Índice de Democracia 2016), Islandia (Nº 2) y Suecia (Nº 3).
En el caso de EEUU, “La confianza popular en el funcionamiento de las instituciones públicas ha disminuido [en EEUU]», explica la introducción al recién publicado Índice de Democracia. Continúa diciendo que “para aquellos de nosotros que desde hace muchos años estamos preocupados por el vulnerable estado de la democracia en Estados Unidos, la noticia es aún más preocupante porque el análisis del Índice de Democracia nos recuerda que esto va mucho más allá de Donald Trump, como se puede ver en el gráfico inferior, el cual muestra que desde el 2003, la confianza de los estadounidenses ha venido cayendo en picada”.
«La confianza popular en el gobierno, los representantes electos y los partidos políticos ha caído a niveles extremadamente bajos en EEUU. (…) Al golpear una tensión profunda del descontento político con el funcionamiento de la democracia, Trump se convirtió en un beneficiario de la baja estima en la cual los votantes de los EEUU sostienen a su gobierno, los representantes elegidos y los partidos políticos”.
Un patrón similar de disminución de la confianza popular en las elites políticas y en las instituciones también ha sido evidente en Europa. Este descontento ayudó a disminuir las puntuaciones de más de 70 países en comparación con 2015. Aunque Gran Bretaña es uno de los principales ejemplares de esta tendencia, fue uno de los 38 países que registraron un mejor puntaje gracias a la sólida participación del 72.2% en el referéndum Brexit de junio de 2016.
Los países desarrollados de la OCDE en Europa dominan entre las «democracias plenas» del mundo. Según The Economist, “el predominio casi completo de los países de la OCDE entre los clasificados como ‘democracias plenas’ sugiere que el nivel de desarrollo económico es una restricción significativa, sino una obligación, para el desarrollo democrático”. Las ‘democracias imperfectas’ se concentran en América Latina (15), Europa del Este (13) y Asia (13), aunque Europa occidental cuenta ahora con seis, incluidos los principales países europeos como Francia e Italia.
A nivel global, el ranking se encuentra liderado por Noruega con un puntaje de 9.93 de 10, seguido por Islandia con 9.58 y Suecia con 9.45. El primer lugar entre países de América Latina fue Uruguay, alcanzando la 19ª posición con un puntaje de 8.17, seguido por Costa Rica en el puesto número 23. El Perú ocupa el lugar 59, con una puntuación de 6.65. Nuestro vecino, Chile, obtuvo el puesto 34, Brasil el 51 y Colombia el 57.
En 2016, el aumento del populismo trastornó el establishment político y el statu quo en gran parte del mundo, pero América Latina resistió en gran medida la tendencia. Sufriendo de una «resaca populista», como lo tilda The Economist, la región comenzó a moverse en una dirección más estable en 2016, con candidatos de centroderecha y pro-mercado tomando el mando en muchos países.
Según The Economist, América Latina sigue siendo la región más democrática de los países en desarrollo. Sin embargo, la puntuación media de la región ha continuado disminuyendo, bajando a 6.33 en 2016, de un promedio anual de 6.37 en 2011-15 y un pico de 6.43 en 2008. Perú, por su lado, obtuvo una puntuación de 6.65, ocupando el puesto 59 a nivel global y 12 a nivel regional. La categoría en la que obtuvo el menor puntaje es Cultura Política, seguido por el Funcionamiento del Gobierno.
Una cultura política democrática es crucial para la legitimidad, el buen funcionamiento y, en última instancia, la sostenibilidad de la democracia. Esto se debe a que “una cultura de pasividad y apatía -una ciudadanía obediente y dócil- no es consistente con la democracia. El proceso electoral divide periódicamente a la población en ganadores y perdedores. Una cultura política democrática exitosa implica que las partes perdedoras y sus partidarios acepten el juicio de los votantes y permitan la transferencia pacífica del poder”. Por otro lado, Funcionamiento del Gobierno se refiere a la capacidad del gobierno de implementar sus decisiones democráticamente.
En el caso del Perú, nuestras peores calificaciones se dan en ‘Cultura Política’ (4.38/10.0) y ‘Funcionamiento del Gobierno’ (5.36/10.0). Para profundizar el análisis de estas categorías, el cuadro inferior muestra ejemplos de las preguntas hechas en las encuestas del Economist Intelligence Unit, con las que determinaron su ranking.
Ejemplo de encuesta de Opinión Pública para Índice de Democracia
Entonces, ¿triunfó de la democracia este año? Esta fue la pregunta planteada por el Economist Intelligence Unit dado los dramáticos acontecimientos políticos de 2016. La respuesta del equipo fue inequívocamente negativa. “La respuesta predominante entre las élites políticas a los acontecimientos de 2016 ha sido la de arruinar la reacción popular contra el orden democrático y de interpretarlo como una amenaza para el futuro de la democracia liberal. Algunos incluso han cuestionado si se debe confiar en la gente común para tomar decisiones sobre asuntos importantes como la pertenencia del Reino Unido a la UE. Sin embargo, la reacción popular contra el orden establecido también puede verse como una consecuencia, no una causa, de las fallas de la democracia contemporánea”. Lampadia