Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia
Desde hace algún tiempo, en el Perú hemos sido capturados por la telenovela Moqueguana de la pulla, el chisme y la comidilla entre el Congreso y el Ejecutivo. Entre sus carencias e incapacidades para el manejo de la cosa pública, Vizcarra siempre busca alguien en quien descargar su incapacidad. Lo lamentable es que, la prensa ha venido siguiendo con sus reflectores y cámaras los detalles cotidianos de este sainete, manteniendo distraída a la población y sin llamar la atención sobre asuntos importantes para el país y sus generaciones futuras.
Mientras tanto, el partido comunista del Perú, Patria Roja, ha convocado en julio al foro virtual; “El rol del maestro/a comunista en la lucha por una nueva republica” , en el que se amalgama la dirección del SUTEP y de la representación comunista de Patria Roja.
Ya viene siendo tiempo de analizar temas más profundos y plantearnos alternativas de solución, no sea que, en poco tiempo, nos encontremos “sorprendidos”, como nos sucedió con nuestro manejo de la salud frente a la crisis del COVID-19 y ya sea muy tarde para reaccionar, porque la izquierda comunista nos ganó el espacio de las generaciones jóvenes, adoctrinándolos durante años en que disfrutaron de libertad para hacerlo.
Para analizar y empezar a elaborar, es necesario conocer nuestra situación actual, así:
Según el INEI, al año 2020, en nuestro país tenemos 66,583 colegios, de los cuales 13,580 son privados y 53,003 son públicos. De este universo que atiende la educación básica regular EBR (inicial, primaria y secundaria), 46.9% está ubicado en zonas urbanas y 53.1% en zonas rurales, de esto últimos el 99% a cargo del sector público. A inicios del 2020 sólo 60 colegios cuentan con acreditación de calidad.
En términos de información respecto a facilidades tecnológico-digitales y acceso a Internet, no hay ninguna certeza, pues el Estado ha venido jugando con la información. Mientras que, en junio del 2014 el entonces ministro de educación Jaime Saavedra informaba que 74% de los colegios públicos a nivel nacional (más de 35,000) contaba con acceso a Internet, al igual que 50% de los colegios privados, en el año 2019 la ministra Flor Pablo declaró que el 79% de los colegios públicos no tenían acceso a Internet y el 55% de los profesores no tenía habilidades de tecnología digital. De modo que, la vigencia de esa información no está corroborada a la fecha (baste mencionar que, el 5 de julio 2020, el MTC anunció que “204 establecimientos educativos y de salud tendrán Internet gratuito y de alta velocidad”). ¿A quién creerle? Lo cierto es que, a la fecha, sólo 1,200 colegios privados cuentan con plataforma virtual para dictado de clases no presenciales, lo que se ha podido corroborar durante la emergencia sanitaria.
La población escolar asciende a 9.04 millones de alumnos, de los cuales 8.03 millones corresponden a EBR, para lo cual contamos con 548,621 docentes (~493.8k EBR, ~27.5k Ed. No universitaria, magisterial, tecnológica y artística, ~13.0k Ed. Básica alternativa, ~10.5k Ed. Técnica Productiva y ~3.9k Ed. Especial), del total 63% son mujeres y 37% son hombres. Del universo de maestros, 16.8% tiene postgrado y 67.6% trabajan en el sector público.
Lo preocupante de todo este resumen, es que la mayoría de maestros, especialmente los que enseñan en colegios públicos que, como se ha mencionado, manejan el 99% de la educación rural, pertenece al SUTEP y no es secreto que, esta organización sindical está controlada por distintas facciones del comunismo, Patria Roja en particular y gran influencia del MOVADEF. Por otro lado, baste entrar a la página web del SUTEP para identificar, por su orden de aparición, cuáles son sus prioridades y estas son:
1. Historia, recordando sus inicios sin reconocimiento legal entre 1972 y 1984.
2. Huelgas históricas.
3. Reconocimiento legal.
4. Estatutos y reglamentos.
5. Pliego de reclamos.
6. Propuesta pedagógica.
7. Congresos pedagógicos.
Como se puede observar, los aspectos pedagógicos no son siquiera “la quinta rueda del coche” para el SUTEP, sino las sexta y séptima. Es evidente que sus huelgas y temas de conflicto social están en la primera línea, son su “leitmotiv” y es en manos de ellos, que estamos dejando la formación de nuestros niños y jóvenes.
Lo aquí mencionado, se ha podido corroborar con el material usado por televisión para las clases no presenciales. Uno puede observar material lleno de carga ideológica comunista y de adoctrinamiento no muy sutil, pero reiterado, al punto que se ha llegado a plantear “diferencias elitistas” por el correcto hablar del idioma castellano, por ejemplo. Por otro lado, se aprecia poca orientación a las ciencias y a las matemáticas, mientras hay alta propensión a entrar en temas sociológicos e historia reciente distorsionada y, por supuesto, ningún esfuerzo por una educación orientada al desarrollo de habilidades tecnológico-digital.
En el Perú, hay una queja generalizada por nuestra estructura productiva y nuestra alta dependencia de la industria extractiva, en particular de nuestra industria minera, mientras que, se resalta, no hacemos investigación, desarrollo e innovación. Aquí debo decir que, debemos sentir merecido orgullo e inculcarlo a todos los peruanos, por nuestra actividad minera, una de las pocas en que hemos alcanzado talla mundial y niveles de competitividad universal. Pero por otro lado, ¿cómo podemos quejarnos de no poder competir en investigación, desarrollo e innovación, si ni siquiera inculcamos amor y preferencia por las ciencias y la matemática?
Obviamente, si desde el colegio a los niños no se les inculca la importancia de la matemática y no se les muestra un método divertido de aprendizaje, a cargo de maestros que disfruten el curso y su enseñanza, además de hacerles ver su utilidad, es imposible que después, se inclinen por las ciencias y la tecnología a nivel universitario y peor aún, que quieran mañana más tarde dedicarse a la investigación científica.
Debo reconocer que, los profesores escolares de hace medio siglo en el Perú y en particular en los colegios públicos, eran unos señores profesores. Autores de libros en muchos casos, que también ejercían cátedras universitarias. Los colegios particulares trataban de contratarlos para el dictado de algunos cursos. Ellos no sólo eran conocedores de sus materias, sino que tenían grandes valores y actitud digna, que los hacía maestros queridos, admirados y respetados por sus alumnos. De otro lado y especialmente para cursos de aritmética, álgebra, geometría, trigonometría, anatomía, zoología, botánica, física y química, se contrataba también ingenieros, médicos y en general, profesionales que por su formación, dominaban esas materias.
Debo suponer que, el maltrato que el Estado le ha dado a los maestros durante todas estas décadas, ha menguado la vocación por esta noble profesión y ha deteriorado la formación y calidad de los profesores, lo que a su vez ha deteriorado el nivel educativo de los alumnos. A riesgo de ser criticado por mi “comentario machista”, el hecho que, sólo cerca de un tercio de los profesores escolares sean hombres, me induce a pensar que esta actividad se maneja como un “ingreso familiar complementario”, pues con las remuneraciones asignadas, es muy difícil sostener a una familia con los niveles de dignidad que corresponde a un maestro.
Si realmente queremos que el Perú esté en condiciones de competir en la era del conocimiento, creo fundamental replantearnos todo nuestro sistema educativo, debemos establecer como política de Estado el cumplimiento de este objetivo y establecer un “Pacto Social” para cumplir con:
1. Construir una currícula con más énfasis en las ciencias y entrenamiento tecnológico-digital.
2. Usar plataformas tecnológicas que permitan a nuestros escolares recibir las mismas materias y con igual nivel y calidad que la recibida por escolares del primer mundo.
3. Debemos renovar nuestra infraestructura educativa, construyendo cerca de 3,000 colegios, con estándares adecuados, cada año.
4. Atraer a profesionales jóvenes y con mística por la profesión de educador, para promoverlos con incentivos profesionales y económicos al logro del nivel que merecen, como forjadores de la Nación y responsables de la educación.
5. Abrir la mente de nuestros niños y jóvenes al conocimiento universal, facilitarles la información de lo que está sucediendo en el mundo de hoy y en tiempo real. Un joven escolar del Perú, debe estar recibiendo los mismos “impulsos de conocimiento” de aquellos que están en Singapur, China, India, Estados Unidos, Canadá o cualquier país de Europa y Oceanía.
6. Para lograr esto, debemos hacer que el Internet, la red dorsal de fibra óptica y todas las facilidades tecnológicas educativas estén gratuitamente a disposición de los escolares, universitarios y maestros.
Creo que dado los años de inacción que hemos dejado transcurrir, debemos poner este objetivo nacional en el centro de nuestro tablero político y no permitir que pase un día más sin que se tome acción al respecto.
Si no lo hacemos ahora, nos lamentaremos, al igual como nos lamentamos por la falta de facilidades y capacidad sanitaria, ante la pandemia.
¡Señor Vizcarra, señores congresistas y ciudadanos con aspiraciones políticas, háganse una! Lampadia