El Fondo Monetario Internacional advirtió recientemente sobre cómo las dificultades económicas globales están impulsando una ola populista que está en contra de la globalización y del comercio internacional. El discurso anti libre comercio y anti globalización viene expandiéndose en el mundo, sobre todo en los países ricos, sumado a la inestabilidad e incertidumbre política, generada por el aumento de la desigualdad en las economías avanzadas, la migración y por el impacto del Brexit. Estos ‘scapegoats’ (chivos expiatorios) de los países ricos pueden tener consecuencias irremediables para la economía mundial, los mercados financieros y sobre todo para los países emergentes, como el Perú, pues sus políticos populistas tienen socios ideológicos locales, nuestras ominosas izquierdas de las ideas muertas. (Ver: El sándwich que amenaza a los países emergentes).
Fuente: pinterest.com
En una reciente publicación del Financial Times, “El vice Primer Ministro de Singapur advierte sobre el retiro de Estados Unidos en Asia”, Tharman Shanmugaratnam, el segundo hombre en el gobierno, se refirió al aumento del populismo como consecuencia del surgimiento de políticos que están promoviendo un discurso contra el libre comercio y lo que calificó como anti-globalización. “Hay una tendencia de un populismo profundamente anti-globalización que ha llevado a algunos políticos a usar esa retórica para ganar apoyo y eso está provocando incertidumbre», dijo.
Pero esto ya no es novedad. Tanto EEUU como en Europa han aumentado las voces políticas y sociales contrarias al futuro tratado de comercio trasatlántico (TTIP, en sus siglas en inglés), cuya negociación ha entrado en vía muerta. Y el Acuerdo Pacífico que firmó Barack Obama (el TPP) está en tela de juicio en la campaña presidencial estadounidense: Trump lo ha amenazado y la demócrata Hillary Clinton también cree que debe cambiarse.
Como afirma Paola Subacchi, en su columna “El Libre Comercio Encadenado” publicada en Project Syndicate, “Las encuestas de opinión en ambos lados del Atlántico identifican el comercio como una de las principales fuentes de descontento en las democracias desarrolladas del mundo. Una encuesta realizada por YouGov se afirma que aproximadamente el 71% de los estadounidenses y el 58% de los alemanes creen que sus países deberían adoptar políticas comerciales más restrictivas para proteger sus economías de la competencia extranjera.”
Según Bjørn Lomborg en su artículo de opinión de Project Syndicate, El milagro del libre comercio, afirmó que: “en 2015 las medidas proteccionistas crecieron un 50% respecto del año anterior, llegando a superar por tres a uno a las liberalizadoras. Los miembros del G20 (las principales economías avanzadas y emergentes del mundo, que representan más de cuatro quintas partes del PIB global y tres cuartos del comercio internacional) fueron responsables del 81% de las medidas punitivas.”
Ahora, el FMI muestra su preocupación en su informe de previsiones, donde se calcula un crecimiento del 1.6% para este año en Estados Unidos, seis décimas por debajo de lo que esperaba en julio, y un 2.2% para 2017, tres décimas menos. Por su lado, el PBI mundial avanzará un 3.1% este año, una décima menos que en 2015 (que ya fue un año de débil crecimiento). Ver las previsiones del FMI:
El mayor proteccionismo es justamente el causante de parte del freno al crecimiento mundial, como afirmó el Centro para la Investigación de Política Económica, el cual estima que sólo durante los primeros ocho meses de 2016, los gobiernos del G-20 implementaron casi 350 medidas que afectaban los intereses extranjeros. «Los saltos en el proteccionismo del G-20 en 2015 y 2016 coinciden ominosamente con el freno en el crecimiento de los volúmenes de crecimiento del comercio global», afirmó el centro europeo (al que los europeos no hacen caso). Ver en Lampadia: Es importante defender el libre comercio (y …).
El libre comercio, la más clara expresión de la globalización económica de las últimas décadas, produjo los grandes avances de la humanidad en términos de reducción de la pobreza y de la desigualdad globales, la mortalidad infantil, el aumento de la esperanza de vida, la emergencia de una clase media global y el crecimiento de la población mundial al doble de lo que fue hace pocas décadas, con mejor calidad de vida, salud e ingresos. Ver en Lampadia: El libre comercio benefició a los países emergentes.
En palabras de Bjorn Lomborg, “Los beneficios del libre comercio, aunque mucho mayores, no son tan obvios. Los consumidores obtienen una variedad mayor de bienes a menor precio: se estima que el estadounidense de clase media típico deriva del comercio internacional un 29% de su poder adquisitivo; es decir, puede comprar un 29% más con cada dólar que si no hubiera comercio internacional. El efecto es aún mayor (62%) para el decil más pobre de los consumidores estadounidenses. (…) La oposición al libre comercio ignora la interconexión del mundo en que vivimos. Según un informe de la ONU publicado en 2013, un 80% del comercio internacional se produce a lo largo de las cadenas de suministro de las empresas transnacionales.”
Este tema es especialmente relevante para el Perú, pues, para empezar, acá algunos despistados economistas están en contra con la apertura comercial. Hay algunos ciertos economistas que lo consideran «aberrante», como, por ejemplo los economistas más representativos de la PUCP (Jimenez, Fairly, Francke e Iguiñez). Durante el debate del TLC con EEUU, gran parte del establishment peruano estaba en contra del acuerdo, sin embargo, el 75% de la población lo aprobó.
El tema de la apertura de la economía es un tema pendiente en el debate político. Recordemos que hace muy pocos años, en sus respectivas campañas, García y Humala amenazaron con revisarlo. Afortunadamente, una vez sobre el caballo, no se atrevieron a cambiar de política. Actualmente, está pendiente la aprobación del tratado Transpacífico y sus opositores en el Perú, ya nos han amenazado con todos los males posibles.
En Lampadia hemos explicado que el gran soporte del crecimiento de nuestra economía son el comercio internacional y la globalización, sin ellos no es posible traer la riqueza que nos permita superar la pobreza. Ver: The wind beneath my wings. Así mismo, hemos propuesto que en el próximo APEC, a celebrarse en Lima, el Perú levante con mucha fuerza las banderas del libre comercio y la globalización.
Debemos destacar la importancia del comercio internacional para nuestro desarrollo económico y para beneficio e inclusión de nuestros pobres en la economía de mercado. Lampadia