El precio del cobre, uno de los metales básicos más importantes, tocó su nivel más bajo desde julio de 2009 para ubicarse en US$ 2.50 por libra. La caída de este mineral, vital para la economía peruana (14% desde finales del año pasado), está llevando a los especuladores a prever lo peor para este 2015.
Como afirma The Economist: “El metal rojo es conocido como ‘Dr. Copper’ por su supuesta capacidad de predecir los movimientos de la economía mundial. El cobre aparece en todo, desde automóviles a teléfonos y en los chips de computadora. Una caída en su precio, según la teoría, sugiere que la demanda mundial se está desacelerando.”
Es importante señalar que el precio del cobre ha aumentado alrededor de 2 dólares desde el 2003. Aunque esta cifra no tiene en cuenta la inflación, sigue siendo un aumento considerable de 225%. Sin embargo, es importante remarcar que el aumento de costos de producción de cobre y de inversión en nuevos proyectos ha sido mucho mayor que el aumento de la inflación. Por ejemplo, algunos analistas señalan que a los precios actuales, Codelco, la gran minera estatal chilena, ya opera a pérdida, sin incluir sus costos no monetarios (depreciaciones, amortizaciones y otros).
Para el Perú, el precio del cobre es muy importante, ya que representa nuestra principal exportación minera y la mayor proporción de proyectos mineros por desarrollarse.
A nivel mundial, el descenso del precio del cobre está siendo afectado principalmente por la esperada desaceleración de la economía china (que representa el 45% de la demanda global) y el aumento de la oferta previsto para este y el próximo año.
Pero, incluso, si hay un exceso de cobre en el corto plazo, la perspectiva a largo plazo es positiva. Una de las razones para esto es el aumento de la demanda por parte de los países emergentes.
Según Rio Tinto, para satisfacer la demanda mundial durante la próxima década, la industria «tendrá que añadir el equivalente a una nueva [mina]“Escondida” cada 15 meses.» Escondida es la mayor mina de cobre del mundo y produce 1.2 millones de toneladas al año. Es propiedad conjunta de Billiton y Rio Tinto en Chile.
Por el lado de la demanda, muchos afirman que la desaceleración china afectará al cobre. Sin embargo, Caroline Baine, economista senior de Capital Economics, señaló que el consumo de cobre de China se dio desde una base alta de precios. Explica que un aumento de la demanda del 9% en 2004 dio lugar a un aumento en el uso del cobrede 280,000 toneladas. Un aumento similar del 9% de la demanda en 2013 produjo un aumento de 800,000 toneladas.
Esto significa que incluso si la economía china crece solo 7% este año (el más bajo desde 1990), el aumento de la demanda por cobre seguiría creciendo.
El Perú tiene alrededor de US$ 60 mil millones en proyectos de inversión minera, pero tienen un riesgo alto de retraso o cancelación si no se toman medidas oportunas y efectivas. Obviamente, este riesgo ha sido agravado por la reducción del precio del cobre. En términos del crecimiento de nuestra economía, esperemos que el gobierno haga lo posible por viabilizar algunos de los grandes proyectos productivos y de infraestructuras.
Varios meses atrás propusimos que se formaran equipos de expertos independientes que apoyaran a reactivar algunos de los proyectos más importantes. Lamentablemente, el gobierno lleva otro ritmo y sigue creyendo en sus propias capacidades para mover la economía del país. Ver en Lampadia (L): 7 equipos que aseguren el desarrollo de 7 proyectos.
Como segundo país productor de cobre del mundo, tenemos que aprovechar nuestra ventaja comparativa con respecto a Chile, el mayor productor, que ahora tiene tres desventajas importantes con respecto al Perú: mucho mayor costo de energía, mayores costos laborales y el destructivo advenimiento de Bachelet (II). Este es el momento de destrabar los nuestros proyectos y de brindar soporte en gestión social para la concreción de los mismos. Las inversiones mineras son decisiones de largo plazo y el desarrollo de los proyectos toma varios años.
Esto permitirá que los inversionistas se sientan atraídos para desarrollar nuestro potencial cuprífero. Se tienen que eliminar o acortar el número de normas y permisos que enfrenta la actividad minera, así como los proyectos de infraestructuras. Tenemos que facilitar la inversión y reactivar la minería, como un acto de consecuencia elemental con el frenazo de nuestra economía y la impostergable obligación de reducir la pobreza. Ver en L: Destrabemos la construcción de nuestro futuro.
Por ahora, lamentablemente, los proyectos de infraestructuras y las APPs publicitadas por el gobierno no llegan a arrancar en su integridad por las trabas que, muchas veces, los convierten en proyectos virtuales.
Tenemos que entender que una de las mejores formas de recuperar la senda del crecimiento (que reduce la pobreza, genera empleo y mejora todos los indicadores económico y sociales), es facilitando las inversiones mineras, en especiallas de cobre. Es el momento de pesar a largo plazo. (Ver en L: El impacto macroeconómico de la minería). Lampadia