Una desgracia que en Grecia, la cuna de la democracia y la filosofía del buen gobierno, hayan terminado por elegir a extremistas populistas de izquierda que en solo un día ya se aliaron con la derecha extrema para controlar el Parlamento y poder implantar su plan anti-europeo, anti-austeridad y contrario al reconocimiento de sus propios errores y excesos, que ahora, probablemente, los llevará por el camino empedrado de Argentina, el del perro muerto.
Que fácil resultaría haber vivido aprovechando y abusando de haber pertenecido a la eurozona y de haber gozado del euro para acceder a financiamiento muy barato, haber adoptado políticas laborales licenciosas, haber capturado las rentas del futuro (las de sus hijos y nietos), sin haber hecho el esfuerzo y tener los méritos de haber creado la riqueza que lo haga sostenible.
En el caso de Grecia se ha hecho evidente el facilismo con el que entraron a la comunidad y la adopción del Euro. Por ejemplo: aparentemente, los griegos pensaron que los Dioses les habían regalado un status de vida que abrazaron con inconsciencia e inconsecuencia. Llegaron a extremos de multiplicar las planillas estatales con ingresos que iban largamente más allá de lo sustentable. Se asignaron condiciones de jubilación en edad y beneficios irreales (ver en Lampadia: La Sociedad del Bienestar llevada al extremo).
A pesar de los problemas de una sociedad, es muy frustrante ver como los pueblos caen con tanta facilidad en las manos de demagogos y oportunistas.
Algunas reflexiones al respecto:
1. ¿Por qué es que los pueblos no toman debida nota de las relaciones causa-efecto de las políticas públicas que determinan la evolución de sus condiciones de vida?
2. ¿Por qué es que los ciudadanos comunes y corrientes no toman conocimiento de las experiencias más exitosas de desarrollo de los países que han sido capaces de superar sus limitaciones, que hoy no son pocos?
3. Hay múltiples ejemplos de éxito en distintas partes de la tierra y en condiciones muy diversas: culturales, disponibilidad o escasez de recursos naturales, orientaciones políticas de izquierda y de centro, etc.
4. Una primera respuesta a estas falencias parecería estar referida a la falta de información con la que cuentan los ciudadanos.
5. A su vez, esta se generaría por la debilidad del liderazgo en los países.
6. En primera instancia está la responsabilidad de los gobiernos. Muchos de ellos parecen no entender que un elemento clave del buen gobierno es la comunicación. Esto implica, no solo explicar de dónde se viene y a dónde se va, hay que explicitar las relaciones causa-efecto de las normas y políticas públicas. Hay que dar información sobre las experiencias más exitosas y sobre el efecto de las políticas fallidas de otros. Hay que pre-publicar todas las normas y promover debates participativos.
7. Con respecto al estamento empresarial pasa algo parecido. En general, se puede afirmar que los empresarios tampoco han entendido que un elemento fundamental del éxito económico de un país, pasa por difundir las realizaciones, las dificultades y en general tener una presencia activa en el debate de ideas, directa o indirectamente, por ejemplo a través de think tanks, líderes de opinión, debates públicos y otros mecanismos, que con transparencia, presenten sus puntos de vista. Para un ciudadano común, la oscuridad de los intereses del sector empresarial se hace sospechosa y se presta para la manipulación de los enemigos de la economía de mercado.
8. En cuanto a los medios de comunicación, también caen grandes críticas. No necesariamente por que sean irresponsables o desinteresados del acontecer de los temas más importantes de una nación. Lamentablemente, según varios estudios recientes, parecería ser que la propia naturaleza del ser humano lo hace proclive a estar atento a las malas noticias, los escándalos y a los riesgos inmediatos. Por lo tanto, se podría decir que hay una suerte de simbiosis entre el enfoque tradicional de los medios y la apertura de la gente por lo que se produce cotidianamente. Siendo realistas, esto lleva a la necesidad de diseñar espacios especializados de difusión de análisis político-económico-social que con habilidad e ingenio puedan tomar algo del espacio mediático en el interés ciudadano. Nada fácil, y por otro lado, no se puede pretender que esto sea responsabilidad única de los medios, tiene que ser producto de la colaboración de los distintos estamentos de la sociedad: políticos, empresarios, académicos y de los propios medios, por supuesto.
9. Finalmente, unas últimas reflexiones sobre la responsabilidad de los propios ciudadanos. Gobernar un país, sobre todo uno que está aún en construcción, como en caso del Perú, no puede ser tarea que se delegue a los espacios de liderazgo, ya sea político, académico o empresarial. Todo ciudadano interesado su futuro, y en el de sus hijos y nietos, debería tomar interés en seguir de cerca los acontecimientos de su propio país y del resto del mundo, la llamada aldea global.
El ejemplo de Grecia, de España, tal vez mañana, o del propio Chile, que de ser un modelo casi indiscutido de éxito social, pasa intempestivamente a cuestionar las bases de su propio éxito, sin más elementos que la fuerza política de un líder carismático y audaz. Sin que la sociedad en su conjunto haya podido aquilatar y debatir en profundidad los pro y contras de sus estructuras institucionales, que ahora se revierten, casi de la noche a la mañana, en debates parlamentarios que por su naturaleza están lejos de la conciencia ciudadana.
El Perú está entrando atropelladamente a una contienda política que terminará con la formación de un nuevo gobierno. Ojalá seamos capaces de reflexionar y discutir algunas de estas ideas. Lampadia.