Andrea Voto-Bernales
Especialista en innovación educativa
CEO A&A para el futuro
Para Lampadia
Durante casi quince años trabajando en el sector educativo de países como Canadá y Australia, encontré una enorme inspiración en sus sistemas de educación técnica. En estos países, esta educación es un vehículo de progreso que permite a miles de jóvenes insertarse rápidamente en el mercado laboral de sus regiones.
Si bien sus universidades son espectaculares, la verdadera oportunidad que vi era acercarse a este modelo de formación más práctica y directamente alineada al empleo.
Su éxito, radica en la colaboración estrecha entre instituciones educativas, industria y gobierno.
Juntos, diseñan carreras dentro de un marco de cualificaciones que se actualiza constantemente para responder a las necesidades de la industria. Esto, facilita que el 90% de los egresados encuentren empleo en su área de estudio en solo tres meses.
En el Perú, la educación técnica no ha recibido el impulso necesario ni se presenta como una opción atractiva. Hay poca oferta y poco presupuesto designado para fortalecerla. Como sociedad, seguimos promoviendo la universidad como la mejor opción. Sin embargo, salvo pocas excepciones, la gran mayoria de universidades tanto públicas como privadas no preparan a los jóvenes para la empleabilidad. Desafíos de calidad (solo 4 universidades peruanas figuran en el ranking de las top 100 de America Latina) y modelos de enseñanza desactualizados, se suman al sombrío panorama.
En este escenario, la innovación educativa representa una oportunidad única. Si sabemos que la educación tradicional tiene muchas limitaciones, debemos potenciarla con los avances tecnológicos y la inteligencia artificial que utilizan las compañías de tecnología educativa (edtechs). Es necesario impulsar más y mejores modelos educativos de calidad, con rutas flexibles y más personalizadas, considerando la demanda de empleabilidad particular de cada región.
La brecha digital en zonas rurales no debe ser una barrera, ya que existen soluciones innovadoras que no dependen exclusivamente de la conectividad a internet. Conozco varias edtechs enfocadas en primera infancia y habilidades digitales que funcionan sin conectividad y promueven programas modernos pero muy simples de implementar. En la niñez programas en base al juego (gamification), acelera la curva de aprendizaje y los ayuda a detonar las habilidades blandas.
Hace poco, asistí al Edtechweek de Nueva York. Tres días poderosos de profunda reflexión alrededor del sector Edtech el avance de la IA, las oportunidades y los desafíos.
Una de las grandes conclusiones que me llevé, es la importancia de que el estudiante esté cada vez más «al frente y en el centro» de todo proceso educativo.
Los datos que nos proporciona la tecnología y la inteligencia artificial nos permite diseñar rutas más personalizadas y enfocarlas tanto a las habilidades duras como a las habilidades humanas (o blandas).
Lo segundo es crítico ya que, sabiendo que en cinco años muchas de las carreras que estudian los jóvenes hoy, no van a existir o serán completamente diferentes, el enfoque debe estar en el individuo y como darle las herramientas para ser más empleable, adaptativo, resolutivo y líder.
Un movimiento global que refleja este enfoque es el de los Inner Development Goals (IDG), que enfatiza cinco áreas clave: la relación con uno mismo, habilidades cognitivas, empatía, colaboración y acción.
La siguiente conclusión, es el rol crítico que tiene el sector privado como motor de la educación de calidad.
Lo primero es a través de la capacitación continua y bien diseñada de su fuerza laboral. Las empresas pueden hacerlo mejor y más rápido que el sistema tradicional adoptando soluciones de edtechs enfocadas en desarrollo profesional.
Lo segundo es a través de los planes de sostenibilidad. Esto, ya dejó de ser un ideal altruista, para convertise en un enfoque estratégico de negocio midiendo su impacto y reportándolo en sus estados de resultados. El que no lo vea así, no va a subsistir.
En América Latina, existen más de 5,000 compañías de tecnología educativa, varias de ellas peruanas, con un gran potencial para cerrar brechas educativas y mejorar la empleabilidad de manera rápida. Proyectos empresariales desarrollados en colaboración con aliados estratégicos como las edtechs, entre otros, pueden contribuir directamente al avance de al menos cinco de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en el Perú.
La responsabilidad es de todos. Lampadia