“La educación no es llenar un balde; sino el encender un fuego”
-William Butler Yeats, escritor irlandés
Como responsables de la educación de las futuras generaciones, ¿qué queremos inculcar en nuestros niños? Ante todo, queremos que sean felices, que sean auténticos y críticos, que tengan preparación, autoestima y autonomía para que la vida no les quede grande, que sean saludables, amorosos y espirituales con capacidad de vivir en comunidad y de ser útiles para los demás.
El video que compartimos líneas abajo muestra justamente la importancia de los maestros, (referidos en el video como ‘Los custodios de la Llama’) y, más específicamente, de la llama dentro de cada niño, llena de asombro y el potencial de comenzar y que ilumina el camino que se extiende hacia delante encendiendo la curiosidad y reavivando la pasión en sus vidas. Pero este largo camino requiere del apoyo de los maestros, quienes permanecen al lado de cada niño y protegen la llama interior de cada alumno.
Fuente: FableVision
No solo los niños necesitan tener un buen maestro. En los tiempos del primer milenio después de Cristo, la relación con un maestro era la forma para aprender un oficio, que se hacía practicando al lado de un maestro. El maestro ‘adoptaba’ a un alumno y a través de él extendía su propio prestigio. De la misma manera, el alumno se beneficiaba de las capacidades y prestigio de su maestro.
Más atrás, antes de Cristo, en el origen de la civilización occidental en Grecia, los grandes pensadores, filósofos, arquitectos y artistas, se rodeaban de pocos alumnos a los que transmitían su sabiduría, que así pasaba de generación en generación.
Otra fuente sobre la importancia del maestro en la vida de todo ser humano la expresaba el filósofo armenio George Gurdjieff y su alumno, Piotr Ouspensky (ruso), a mediados del siglo XX, con su idea de la escala musical. Ellos postulaban que todos necesitábamos, cada cierto tiempo, el toque de la sabiduría de un maestro para que no nos desviáramos en los sucesivos ciclos de perfeccionamiento individual, tal como sucede con los bemoles en la escala musical, dos semitonos que permiten corregir la secuencia musical para evitar una asincronía y llegar al siguiente Do.
Esto muestra el importante rol que juegan los profesores, que va mucho más allá que la vida en las escuelas, y su impacto en la sociedad. Por un lado, involucra la formación de los jóvenes tiene que comprender las capacidades cognitivas, las habilidades blandas, aquellas que les permiten desarrollar un pensamiento crítico, resolución de problemas y trabajo en equipo, entre otras y, además, de manera muy importante y muchas veces ignorada, la formación de ciudadanos con conciencia de pertenencia y compromiso cívico.
Y por otro, la educación tiene que crear ciudadanos completos, capaces de ser felices, que es el verdadero objetivo de la educación, como afirmó Rafaella León en El reto es crear ciudadanos (comentado por Lampadia), “La educación tiene que crear ciudadanos, sin una directa relación con sus labores económicas. Ser ciudadano y ser humano es primero; luego es ser obrero. La formación de ciudadanos es la formación de los líderes políticos que tendrá el país. La formación de ciudadanos capaces de utilizar bien la democracia es básica.” Ver un ejemplo de excelencia de maestros en Lampadia: Dignifiquemos el rol de los maestros
Para esto, los maestros tienen que tener un rol más importante en la sociedad, como es el caso de Finlandia. Una de las claves de su reforma educativa reside en el papel de los maestros, todos cuentan con maestrías y representan una de las mejores élites, con permanente actualización y capacitación, de la sociedad finlandesa.
Esta gran revolución fue una innovación de la educación. En palabras de León Trahtemberg: “¿La diferencia entre Finlandia y Perú? Finlandia tiene coraje, valentía para innovar y no complacerse con éxitos temporales. Perú tiene una historia cobarde, de aferrarse al pasado con logros educativos mediocres sin dar la batalla por la innovación pedagógica.”
Esperamos que los peruanos podamos comprometernos con la creación de una nueva educación inspirada en las practicas actuales del mundo y permita que nuestros niños nutran su llama interior para ser ciudadanos plenos.
Lampadia