Los nuevos tiempos nos presentan años de grandes cambios y de decisiones que están llevando a algunas naciones, y al mundo, por rumbos muy distintos a los imaginados poco tiempo antes. Según el FMI y la OCDE, el mundo está creciendo a un buen ritmo de 3.5%, el crecimiento está ganando impulso en países como Francia, Alemania, Japón y China, pero el Reino Unido va en dirección contraria y se desacelera.
Fuente: France 24
En junio, Francia creció 1.8%, mientras que el Reino Unido sólo 0.3%. Pero tal vez la mayor diferencia entre la Francia de Macron y el Reino Unido de May-Brexit, es la reversión de sus roles tradicionales en cuanto a la política económica. Gran Bretaña se aleja de Europa y del libre comercio, mientras Francia toma las banderas del europeísmo, la globalización y el libre comercio.
La decisión pro mercado de Francia
Después de cumplirse los primeros cien días del mandato de Emmanuel Macron, se han visto señales positivas sobre la economía francesa. La administración de Macron puede enorgullecerse por estar logrando una perspectiva económica mejor que las de sus antecesores. Su baja en popularidad en las encuestas se debe a que, como dice The Economist en un reciente artículo, está haciendo las cosas bien: «el joven presidente de Francia se desliza en las encuestas, en parte porque está haciendo lo correcto».
El crecimiento está despegando, el desempleo está ahora en su nivel más bajo desde la crisis de la eurozona, la inflación está bajo control y las encuestas revelan los mejores niveles de confianza en la última década. Lo que es más importante, las exportaciones subieron un 3.1% (después de una contracción de 0.7% en el trimestre anterior) y el crecimiento del gasto de los hogares subió ligeramente, pasando de 0.1% a 0.3% en el último trimestre. El crecimiento del PBI debe estar entre un 1.6% y 1.8% este año, según las previsiones, un nivel todavía débil pero superior al de los últimos años.
Parte de las causas del nuevo clima de desarrollo, es que, al escoger a Emmanuel Macron como su nuevo presidente, Francia ha seleccionado a un carismático nuevo líder para la gran batalla política entre el globalismo y el nacionalismo que está en marcha en las democracias occidentales.
Macron, defensor de la globalización, de la política centrista y de la Unión Europea, se erigió como un bastión contra las fuerzas no convencionales y disruptivas que han alterado la política mundial desarrollada durante el último año. Ver en Lampadia el nacimiento de Macron y su significado para la política francesa: Establishment francés creó a Macron para evitar giro político.
Durante la campaña, Macron defendió las ventajas de la globalización, rechazó el proteccionismo y el fin del libre comercio. Invitó a los europeos a formar parte de “una Europa reinventada”. Logró convencer a los ciudadanos franceses de que era importante liberar el potencial del país, crear mejores incentivos para el trabajo, adquirir un espíritu empresarial, liberar los mercados, reducir los impuestos y dar más autonomía a los profesores y los jefes de escuela. Y, por otro lado, dijo que era vital proteger mejor a los franceses capacitándolos para hacer trabajos en un mundo nuevo, concentrar el «welfare state» en los más necesitados y combatir la creciente inseguridad – tanto física como mental – con una mejor enseñanza y más policías. Ver en Lampadia: Francia rechaza el aislacionismo y abraza la globalización.
Más importante que la mejora de algunas cifras de la economía, es que, por primera vez en décadas, el liderazgo político de Francia apunta a un importante programa de reformas, empezando por la difícil reforma laboral. Ésta empezará a discutirse en setiembre, y será la prueba de fuego sobre la posibilidad de modernizar la economía y de darle una perspectiva positiva de largo plazo. La primera reforma, con la que se presenta Macron a la batalla por lo laboral, es la ley de moralización de la vida pública, que corta los vicios del nepotismo, por el cual los legisladores contrataban como asistentes de papel, a sus cónyuges e hijos. Una oferta electoral, cumplida sin dilaciones.
Otro aspecto a destacar es el entendimiento entre Francia y Alemania, como puntales de la defensa de la Unión Europea. La dupla Macron Merkel, lleva ahora el peso de las reformas de la UE, el aire fresco que permita fortalecer la confianza en la unión.
El aislacionismo del Reino Unido
Los impactos políticos del Brexit no han tardado en notarse, con grandes manifestaciones en ciudades como Londres, Escocia e Irlanda del Norte donde la intención por quedarse era mayor que en el resto del país.
La economía británica inicialmente mostró resistencia tras el referéndum del pasado junio, pero en los últimos meses, en gran medida por la caída del valor de la libra (ya está cerca de la paridad con el Euro), la inflación ha aumentado a cerca de un 3 %, reduciendo los salarios reales.
Por su lado, la economía creció sólo un 0.3% en el primer trimestre de 2017, convirtiéndolo en la economía avanzada de menor crecimiento y representando una marcada desaceleración de la expansión del 0.7 % observada en los últimos tres meses de 2016. Además, el FMI ha recortado sus proyecciones de crecimiento del 2017 a 1.7%.
En el Reino Unido se espera que el fortalecimiento de las exportaciones y la inversión empresarial ayuden a contrarrestar una disminución del gasto de los consumidores. Las últimas cifras oficiales del comercio mostraron que las exportaciones subieron, en mayo, un 2.5%, pero las importaciones aumentaron un 4.8% más. Eso significó que el déficit en el comercio de bienes con el resto del mundo se amplió más de lo esperado. Cuando se incluyeron servicios como la banca y el trabajo jurídico, el déficit se amplió aún, lo que refleja un aumento de las importaciones.
Los presupuestos de los hogares se han visto presionados por una caída en el salario real, ya que los precios suben más rápido que los salarios. Esa tendencia continúa, según los últimos informes, que mostraron que los ingresos medios (mostradas arriba) se elevaron. El salario real cayó a pesar de una sorpresiva caída de la tasa de desempleo del 4.6% al 4.5%, la más baja desde 1975.
Según The Guardian, la productividad del Reino Unido ha caído de nuevo a niveles del 2007 justo antes de que la economía se sumergiera en recesión. Las cifras oficiales del ONS (Oficina Nacional de Estadísticas, por sus siglas en inglés) muestran que la producción por trabajador cayó un 0.5% en los primeros tres meses de 2017, perjudicando los niveles de vida y poniendo fin a una serie de crecimiento trimestral positivo en 2016 que había conseguido productividad por encima del máximo de 2007. El ONS dijo que “si la productividad en el Reino Unido hubiera vuelto a su tendencia antes de la recesión, sería un 20% más alta que su nivel actual, lo que significaría que Gran Bretaña estaría ‘one-fithbetter off’ (mejor por un 20%)”.
Las consecuencias a corto plazo ya se están viendo: La incertidumbre sobre los futuros acuerdos comerciales ya ha reducido la confianza en la libra esterlina, lo que vuelve menos atractivas las inversiones. Los efectos a largo plazo son más controvertidos, aunque la mayoría de los economistas consideran que también serán negativos. Económicamente es un problema grave que llega en un mal momento para Europa. Por mucho que la Unión Europea afirme estar preparada, la incertidumbre va a arrastrar al Reino Unido y contagiar a Europa. Ver en Lampadia: Brexit: Sombrío futuro de GB tras absurdo referéndum.
Después de largos meses de digestión del Brexit, el sentimiento general en el Reino Unido es cada vez más negativo y el pesimismo se va generalizando. A estas alturas, la apreciación sobre el Brexit es sustancialmente negativa.
Conclusiones
La lección que debemos llevarnos es que la recuperación económica de Francia, y el fracaso del Reino Unido, después del Brexit, nos confirma que el libre comercio y la globalización son esenciales para el desarrollo de los países (aún en mayor medida para los países pequeños como el nuestro) y también significa que las ideas de la libertad, del comercio, de la apertura global y de la integración son clave para impulsar el crecimiento y el bienestar en nuestras naciones. Lampadia