Putin ha ido construyendo su base de poder absoluto con el discurso de reconstruir la ‘Gran Rusia’ mucho antes de que Trump anunciara ‘América Primero’. Según afirma Timothy Garton Ash (La doctrina del resentimiento), para Putin, todo es parte de un gran ajedrez geopolítico de jugadas maestras y contra jugadas, basada en sus deseos de recuperar los territorios perdidos después del colapso del imperio soviético. Pues por más increíble que pueda parecer, “Putin tenía y sigue teniendo una definición ‘völkisch’, amplia y racial, de los rusos: ahora habla del ‘russkiy mir’, literalmente, el ‘mundo ruso’”.
El pasado lunes fue el ‘Día de Rusia’, fecha en que se conmemora la Declaración de la Soberanía Nacional de la Federación de Rusia, en el que suelen darse festividades en todo el país. Este año, las celebraciones fueron reemplazadas por manifestaciones anti-corrupción con la participación de miles de personas.
Según la BBC, unos 200 permisos de protesta se presentaron en todo el país y se concedieron 169, en ciudades como Vladivostok y Norilsk, que van de un extremo al otro. El cambio de locación para las protestas no fue aceptado, y la policía tuvo la libertad para detener a los manifestantes, lo que resultó en más de 1,000 detenciones en Moscú y San Petersburgo.-:
De izuierda a derecha: (cartel azul) «Es una lástima. Cobardes. Ladrón». (Cartel rojo) «La corrupción nos está robando nuestro futuro»
Fuente: El Pais Internacional
Las imágenes de jóvenes detenidos se están convirtiendo en el símbolo del movimiento de oposición. Los manifestantes gritaban consignas como “Fuera el zar”, “Putin ladrón”, “Rusia será libre”, “Somos el poder”, y “Medvédev dimisión”. Esta vez, incluso el gigante pato inflable fue «arrestado», que era usado para burlarse del primer ministro Dmitry Medvedev que hace un tiempo construyó una casa para patos dentro de una de sus lujosas residencias.
Fuente: Twitter
¿A qué se deben estas protestas? El día nacional fue elegido por el líder de la oposición Alexey Navalny como la última ronda de manifestaciones diseñadas para conseguir apoyo en su intento de derrocar al presidente Vladimir Putin en las elecciones del próximo año. El activista de 41 años ha sido un crítico abierto de lo que él dice es un régimen corrupto liderado por Putin y sus aliados -en particular el primer ministro Dmitry Medvedev- y está usando alegatos de impropiedad del gobierno para reunir apoyo.
Fuente: meduza.io
La participación política de Navalny, descubriendo y exponiendo la corrupción en el gobierno ruso, así como galvanizando a las masas en una escalada sin precedentes, con la esperanza de promover «un estado democrático moderno», ha hecho que protagonice muchas escenas en tribunales y centros de detención a lo largo de los años. Esta vez, Navalny fue detenido antes de que siquiera llegara a la manifestación y fue condenado a 30 días de arresto administrativo.
Fuente: ElPaís Internacional
Estas manifestaciones reflejan un cambio generacional. Fueron protagonizadas por gente joven, de alrededor de veinte años, la mayoría de los cuales no tienen memoria de su país sin Putin. «El objetivo de la democracia es que se necesitan diferentes gobernantes en diferentes momentos», dijo un estudiante de ingeniería informática que asistía a su primera protesta. «Han estado en el poder durante 17 años, ya es hora de cambiar al líder».
Fuente: livejournal.com
A medida que las marchas se extendían por todo el país, el oficialismo permaneció en silencio. La televisión estatal ignoró las protestas y se centró en las ferias y eventos conmemorativos, que atrajeron a decenas de miles sólo en Moscú. Pero el hecho de que se hayan formado tantas manifestaciones apunta a la debilidad del sistema que Putin ha creado. Las protestas atacan la legitimidad y la falta de rendición de cuentas de su gobierno, que algunos analistas llaman su mayor vulnerabilidad. Aparentemente, al igual del imperio soviético, la dictadura de Putin, tendría pies de barro.
En Washington, donde el presidente Trump se ha enfrentado a una creciente controversia sobre la intromisión de Rusia en las elecciones de 2016, la Casa Blanca criticó la respuesta de Moscú a las protestas. Recordemos que hace unas semanas, Putin reconoció que ‘patriotas rusos’ habían intervenido las elecciones en EEUU y Francia y que era un fenómeno difícil de controlar.
Putin necesita 10 policías para controlar a una estudiante
Fuente: BBC.com
«Detener a manifestantes pacíficos, observadores de derechos humanos y periodistas es una afrenta a los valores democráticos fundamentales», dijo el secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, en una declaración. «El pueblo ruso, como todo el mundo, merece un gobierno que apoye un mercado abierto de ideas, una gobernanza transparente y responsable, la igualdad de trato bajo la ley y la capacidad de ejercer sus derechos sin temor a represalias».
Por su lado, Trump tampoco está libre de acusaciones de corrupción. La admisión del presidente Donald Trump de que está siendo investigado por despedir al director del FBI, James Comey, quien lideraba la investigación sobre la supuesta intrusión electoral de Rusia en EEUU, da más razones para acusarlo de obstruir la Justicia.
«Estoy siendo investigado por despedir al director del FBI por el hombre que me dijo que despidiese al director del FBI. Caza de brujas», dijo Trump el viernes en Twitter. El mensaje del mandatario añade más interrogantes que certezas en un nuevo giro de la compleja investigación sobre la presunta injerencia rusa en las elecciones de 2016, y de la que se ha inhibido el fiscal general, Jeff Sessions, por sus encuentros con el embajador de Moscú en Washington, Serguéi Kislyak.
Esta no es la primera de las barbaridades que viene haciendo o proponiendo Trump, como cuando divulgó códigos secretos – en otras palabras, algo de la información altamente clasificada que el gobierno de los EEUU – al embajador y ministro ruso de relaciones exteriores, durante una reunión en la Oficina Oval. Ver en Lampadia: Donald Trump: You are fired!
A estas alturas queda claro que tiene una relación cercana (de negocios y quién sabe más) con el nefasto Vladimir Putin, quien con una prepotencia inusitada en la política del mundo pos ‘guerra fría’, ya había hecho retroceder a Obama en Ucrania y Siria, algo que ayudó en el empoderamiento de Putin, dentro y fuera de Rusia. Ver nuestras notas anteriores sobre Rusia y Putin:
Riesgos globales según el Economist Intelligence Unit
Una lucha de extremos que solo trae inquietud al mundo
Un occidente débil frente a un Putin envalentonado
Recordemos que cuando Vladimir Putin ascendió a primer ministro en 1999, el entonces presidente Boris Yeltsin declaró: “He decidido nombrar a la persona que, en mi opinión, es capaz de consolidar nuestra sociedad, garantizar la continuación de las reformas en Rusia con el apoyo de las más amplias fuerzas políticas. Él será capaz de ponerse al frente de los que en el nuevo siglo XXI tendrán que renovar nuestra gran Rusia”.
Hoy en día, Rusia a logrado resurgir como potencia mundial. A frenado a la Otan en la frontera de lo que considera sus zonas de ‘influencia’, intervino sin tener que dar marcha atrás en Georgia, Crimea, la desestabilización del resto de Ucrania, paró a Putin en Siria, habría auspiciado a los “hackers” de las elecciones en EEUU y Francia, mantiene relaciones peligrosas con Trump y su entorno, y hoy, Rusia es nuevamente un factor determinante en la geopolítica global.
Ahora el miedo es hasta dónde llega la presencia política y militar de Rusia en sus distintos frentes. Ya ha dejado clara su decisión de reubicar a su país en la cúspide geopolítica. Esta influencia del ‘oso ruso’ emerge ante la falta de liderazgo en Occidente, sobre todo después de la paulatina retirada de los EEUU. Lampadia