UN COMUNICADO NO GARANTIZA, EN LO ABSOLUTO, EL REGRESO A CLASES EN MARZO
Daniela María Delgado Ehni
Psicóloga Clínica y Psicoterapeuta
Msc, teoría psicoanalítica y desarrollo humano (UCL, Londres)
Diplomada en trabajo terapéutico con niños y adolescente (Tavistock Clinic, Londres)
Para Lampadia
El jueves 11 de noviembre el ministerio de Educación emitió un comunicado en el cual señalaba que finalmente estaba alineado con el presidente Castillo y que el “impostergable” retorno a las aulas tendría lugar, al 100%, para el mes de marzo 2022. Como era de esperarse, la noticia fue gratamente recibida por un grupo importante de la población que a la fecha sigue sin entender los motivos por los cuales el sector educación viene reactivándose de manera tan lenta y parsimoniosa manteniendo a los estudiantes, de todas las edades, lejos de sus centros de estudios.
Hoy por hoy, el retorno a clases en el Perú, es un pedido al cual se han sumado distintos organismos internacionales como UNICEF, UNESCO y SAVE THE CHILDREN, así como profesionales de diferentes disciplinas. Todos, dando fe de que es momento de tomar conciencia sobre los terribles efectos nocivos que esto está generando y las consecuencias de no abordar el tema.
La pandemia del COVID-19 y la insistencia de nuestras autoridades por mantener las aulas cerradas, nos está dejando de lado otras pandemias. A la fecha, ya son más de 700,000 los niños que han abandonado sus estudios. Las capacidades cognitivas de 3.2 millones de ellos se han visto afectadas de manera importante y 1.8 millones han sufrido alguna afectación mental. El suicidio en adolescentes ha generado más muertes que el COVID-19 y no debemos de dejar de mencionar que entre enero y setiembre de este año, 786 niñas entre 11 y 14 se han visto forzadas a ser madres. La evidencia está, los números existen y estos, han sido recogidos por nuestras mismas instituciones. A estas alturas ya no podemos hacernos los locos salvo tengamos una importante dificultad para conectarnos con la realidad y pretender sostener aún que encerrar a los estudiantes es justificable.
El comunicado del 11 de Noviembre se agradece pero habiendo transcurrido más de 600 días y viendo que a la fecha los cuadros de aforo aún no incluyen a las instituciones educativas resulta importante que las autoridades recuerden que para concretizar su promesa, la respectiva norma debe ser emitida a la brevedad con protocolos actualizados y sin diferencias infundadas ya que la ciencia y la experiencia en nuestro territorio han demostrado que las guarderías, nidos, colegios, universidades e institutos son sitios seguros.
Sin una norma, marzo 2022 es aún una ilusión y debe ser entendida por todos como tal. Una ilusión similar a la que se generó cuando en el mes de agosto el gobierno declaró a la educación en emergencia o cuando en setiembre finalmente concretó la vacunatón de maestros, dio paso a que algunos colegios denominados pilotos puedan abrir limitadas horas y permitió que la Universidad San Marco llevará a cabo su examen de ingreso presencial. Ilusiones todas de primeras planas en los medios, pero sin mayores repercusiones para los estudiantes.
Nuestros vecinos del continente sur ya despegaron y muchos presentan números sorprendentes. Según Unicef 9 países ya cuentan con más del 75% de sus estudiantes beneficiados por la presencialidad y Venezuela, quien recientemente abrió sus escuelas el 25 de octubre, ya cuenta con un 60%. En los últimos puestos, acompañan a nuestro deshonroso 6.5%, Cuba con 5% y Belice con 1%.
Hay quienes señalan que sería saludable pensar en la parte del vaso que poco a poco se va llenando y que no se debe perder la esperanza de poder llegar a marzo como lo dice el comunicado del ministerio… personalmente prefiero no perder de vista que la educación da esperanza y salud la cual debe ser ya servida a todos los estudiantes de nuestro país que ven con ansias el retorno a las aulas como la única posibilidad de surgir, de soñar y porque no de abrazar un futuro mejor. Lampadia