Comentario de Lampadia
Nuestras regulaciones laborales y sus impactos en el mercado de trabajo son muy similares a las de Francia. Ahora, el gran maestro del Estado del Bienestar y vendedor de “buenas intenciones”, ha tenido que emprender una reforma que trata de acercarse al exitoso modelo alemán, que supo flexibilizar su mercado laboral oportunamente. Así como seguimos a Francia levantando muros que desincentivaban la creación de empleo de largo plazo y formal, nos toca ahora, acompañarlos en una reforma efectiva. Ver artículo de The Economist.
Francia y las reformas del mercado laboral
Publicado por The Economist, el 25 de abril 2015
Traducido y glosado por Lampadia
El presidente francés,François Hollande, intentaalcanzara otros países más competitivos. Sus esfuerzos parecenlimitados y tardíos.
Cuando Francia y Alemania no respetaron el techo de 3% del PBI para los déficits fiscales, Alemania usó su exceso fiscal para ser más competitivo y flexibilizar su mercado laboral. Francia introdujo la semana laboral de 35 horas y empeoró las cosas.
Ahora Francia está incumpliendo una vez más las reglas fiscales y se le ha dado más tiempo para reducirlo. El acuerdo no escrito es que esta vez harán una verdadera reforma, sobre todo del mercado laboral. El Código de Trabajo de Francia, un gigantesco libro rojo, tiene 3,809 páginas, 45% más que hace diez años. Solo el acuerdo de negociación colectiva para los peluqueros abarca 196 páginas.
El desempleo es menos de 5% en Alemania y más de 10% en Francia. Muchos jóvenes abandonan sus estudios y deambulan sin calificaciones durante años. La proporción de jóvenes que no están estudiando, trabajando o en formación laboral es del 19%, casi el doble que en Alemania. La tasa de empleo global es de 74% en Alemania y 64% en Francia. En personas de entre 55 a 64 años de edad, sólo el 47% de los franceses trabajan, comparado al 66% de los alemanes, (véanse los gráficos 1 y 2).
En su reforma, Alemania acortó el plazo máximo para recibir beneficios por desempleo, volvieron más difícil rechazar ofertas de trabajo y otorgaron a pequeñas empresas mayores facilidades para despedir personal. Esto, combinado con acuerdos de moderación de ofertas de salarios entre los sindicatos y los empleadores, de servicios de bajos salarios, levantó el empleo y limitó la pérdida de empleos durante la crisis trajo como resultado una inyección de flexibilidad que facilitó la creación de puestos de trabajo en el sector financiera del 2008-09.
Por el contrario, la izquierda y derecha francesas, aceptaron implícitamente el alto desempleo como el precio a pagar para brindar más seguridad y mejores salarios a los que sí trabajan. Esto ha creado un mercado de trabajo dual de insiders y outsiders (ver artículo). Los empleadores están temerosos de crear puestos de trabajo permanentes por la incertidumbre y los altos costos de despido. Contratan sólo a corto plazo. Más del 80% de las nuevas contrataciones en Francia son a tres meses o menos.
El gobierno francés ha cambiado su postura. Se habla menos de aumentar el ya elevado salario mínimo subsidiado, y más de los incentivos del mercado. Tras tres años de casi cero crecimiento y preocupaciones de que no caiga el desempleo antes de las elecciones 2017, las mentes se han centrado.
¿Hasta qué punto está listo el gobierno para lograr una reforma laboral? El gobierno está haciendo un montón de pequeñas cosas que vuelven difícil juzgar la totalidad. Ha decidido no hacer una gran reforma del mercado laboral .Algunas reformas dependerán de las conversaciones entre empresarios y sindicatos, a pesar de que sólo el 8% de los trabajadores del sector privado pertenecen a uno.
El cajón de reformas francés incluye un proyecto de ley, incluye eliminar las mayores regulaciones para empleadores con más de 49 trabajadores.
El gobierno tiene que recortar el déficit de € 4,000 millones (US$ 4.3 mil millones) en el fondo de desempleo-seguro. (Véase el gráfico 3).
En un informe reciente que comparó Francia y Alemania, se señalaron las deficiencias de la reforma francesa. «Las reformas parciales a menudo no proporcionan suficiente claridad a los agentes económicos, la percepción externa de las prioridades y orientaciones siguen siendo poco claras».
Estas reformas son útiles, pero no están ni remotamente cerca de las medidas que Francia necesita para generar muchos más empleos permanentes en el sector privado. El alto nivel del salario mínimo es visto como un tabú, incluso para los jóvenes. Jean Tirole, Premio Nobel de Economía, dice que «en algún momento, se tiene que enfrentar la dualidad del mercado de trabajo y el excesivo protagonismo de los jueces en los procedimientos de despido.»
A pesar de que muchos socialistas se muestran escépticos, el público no lo parece tanto. Menos del 5% de los votantes apoyan el Partido Comunista, el principal patrocinador del sindicato más grande de Francia. Puede que Hollande no gane amigos de la izquierda conla reforma laboral. Pero si falla, tiene pocas posibilidades de reactivar el empleo antes de 2017.