Bill Gates y Warren Buffett tienen más en común que su tremendo éxito profesional; también han emprendido importantes aventuras juntos y son muy buenos amigos. En una reciente publicación de Bill Gates en su blog personal, GatesNotes, el fundador de Microsoft y filántropo rindió homenaje a su mentor y amigo de 25 años, ya que la semana pasada cumplieron las ‘bodas de plata’ del día en que se conocieron y sellaron su amistad.
“Creo que la fecha está claramente grabada en mi mente porque marcó el comienzo de una nueva e inesperada amistad para Melinda y para mi, una que ha cambiado nuestras vidas para mejor en todas las formas imaginables», escribe Gates. Buffett es uno de los dos números de teléfono que Gates mantiene en marcado rápido y a menudo se pregunta: «¿Qué haría Warren?».
Esta amistad entre Gates, de 60 años, y Buffett, 85, ha producido una de las asociaciones de más alto perfil entre la gente del mundo de los negocios. Gates es accionista y director de Berkshire Hathaway Inc. (de Buffett) y Buffett ha donado millones de dólares a la fundación formada por Gates y su esposa, Melinda, a la que apoya como fiduciario.
Juntos, los tres empezaron la mayor iniciativa filantrópica de la historia, el ‘Compromiso de Dar’ (‘Pledge to Give’ en inglés) en 2010 para alentar a los multimillonarios a donar como mínimo el 50% de su fortuna a caridad, dirigida a los más pobres, muy lejos del lugar donde hicieron sus fortunas, mayormente, en el África. Buffett ha afirmado estar especialmente impresionado por el entusiasmo que Gates y su esposa tienen por tratar de hacer el mayor bien para el mayor número de personas.
“The Giving Pledge es un esfuerzo por ayudar a la sociedad en los problemas más urgentes, invitando a las personas y familias más ricas del mundo a que se comprometan a dedicar más de la mitad de su riqueza a la filantropía o a obras benéficas, ya sea durante su vida o después de su muerte”. Así resumieron su iniciativa el inversionista Warren Buffett y el dueño de Microsoft Bill Gates, en el verano del 2010, cuando dieron a conocer la organización al mundo entero. Dos de las mayores fortunas del planeta querían arrimarían el hombro para ayudar en un momento económico muy delicado. Pero, no sólo eso, sino que instaban a hacerlo a todos los multimillonarios de los Estados Unidos. Y además, en el caso de los Gates, no solo han puesto su fortuna para ayudar a los pobres, también dedican su tiempo personal para conducir de cerca sus proyectos humanitarios.
“Un gran hito para nosotros fue cuando nuestro amigo Warren Buffet decidió darnos la gran mayoría de su fortuna, también para la fundación. Eso casi duplicó la escala del trabajo que podíamos hacer. Fue muy emocionante e hicimos lo mejor que pudimos para responder a la confianza que había puesto en nosotros”, añadió Gates en una entrevista con The Guardian.
En Lampadia hemos seguido muy de cerca esta gran iniciativa, reportado la nueva ola de filantropía y su rol en cubrir las necesidades de los más pobres. La hemos calificado como: “El circuito virtuoso del capitalismo”. Ver: El Circuito Virtuoso del Capitalismo y Otro testimonio de filantropía orientado a los pobres.
Líneas abajo compartimos la nota de Gates en que describe el inicio de una bella y generosa amistad. Lampadia
Bodas de plata
25 años de aprendizaje y risas
(Bill Gates sobre su relación con Warren Buffett)
Por Bill Gates
Publicado en GatesNotes
5 de Julio de 2016
Traducido y glosado por Lampadia
No recuerdo el día exacto en que conocí a la mayoría de mis amigos, pero con Warren Buffett si me acuerdo. Fue hace 25 años exactamente: 5 de Julio, 1991.
Creo que la fecha está claramente grabada en mi mente porque marcó el comienzo de una nueva e inesperada amistad para Melinda y para mi, una que ha cambiado nuestras vidas para mejor en todas las formas imaginables.
Warren nos ha ayudado a hacer dos cosas que son imposibles de sobrepasar en una sola vida: aprender más y reír más.
Durante el último cuarto de siglo de nuestra amistad, hemos hecho mucho de ambos. Melinda y yo nos referimos constantemente a alguna ‘joya de sabiduría’ que Warren compartió con nosotros o, riendo, cuando recordamos algo gracioso que dijo o hizo.
Con motivo del aniversario de nuestra amistad, pensé que podía a compartir algunos de mis recuerdos favoritos de ese tiempo juntos:
Un comienzo incómodo: A primera vista, podría parecer que Warren y yo no somos compatibles. Yo soy un nerd tecnológico. El es un inversionista que no utiliza correo electrónico. De hecho, nunca pensé que llegáramos a ser amigos.
En 1991, cuando mi madre me llamó para ir a nuestra casa de vacaciones en Hood Canal para encontrarnos con un grupo de amigos, entre ellos Warren, no quería ir. Le dije que estaba demasiado ocupado en el trabajo. Warren sería interesante, insistió mi madre. Pero yo no estaba convencido. «Mira, él solo compra y vende pedazos de papel. Eso no tiene un verdadero valor agregado. No creo que tengamos mucho en común «, le dije. Con el tiempo, me convenció en ir. Acepté quedarme por no más de dos horas antes de regresar a trabajar en Microsoft.
Entonces me encontré con Warren. Comenzó a hacerme algunas preguntas sobre el negocio del software y por qué una pequeña empresa como Microsoft podría esperar competir con IBM y cuáles fueron los conjuntos de habilidades y la fijación de precios. Estas fueron sorprendentemente buenas preguntas que nadie me había hecho. Pronto estubimos perdidos en una conversación que duró horas y horas. No parecía un inversionista tagarote. Tenía un modo muy sencillo de hablar sobre lo que hacía. Era divertido, pero lo que más me impresionó fue la claridad con la que pensaba sobre el mundo. Se dio una profunda amistad desde nuestra primera conversación.
Galletas Oreo en el desayuno: Una cosa que sorprende aprender sobre Warren es que básicamente se dedica a comer lo que le gustaba cuando tenía seis años. Ya superó los alimentos para bebés, por supuesto, pero sobre todo come hamburguesas, helados y Coca-Cola. (Esa es una razón por la que es tan divertido ir a cenar con él). Recuerdo una de las primeras veces que se quedó en nuestra casa y abrió un paquete de galletas Oreo para comer en el desayuno. Nuestros niños inmediatamente exigieron comer algunas. Puede que establezca un mal ejemplo para los jóvenes, pero es una dieta que de alguna manera le funciona.
«¡Nos encanta lo que has hecho con el comedor, Warren!». Cuando Warren nos invitó a Melinda y a mí a quedarnos en su casa en Omaha por primera vez, nos dio un tour. Cuando llegamos al comedor, vimos que no había asientos en las sillas. Warren estaba tan sorprendido como nosotros. «¿Qué está pasando?», dijo, examinando sus sillas. Finalmente, se enteró que los cojines habían sido retirados meses antes para arreglarlos, pero no se había dado cuenta hasta entonces. (Debe de haber estado comiendo sus galletas Oreo y helados en la cocina.) Hasta ahora nos reímos de esa visita.
Para consultas de clase mundial, presione 2: En mi oficina tengo sólo dos números en marcado rápido: mi casa y Warren. Si Warren tiene tiempo para una llamada, es el punto culminante de mi semana. Estoy constantemente aprendiendo cosas de él. A Warren y a mí nos encanta hablar de empresas, política, acontecimientos mundiales y las nuevas innovaciones. Y es realmente emocionante tener a alguien que estudia estas cosas bajo un punto de vista diferente. Él tiene los ojos de inversionista económico y yo tengo los ojos de un tecnólogo hacia las cosas. Como fiduciario de nuestra fundación, Warren es un socio increíble. Cuando nos enfrentamos a un reto, a menudo nos preguntamos, «¿Qué haría Warren?» Por lo general, nos lleva a una mejor respuesta. Warren y yo somos compañeros, pero a veces él es mucho más sabio que yo, como una figura paterna.
Involucrado emocionalmente: Warren ganó una reputación como el «Oráculo de Omaha» por su astuto enfoque para invertir en el negocio. Pero está igualmente dotado para la inversión en las personas. Siempre me sorprende la forma en que es capaz de atraer a la gente y hacer que para ellos sea divertido aprender de él. A pesar de que mantiene una ocupada agenda, Warren encuentra tiempo para cultivar amistades con algunas otras personas que conozco. Toma el teléfono y llama a saludar. Envía por correo regularmente artículos que ha leído y que piensa que a Melinda o a mi nos pueden resultar interesantes.
He aprendido muchas cosas de Warren en los últimos 25 años, pero tal vez lo más importante es: ‘de qué se trata la amistad’. Se trata de ser el tipo de amigo que uno desearía tener para uno mismo. Todo el mundo debería tener la suerte de tener un amigo que es tan considerado y amable como Warren. Hace todo lo posible para que las personas se sientan bien consigo mismas y compartan su alegría por la vida.
Al día de hoy, cada vez que voy a Omaha (trato de hacerlo siempre que puedo), Warren todavía conduce al aeropuerto a recogerme. Es un pequeño gesto, pero significa mucho para mí. Siempre estoy impaciente por que se abran las puertas del avión porque sé que Warren estará esperándome con una nueva historia o una broma y voy a aprender y reír con él nuevamente.
Gracias por tu amistad, Warren. Han sido unos sorprendentes 25 años. Espero tener muchos más recuerdos contigo en los próximos años.
Lampadia