Efectivamente, desde el advenimiento de Narendra Modi como líder de la India, se ha venido produciendo un proceso muy importante en el otro gigante asiático con repercusiones muy positivas para la humanidad. Modi es hoy el gran reformador hacia políticas públicas con sentido práctico, racionalidad y sin sesgos ideológicos.
Pero Modi no es solo un buen ejemplo como reformador, al hacer crecer la economía de India ha generado un nuevo motor de crecimiento de la economía global, en momentos que el resto flaqueaba.
Ahora vemos, como explica Kishore Mabubani, el singapurense que seguimos con mucho interés desde Lampadia, que la India tiene la posibilidad de posicionarse geopolíticamente como el fiel de la balanza entre EEUU y China.
Esto es especialmente importante para países como el Perú, ahora que EEUU está optando por el proteccionismo de Trump y retirándose del liderazgo global, y que China sufre aún, en alguna medida, de las ‘resacas ideológicas’ del comunismo.
El rol del fiel de la balanza, es uno muy difícil. Pero nadie como Narendra Modi para poder asumirlo. Ver el análisis de Mabubani:
La nueva CIA… China, India y América
Kishore Mahbubani
Prime India Today
8 de enero de 2017
Traducido y glosado por Lampadia
Shakespeare sabiamente dijo: «Existe una marea en los asuntos de los hombres que tomada en pleamar conduce a la fortuna. Pero si la evitas… todo el viaje de la vida estará lleno de obstáculos y desgracias». Esta oportunidad se ha abierto para que la India se una a la liga de poderes ‘A’. La elección de Donald Trump ha abierto esta oportunidad.
Un camino rocoso, probablemente incluso turbulento, está por delante para las relaciones entre Estados Unidos y China. Incluso antes de asumir el cargo, Trump ha desafiado a China en muchos frentes, desde el comercio hasta sobre Taiwán. En cara de todo esto, la India tiene dos opciones. Se puede sentar y ver con satisfacción las tribulaciones de Beijing al intentar interactuar con Trump. O puede aprovechar astutamente esta nueva turbulencia en las relaciones entre Estados Unidos y China para catapultarse a una nueva liga de las grandes potencias, enmarcada en las siglas CIA: CIA representa ahora a China, India y América.
La gran pregunta aquí es si la India puede ser astuta. Se supone que los cálculos geopolíticos son el sello distintivo del pensamiento estratégico. Por lo tanto, es intrigante que a veces parece triunfar la petulancia ante la astucia en el pensamiento estratégico de la India. Cada vez que aparece algo «ligero», India responde con gran agitación emocional en lugar de con un esfuerzo para ver si la adversidad puede convertirse en una oportunidad.
Pakistán es el mayor obstáculo para la política exterior de la India. Dada la historia, un romance entre India y Pakistán no está en las cartas. Sin embargo, muchos antiguos adversarios, como Francia y Alemania, China y Japón, Singapur y Malasia, han alcanzado relaciones normales. Por ejemplo, realizan un comercio «normal» entre sí. India y Pakistán no lo hacen. Esta es la razón por la cual la India debería reconsiderar su negativa a unirse a la iniciativa One Belt, One Road (OBOR) de China. Contrario a unas pocas voces paranoicas en Nueva Delhi, OBOR no es un esquema maligno diseñado por China para excluir a la India. En cambio, es la política de seguros de China para desarrollar los enlaces terrestres en Asia Central para superar cualquier posible cerco marítimo de Estados Unidos contra China. OBOR era un movimiento defensivo, no ofensivo. Si la India quiere ser verdaderamente astuta, debería unirse con entusiasmo a OBOR y utilizarla para crear una nueva red de vínculos comerciales y energéticos con Irán, Afganistán y Asia Central. En el centro de la red estará Pakistán. Ésta también ayudará a normalizar las relaciones comerciales India-Pakistán y liberará a la India de una carga geopolítica.
Para lograr todo esto, la India tendrá que mirar a China con nuevos ojos. India y China han tenido una historia tumultuosa debido a las (ahora inactivas) disputas fronterizas, así como la cuestión del Tíbet. Los medios indios atacan sin cesar y dicen que China es una amenaza para la India. Esta histeria mediática es un ejemplo perfecto de cómo a menudo las emociones triunfan ante la astucia en el pensamiento estratégico de la India. ¿Cómo es China una amenaza? ¿Va a invadir la India? ¿Cambiar unilateralmente la Línea de Control? ¿Enviar barcos de guerra a la India? En pocas palabras, China no es una amenaza militar para la India porque no obtendrá ninguna ventaja geopolítica por cambiar el statu quo en el terreno.
Por el contrario, mientras China no es una amenaza real para la India, Estados Unidos es una amenaza real para China. Los pensadores estratégicos chinos tienen todas las razones para estar paranoicos acerca de EEUU. América sigue siendo, en general, mucho más poderoso que China. Militarmente, Estados Unidos es mucho más poderoso. Económicamente, puede dañar a China al restringir las importaciones chinas (como Trump ha amenazado con hacer). Políticamente, puede movilizar movimientos separatistas en China (ya sea en Taiwán, Tibet o Xinjiang). La pesadilla china es una revolución de ‘color’ desencadenada por EEUU. Si los pensadores estratégicos chinos abandonaran su paranoia acerca de EEUU, deberían ser examinados.
Todo esto proporciona a la India una oportunidad de oro. Si las relaciones entre China y Estados Unidos empeoran con Trump, ambas partes prestarán más atención a la India. La elección que hace la India en este entorno geopolítico será absolutamente crítico. Dada la actual situación política en la India, donde se desarrolla una relación amorosa entre India y EEUU, habrá un fuerte deseo emocional de unirse a Estados Unidos contra China. Habrá beneficios a corto plazo. India conseguirá más armas de EEUU. El comercio podría crecer. Pero en tal arreglo geopolítico, la India siempre será el socio menor, el ‘Tonto’ para el ranger solitario estadounidense. Jugará el papel que Japón o Reino Unido hicieron en la Guerra Fría: un aliado valioso pero no un socio igualitario.
Lo astuto para la India, por lo tanto, es posicionarse geopolíticamente como un igual de EEUU y China. Esto no será fácil. El PNB de Estados Unidos es de US$ 18 trillones, el de China es de US$ 11 trillones y el de la India es de US$ 2.1 trillones. ¿Cómo es que el país mucho más pequeño se convierte en un socio igualitario a los dos gigantes más grandes?
Aquí es donde Trump ha proporcionado una oportunidad. Al desarrollar su oposición contra China, el presidente ha puesto efectivamente a China y a EEUU en los extremos opuestos de la balanza. La India debe aprovechar la oportunidad para saltar al medio como el fiel de la balanza. Esto creará el incentivo para que tanto Estados Unidos como China desarrollen relaciones estrechas con la India, ya que quién está en el fiel de la balanza, podrá determinar para qué lado se puede inclinar. En términos de posicionamiento estratégico, la India debe estar en el medio, no acercarse a EEUU o China. En consecuencia, el peso geopolítico de la India también crecerá en el mundo, ya que se verá que las direcciones geopolíticas globales estarían siendo impulsadas por tres potencias: China, India y América (EEUU), la nueva ‘CIA’.
El gobierno de Obama y el de Bush dieron mucha más prioridad a China que a India. Esto mantuvo a la India bloqueada de cualquier posible triángulo de la ‘CIA’. En contraste, como adversario de China, Trump ha abierto una ventana de oportunidad para India. ¿Es la India lo suficientemente astuta como para aprovechar esta breve oportunidad para desarrollar vínculos igualmente buenos con China y EEUU?
Probablemente esta oportunidad se dará por un breve tiempo, porque después de un año o dos en el cargo, puede que Trump rehaga sus cálculos y decida que tener una buena relación con China tiene más sentido geopolítico.
Las obras más importantes de Shakespeare fueron sus tragedias. En cada una, demostró cómo los seres humanos fallan al no elevarse por encima de sus fragilidades, incluyendo sus impulsos emocionales. Sería una verdadera tragedia que la India pierda su actual oportunidad geopolítica, por no elevarse sobre sus impulsos emocionales en relación con China. Lampadia