Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia
La educación escolar debe:
- Complementar la formación moral y de valores del hogar;
- Inculcar autoestima y formación cívica;
- Lograr que el alumno sea capaz de leer, comprender lo que lee y desarrollar razonamiento verbal; y
- Una formación matemática básica, que le permita hacer las cuatro operaciones y alcanzar un razonamiento matemático, que le facilite resolver problemas.
Esta tarea requiere; maestros decentes y calificados para la tarea, no incapaces ni inmorales, menos gente con antecedentes policiales y judiciales. Y, un espacio educativo bien puesto, limpio, que alimente la autoestima del alumno, induzca a la disciplina, la higiene y el respeto a los demás.
Sucesivos gobiernos, han dejado que la infraestructura educativa se destruya sin remedio y no han hecho los mínimos esfuerzos por mantenerlos y reemplazarlos.
- Según censo del MINEDU al 2023, tomado de ChatGPT, contamos con 54,000 colegios públicos, 60% urbanos y 40% rurales; de inicial, primaria, secundaria y técnica.
- Más del 50% tienen más de 30 años (construidos entre los 60s y 90s del siglo XX), la mayoría sin mantenimiento.
- Hay colegios prefabricados, de uso temporal, que siguen operando.
- Más del 60% cuenta con instalaciones inadecuadas o de alto riesgo.
- Más del 30% requiere reconstrucción total por peligros estructurales.
- 70% necesita mantenimiento urgente en techos, aulas, baños, mobiliario, suministro de agua y sistemas de desagüe.
Todo esto, significa una brecha de inversión estimada en US$53 mil millones.
El Estado está construyendo aproximadamente 1,000 colegios por año. Obviamente, a este ritmo, necesitaríamos más de medio siglo para cerrar esta brecha de 54 mil colegios. Si queremos elevar el nivel educativo, levantar la moral de nuestros estudiantes y generar un punto de inflexión notorio en la educación de nuestros niños y jóvenes, debemos construir no menos de 5,000 colegios por año y cambiar ciertos patrones de conducta, introduciendo disciplinas de mantenimiento e involucrar a maestros, padres y niños en estas actividades.
No es aceptable que, el espectáculo de los meses de marzo, sea el reclamo por la situación calamitosa de aulas, baños, techos y carpetas en todos los colegios. En mis tiempos de escolar, a fines de noviembre de cada año, los alumnos llevábamos lijas, barniz y los materiales necesarios para dejar impecables nuestras propias carpetas y que sean recibidas así, por los alumnos del año siguiente. Al término del año escolar, se debe tener programado el plan de mantenimiento de techos, pintura, baños y sistemas eléctricos y sanitarios, de modo tal que, al inicio de clases en marzo, todo esté en óptimas condiciones.
Por supuesto que, lo que requerimos es, fundamentalmente, un shock de inversión en infraestructura educativa. Para esto, necesitamos planificar colegios modulares, con planos estándar, mobiliario estándar y tendríamos que manejar APPs (alianzas público privadas), OxI (obras por impuestos) y, haber convocado y precalificado, empresas constructoras debidamente certificadas y normalizadas, para ejecutar este ambicioso plan.
Para la ejecución de este proyecto de infraestructura educativa, debemos ser disruptivos y, es indispensable tener un equipo profesional de primer nivel, que diseñe, planifique y supervise la construcción, pensando “fuera de la caja”. No podemos permitir la corrupción.
Debemos definir los estándares de diseño para costa, sierra y selva, los estándares y normas de calidad de los materiales, que permitan mitigar el impacto del clima y condiciones meteorológicas, tanto para los alumnos en tiempo de clases, como para la infraestructura misma por estar expuesta al sol, lluvias, frío y nieve o granizo extremo, así como cambios bruscos de temperaturas, dilatación y contracción, durante su vida útil.
Definidos los paquetes, debemos de usar procesos constructivos y materiales, que ya han sido probados con éxito en otros países, sabiendo que nos permitirían construcciones permanentes, no temporales, reducir los tiempos de construcción al 50% de lo requerido con métodos convencionales y con costos más reducidos.
El mercado ofrece ahora, opciones para climas de costa, sierra y selva, con ventajas de aprovechamiento de las condiciones climáticas, que permiten ventilación y abrigo, así como ahorro de energía. Las alternativas son:
- Construcción Modular prefabricada, se pueden diseñar con acero, madera laminada y concreto armado. Se ha usado en Finlandia y Suecia. El “Inbox School” usado en África para educación rural. Ahorro de tiempo de construcción: 60%.
- Construcción con impresión 3D, con cemento especial. Se construye un colegio por mes, bajo costo de material, resistencia sísmica y térmica. Colegio en impresión 3D, usada en México o la Tecnología ICON empleada en USA.
- Construcción con estructuras de acero y paneles SIP (Structural Insulated Panels). Alta resistencia sísmica y climática. Se construye en semanas. Usado en Japón y Chile. En USA colegios con certificación LEED.
- Construcción con madera laminada CLT (Cross Laminated Timber). Rápido ensamblaje y sustentabilidad. Resistencia a incendios y sismos, superior al concreto. Mejor aislamiento térmico y acústico. Usado en Canadá, Alemania y Noruega.
- Concreto de Curado Rápido y construcción industrializada. Reducción de 50% en tiempo de construcción. Larga durabilidad y mínimo mantenimiento. Alta resistencia sísmica y climática. Usado en colegios de China, Emiratos Árabes Unidos y Singapur.
La IA sugiere:
- Colegios modulares prefabricados o impresión 3D en Zonas Rurales;
- Paneles SIP, acero y CLT en Zonas Urbanas y
- Concreto de curado rápido e industrializado en grandes proyectos.
Este proyecto es URGENTE, pues si no mejoramos la educación, no tendremos futuro. Lampadia