Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia
Hay dos formas de reducir las diferencias económicas y sociales en nuestras poblaciones:
- La que usan los populistas sin imaginación, mediante dictaduras comunistas, con las cuales igualas hacia abajo (todos iguales, salvo la cúpula gobernante) o
- Mediante la educación, con la que los ciudadanos salen del atraso y reducen las desigualdades, en la medida de nuestros mejores deseos, a base de conocimiento y creación de valor.
La rueda ya se inventó y el proceso de transformación, a través de la educación, ya está en marcha en el mundo, por lo que me valdré de la brillante descripción de los ejemplos analizados por Andrés Oppenheimer en su libro ¡Basta de historias!
La gran diferencia entre nuestra experiencia educativa y la de países tan exitosos como Finlandia, Singapur, China, India y USA, por mencionar sólo algunos, está en la calidad de los maestros y en el enfoque que se le da a la educación, dos batallas que vamos perdiendo. Esto nos ocurre por no haber puesto el tema educativo en el centro de nuestro interés, ni haberle dado la importancia superlativa que le corresponde.
Así, los países mencionados, tienen un especial cuidado en la selección de los maestros escolares. En Finlandia, para ser maestro de aula en primaria, se requiere no sólo una licenciatura, sino de una maestría. Se puede ser maestro auxiliar con sólo la licenciatura, éste acompaña al maestro principal en el aula y apoya a los que tienen dificultades, sin interrumpir el dictado de la clase. En adición, cuentan con un maestro, que además de maestría tiene gran experiencia, quien está fuera del aula y apoya a los alumnos con clases privadas, para que no se retrasen.
Para su ingreso a la universidad, sólo se admite al 10% de los mejor calificados, en la carrera de educación. La expectativa de ingresos de un maestro al graduarse, es equivalente a la de un ingeniero, médico o administrador y, el status social que le corresponde, equivale al de un diplomático. Es altamente respetado, pues tiene a su cargo la formación del activo más preciado de su país, los niños.
Una de las conclusiones en esos países y, que debiéramos adoptar de inmediato, es que nuestro esfuerzo se debe concentrar en la etapa inicial:
- Adecuada nutrición de la madre gestante.
- Alimentación y control de anemia del niño, especialmente durante sus tres primeros años.
- Simultáneamente, enseñanza pre escolar y estimulación temprana del niño, teniendo en cuenta que en esa etapa se desarrolla el cerebro y el niño absorbe como esponja gran conocimiento y vivencias.
Los estudios y experiencias demuestran, que ese es el dinero mejor invertido dentro de todas las etapas educativas, incluyendo la universitaria.
Es claro que los escolares, deben de contar con aulas decentes, servicios higiénicos con agua y desagüe, energía eléctrica y de ser posible, conectividad a internet, que espero podamos lograr pronto. Lo que más nos distancia de los países con mejor educación, es el tiempo dedicado a estudiar, pues mientras el año escolar tiene 243 días en Japón y promedia entre 200 y 180 días en Holanda, Tailandia y USA. En los países latinoamericanos está alrededor de 160 días o menos. Además, mientras los niños chinos estudian entre 12 y 14 horas por día, en Latinoamérica fluctúa entre 5 y 8 horas por día.
Hay ciertos mitos que debemos desterrar. En el Perú, desde el magisterio se reclama que se debe aplicar en educación un 6% del PBI. A pesar de todas sus deficiencias, en muchos países de Latinoamérica se invierte 5% del PBI, mientras en Singapur, uno de los países con mejores resultados en educación en el mundo, se usa el 3% de su PBI en esta tarea. Lo que demuestra que, no es sólo cuestión de cantidad de dinero, sino de un buen uso del mismo.
Otra característica de los países con mejores resultados académicos y desempeño profesional de sus graduados, es que ellos se han abierto al uso del idioma inglés. Esto ocurrió con Singapur, quien lo adoptó como idioma oficial, la India, país donde sus estudiantes hablan inglés y en general en toda Europa. Finlandia, por ejemplo, un país que tiene un idioma complicado y una población reducida, 5.3 millones de habitantes, por cuestión de costos optó por no traducir las películas y dibujos animados americanos con los que se entretienen sus niños, así que todos hablan perfecto inglés y sin acento. En China, los niños desde tercero de primaria ya hablan inglés, mientras en muchas universidades latinoamericanas, la gran mayoría no lo habla.
Un elemento distintivo e importante de los países con mejor educación, es que han internacionalizado su educación. En primera instancia, un alto porcentaje de niños de primaria han tenido un viaje guiado al extranjero, promovido por el Estado y a lo largo de los estudios escolares y universitarios, se les impulsa a conocer y convivir con otras culturas y ver cómo se hacen las cosas en países del primer mundo. Un dato importante es la humildad en estos países, quienes tienen siempre la angustia de estarse retrasando en términos educativos y de investigación universitaria. Se inclinan mayoritariamente por las ciencias, tecnología, computación y medicina, antes que, por las ciencias sociales o humanidades, contrario a lo que ocurre en Latinoamérica.
En el ranking de las universidades del mundo, los 9 o 10 primeros puestos los ocupan universidades americanas, les siguen algunas chinas, japonesas, australianas e israelíes, pero ninguna latinoamericana. Además, casi todos los países exitosos en educación, tienen muchas universidades americanas y europeas, de primer nivel, operando a cabalidad, dictando cursos en inglés con los mismos programas que en sus localidades de origen y otorgando los mismos grados y títulos de sus facultades de origen. Los rectores de las universidades de los países mejor rankeados, son seleccionados por concurso internacional y el funcionamiento de las mismas, es evaluado por un comité de especialistas internacionales contratados al efecto. Impensable en el Perú. Con el avance de las comunicaciones y la posibilidad de dictado de clases virtuales, no hay razón para que las universidades peruanas, no se enganchen a las mejores del mundo.
La innovación es un tema fundamental, estimulado por el Estado y las empresas. Las investigaciones científica y tecnológica son requeridas por empresas, para la solución de problemas específicos de su interés.
¿Qué podemos hacer en el Perú?
Lo primero es abrir la competencia de profesionales de primer nivel, ingenieros, médicos, tecnólogos de información y comunicaciones, diseñadores y profesionales con alto conocimiento de matemáticas, física, química y biología, para que enseñen en los colegios. La primera condición para enseñar una materia, no es sólo que la conozcan, sino que les apasione y puedan generar ilusión al transmitirla y enseñarla. No puede ser que la educación escolar esté en manos de profesores que no conocen las materias, no les guste y no tengan siquiera las habilidades verbales para comunicarlas adecuadamente.
En segundo lugar, no pretender que todos deban ingresar a la universidad a estudiar lo que sea. El secreto de los países que nos aventajan, es que ponen cuotas máximas de alumnos admitidos y requisitos mínimos para su admisión. Obviamente, quienes no están aptos para una carrera universitaria, son canalizados a una profesión técnica especializada, en lo que se denomina “Escuelas Vocacionales” y son consideradas “las joyas de la corona”, pues proveen de técnicos de primer nivel que complementan o compiten en ciertos campos con profesionales universitarios. Finalmente, las escuelas técnicas, donde se promueven lo que les llaman “manos pensantes”, donde se califican para 80 oficios distintos, desde mecánicos de automóviles y electricistas, hasta masajistas, cosmetólogos y peluqueros. Todo esto, teniendo un muy alto manejo de la autoestima de los estudiantes y un gran aprecio por la capacitación obtenida, en contacto permanente con el mercado.
En esencia, debemos olvidar ese paradigma de que todos deben ser universitarios. Es fundamental controlar la oferta futura de profesionales para garantizar calidad y remuneración de ellos a futuro. Debemos promover la investigación e innovación ligada a la industria y actividad comercial en nuestro mercado. Debemos orientar a los niños a las ciencia, tecnología e ingeniería.
Oppenheimer comenta que en la China, cada año ingresan a la universidad 1´242,000 estudiantes de ingeniería, 16,300 de historia y 1,520 de filosofía, proporciones absolutamente inversas a las de Latinoamérica, y ciertamente el Perú.
Cambiar esta tendencia, es nuestro principal desafío. Lampadia