Tras el reciente proceso de impeachment de su presidente, Corea del Sur enfrenta un futuro económico incierto; el cual ha sido analizado en un informe del Economist Intelligence Unit titulado “South Korea: Making up for lost time”. En mayo eligieron a un nuevo presidente, Moon Jae-in, con una plataforma de reforma agresiva, quien prometió a los votantes que se enfrentaría a la corrupción gubernamental y corporativa, particularmente los lazos entre el gobierno y los grandes conglomerados, conocidos como chaebol, que han jugado un rol dominante en el crecimiento económico de Corea del Sur (ejemplos de estas empresas son Samsung y Hyundai).
Fuente: clarin.com
Los signos positivos para la economía son cada vez más aparentes. El Banco Central y el Fondo Monetario Internacional elevaron sus proyecciones para el crecimiento de este año, y el ministro de Finanzas, Yoo Il-ho, dijo que la expansión podría superar la proyección del 2.6 %. Se espera que las exportaciones aumenten por sexto mes en abril, y la confianza del consumidor se recuperó cerca de los niveles observados antes de que el escándalo político estallara a fines del año pasado.
Reformas en el mercado laboral
Una de las prioridades más inmediatas para el nuevo gobierno es la implementación de una reforma del mercado laboral, que incluye la creación de empleo y un aumento del salario mínimo. Dado que la administración anterior estuvo permanentemente envuelta en escándalos y crisis, hay mucho por hacer. Existen varios proyectos de ley de desregulación encaminados a eliminar los trámites burocráticos innecesarios, la creación de paraísos comerciales en todo el país y la liberalización de grandes sectores del sector de servicios que quedaron atrapados en la telaraña legislativa. Los proyectos de ley de reforma buscan crear un mercado de trabajo más flexible.
A pesar de la baja tasa global de desempleo de Corea del Sur de 3.7% en 2016, que se compara con un promedio de la OCDE de 6.3%, el mercado laboral local sufre de problemas estructurales cuyos efectos son cada vez más visibles. El mercado laboral del país se ha ido dividiendo cada vez más en un rígido sistema dual que consiste en un segmento privilegiado de trabajadores regulares y un conjunto menos protegido de trabajadores irregulares. Esta segmentación está perjudicando a los jóvenes, que a menudo luchan por encontrar trabajo regular. El desempleo de los jóvenes se elevó a un récord de 10.7% en 2016, aunque es probable que esta cifra subestime el problema, ya que muchos jóvenes graduados trabajan en puestos irregulares mal remuneradas.
En Corea del Sur, las PYME representan alrededor del 99% de todas las empresas y emplean el 88% de los trabajadores (siendo el resto las chaebols), según la Administración de Pequeñas y Medianas Empresas. Por lo tanto, no es sorprendente que Moon Jae-in se haya autodenominado el «presidente de los puestos de trabajo» durante su campaña. Su lista de promesas, que anunció que sería financiada por un plan de estímulo de US$ 8,800 millones incluye la creación de 810,000 empleos en el sector público y el aumento del salario mínimo.
La reforma chaebol
Además, una de sus principales promesas tiene que ver con las reformas financieras para evitar la nociva cercanía al poder de los ‘chaebol’, aquellos conglomerados industriales controlados por clanes familiares que muchas veces han participado de esquemas de corrupción con el sistema político.
El nuevo presidente Moon quiere presionar a los cuatro grandes, Samsung, Hyundai, SK y LG. «Tomaré la iniciativa para reformar a los conglomerados», dijo. Según él, «las familias de los chaebols están en el centro de muchos delitos de cuello blanco, como el fraude fiscal, las cajas negras y la evasión fiscal». Los directivos culpables de delitos financieros se han beneficiado a menudo de suspensión de penas, ya que los tribunales temen los riesgos económicos a los que se expondrían con castigos más severos.
Política de Rayo de Sol
El nuevo presidente surcoreano debe gobernar un país profundamente dividido entre conservadores que ven en Corea del Norte su principal enemigo, y liberales que quieren un acuerdo de paz con su vecino del norte. No obstante, se espera que Moon introduzca cambios importantes en la política exterior que sin duda afectarán el delicado equilibrio regional.
En principio, Moon pretende volver a la “Política del Sol”, de mayor cooperación con Corea del Norte, implementada desde 1998 por el entonces presidente Kim Dae-jung, y que le valiera el Premio Nobel de la Paz. El nombre proviene de “El Viento y el Sol,” una fábula de Esopo cuya moraleja indica que la persuasión es más poderosa que la violencia. La idea se basa en antiguos modos tradicionales coreanos de lidiar con los enemigos dándoles regalos para evitar que hagan daño.
Innovación y la Cuarta Revolución Industrial
Una tarea aún más formidable para el nuevo presidente será encontrar nuevos impulsores de crecimiento para la economía. Desde los años sesenta, el país ha estado construyendo agresivamente un sector intensivo en capital, orientado a la exportación, que se convirtió en su principal motor de crecimiento. Pero, según el Economist Intelligence Unit, Moon Jae-in asumirá el reto de diseñar un cambio de paradigma para la economía, que pasaría a ser impulsada por la innovación en lugar de la fabricación orientada a la exportación.
Problemas nucleares
Según el Economist Intelligence Unit, las posibilidades de un conflicto militar en la península coreana siguen siendo bajas. La guerra nuclear es un resultado que todos los países involucrados quieren evitar. Las consecuencias serían inimaginables: una pérdida significativa de vidas, vastas extensiones de tierra deshabitadas, caos económico, cambio de régimen y desplazamiento de millones de personas.
El presidente ha pedido una combinación de negociaciones y cooperación económica junto con medidas militares y de seguridad. «Confío en liderar los esfuerzos diplomáticos que involucran a múltiples partidos, lo que conducirá al abandono total del programa nuclear de Corea del Norte, y traerá la paz en la relación entre el Sur y el Norte, la cooperación económica y la prosperidad mutua», dijo Moon el pasado 25 de abril.
Sus reformas son muy audaces, Pero, después de nueve años de gobierno conservador, será difícil que Moon ponga en práctica su agenda, especialmente porque su partido demócrata ocupa sólo el 40% de los 299 escaños en la Asamblea Nacional. Para tener éxito, Moon tendrá que reexaminar cuidadosamente la eficacia y factibilidad de sus promesas de campaña e identificar las medidas más prometedoras.
Fuente: cccspain.com
Por último, hay dudas reales acerca de hasta qué punto Moon podrá seguir hacia adelante con la reforma chaebol. Las administraciones anteriores no han podido reformar las estructuras de propiedad del chaebol ni limitar su poder de mercado. Después del escándalo político que llevó al impeachment del predecesor de Moon, hay un creciente impulso público para implementar reformas en Corea del Sur. Esperamos que Moon lo aproveche al máximo. Lampadia