Los Juegos Olímpicos son seguramente los momentos más sublimes de la humanidad. En ellos se olvidan las diferencias, las ofensas y las agresiones. Es el paréntesis de vida más exultante en el que solo se lucen nuestras mejores virtudes, representadas en el espíritu olímpico.
En los últimos años se han multiplicado los conflictos, las diferencias y la angustia sobre el devenir de muchas naciones de la tierra. Brasil atraviesa por una de sus peores crisis históricas en múltiples planos. Sin embargo, durante estos días de los Juegos Olímpicos, nada de ello ha aflorado. Los problemas están guardados en cajoncitos (como los de Napoleón Bonaparte), cada uno en un cajón, esperando otro momento para verse. Éstos son días de entusiasmo, alegría y de la superación de todos nosotros. ¡Vivan las Olimpiadas! ¡Viva el Espíritu Olímpico! ¡Bravo Río de Janeiro!
Los Juegos Olímpicos inspiran los mejores logros del deportivismo, así como momentos históricos que rompen con la adversidad. Son el centro de atención global durante dos semanas cada cuatro años. Los primeros Juegos Olímpicos se remontan al año 776 AC y fueron organizados en honor a los dioses olímpicos y se celebraba en la ciudad de Olimpia, en Grecia.
Para los deportistas, este es un momento muy emocional ya que es la culminación dedicación y duro trabajo, además de grandes sacrificios personales, durante por lo menos cuatro años. Pero los Juegos Olímpicos van más allá de eso, ya que no sólo atraen a los mejores atletas de cada país, sino que también unen a los espectadores y aficionados. El mundo entero observa y comparte el mismo evento, con el mismo espíritu.
Esto nos lleva al significado de la bandera y anillos olímpicos. Los cinco anillos representan a los cinco continentes que se entrelazan entre sí para representar la universalidad del olimpismo y la reunión de los atletas de todo el mundo durante los Juegos. El Museo Olímpico también explica que los cinco anillos de colores se ponen en una bandera blanca porque los seis colores, que son de color azul, amarillo, negro, verde, rojo y blanco, en su conjunto, representan a todas las naciones. Ningún anillo representa un continente en particular, más bien, la idea detrás de la bandera es que contiene todos los colores que aparecen en las banderas nacionales de todo el mundo, simbolizando la unidad y e integración de todos los países. Esa es la idea principal de los Juegos Olímpicos: unir a todas las naciones en un solo lugar y un solo espíritu.
En palabras de Barack Obama: “El ideal olímpico de todos los países es enviar a los mejores para competir en un espíritu de buena voluntad –sí, no van a acabar con las guerras, no van a eliminar la pobreza o alguna de las tragedias que vemos todos los días- pero construye una sensación de humanidad común, una sensación de empatía”.
Líneas abajo compartimos historias inspiradoras de algunos de los participantes en estas Olimpiadas Rio2016.
Simone Biles (Gimnasia, EEUU)
Con 19 años y 1.45m de altura, la biografía de Biles se acopla perfectamente al modelo del sueño americano: Biles tenía sólo tres años cuando los servicios sociales de Columbus, Ohio, tuvieron que intervenir para rescatar a cuatro hijos de Shanon Biles, que estaba inmersa en la droga y el alcoholismo. Las autoridades le quitaron a su madre la custodia de sus niños. Shanon fue adoptada por su abuelo y su mujer. Comenzó a practicar la gimnasia en Texas a los 6 años. Poco tiempo después, un entrenador descubrió su talento y la encaminó hacia un entrenamiento serio.
A los 15 años Biles abandonó la escuela pública y continuó en casa sus estudios de bachillerato, para dedicar más tiempo a la gimnasia. Se graduó en 2015, siendo ya doble campeona mundial. Un año después ya suma, entre las distintas disciplinas, diez títulos mundiales.
En Río no hay nadie que se le acerque. Este jueves consiguió su tercera medalla de oro en Río al imponerse en la final individual femenina de gimnasia artística con un puntaje de 62.198 y por un asombroso margen de 2.1 puntos, el mayor registrado en los juegos.
Julius Yego (Lanzamiento de Jabalina, Kenia)
La historia de Julius Yego es una historia única: este atleta olímpico aprendió a lanzar la jabalina con tutoriales de YouTube. Con diez años de edad, este joven se fabricaba sus propias jabalinas con palos que encontraba en el suelo. A falta de entrenadores con capacidad que lo guiaran en lo que se convertiría en su pasión, Yego se convirtió en autodidacta y mejoraba su técnica con videos de Youtube. Julius miraba los mejores clips de Jan Zelezny y Andreas Thorkildsen, hombres que tienen el récord mundial y record olímpico de la especialidad, de manera respectiva. Veía los videos, memorizaba las técnicas y movimientos y salía a lanzar su jabalina artesanal. Una y otra vez y otra vez y otra vez.
De esta forma se ganó el nombre de «Mr. YouTube Man», luego de coronarse como el primer keniano que gana el Campeonato Africano, en 2011. Después de su triunfo, la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) le hizo una invitación para realizar un campamento en Finlandia y convertirse en uno de los mejores lanzadores de jabalina del mundo. Julius no se volvió uno de los mejores, sino el mejor del planeta.
Cuatro años después ganó la medalla de oro en el Campeonato Mundial que se celebró en Beijing. Y desde entonces, comenzó a ganar todo: Los Juegos de África, los de la Commonwealth y el mundial de Atletismo. Ahora busca lograr el oro en las olimpiadas de Río 2016.
Un equipo olímpico de los refugiados
El Comité Olímpico Internacional anunció la creación, por primera vez, de un equipo de atletas refugiados que competirían en representación de la bandera olímpica. Este equipo estará formado por 10 atletas: dos nadadores sirios, dos judocas de la República Democrática del Congo, un maratonista de Etiopía y cinco corredores de media distancia de Sudán del Sur.
Vivimos días en el que casi 60 millones de personas se han visto obligadas a escapar de sus lugares de origen y buscar refugio en otros países, esta iniciativa nace como un tributo a su lucha, sufrimiento y coraje, valores sin duda necesarios para participar en una de las competiciones más duras del mundo y que este grupo de refugiados ya han demostrado poseer sobremanera al superar sus difíciles circunstancias vitales.
El denominado #TeamRefugees no representa a ningún país, sino que representa la capacidad del ser humano para superar las condiciones más duras y adversas.
Esta ceremonia olímpica ha puesto el foco de la atención mundial en una construcción simbólica de un mundo globalizado e integrado que sabe competir en paz, en el que se transmiten mensajes positivos, sin huellas de conflictos y donde se exalta lo mejor del espíritu humano. Ésta es la gran virtud de esta mítica convocatoria que nació en Grecia hace 2,792 años y, que ahora cumple como siempre su función inspiradora y unificadora de un mundo más global pero menos integrado.
Lampadia
Líneas abajo compartimos algunas imágenes significativas del espíritu unificador e inspirador de las Olimpiadas: