Daniela María Delgado Ehni,
Psicóloga Clínica (PUCP)
MsC. Psycoanalisis y Desarrollo Humano (UCL)
Para Lampadia
Hoy los centros de educación en su gran mayoría se encuentran cerrados. Más allá de unos cuantos… guarderías, nidos, colegios, academias y universidades llevan más de 480 días sin recibir a la totalidad de su población. ¿Por qué? porque son percibidos como tremendos focos de contagio. El estado considera que, salvo algunos casos muy puntuales, el regreso a clases aún no es posible bajo ningún tipo de modalidad ya que las condiciones que plantean como básicas para que esto se dé, de manera segura y sin impactar negativamente en las cifras de contagios, están aún lejos de ser posibles.
Por consiguiente, infantes, niños y adolescentes están siendo vulnerados en su derecho a recibir educación como corresponde. Y lo digo así ya que, a estas alturas, lo que realmente corresponde, es que al igual que en el resto de la región, los centros educativos estén recibiendo a sus alumnos bajo lineamientos claros y definidos.
Me pregunto: ¿Existen protocolos? ¿Qué mejoras se vienen haciendo en los centros educativos? ¿Los centros educativos cuentan con pautas claras para irse ajustando, acondicionando y preparando? ¿La plana directiva y docente tiene alguna idea de cuándo sucederá? ¿Los centros educativos se están organizando orientados por las autoridades competentes?
Los esfuerzos que se hicieron en su momento para que la educación no se detenga a través de una plataforma virtual, es algo meritorio. Pero a estas alturas su existencia como única vía para aprender, ya está generando efectos nocivos. Maestros, alumnos y padres están tremendamente agotados de tener que sostener encuentros diarios a través de una pantalla para que el aprendizaje continúe y la consciencia de todos esté tranquila. La novedad y expectativa, han dado paso al aburrimiento y la desmotivación, afectando esto el desarrollo cognitivo y socioemocional de quien debe ser educado.
Creo que a muchos nos preocupa lo prolongada que viene siendo la educación virtual y más aún si revisamos lo que significa según el diccionario la palabra virtual: “es lo que existe de manera aparente y no real.” Consecuentemente, tenemos la ilusión de que se está aprendiendo, pero la realidad, es que la total experiencia de aprendizaje, no está sucediendo. Educar, va más allá de las materias que se enseñan. Como bien se define este verbo transitivo, educar, implica generar facultades intelectuales, morales y afectivas, de acuerdo con la cultura y las normas de convivencia de la sociedad a la que se pertenece. Claramente ello no está sucediendo. Creo pues, que muchos se están quedando con la ilusión, pero claramente lo sustancial de la educación, no está entrando en la ecuación.
Considero que el sector educación debe apostar más por sí mismo y seguir comprometiéndose con la totalidad de su definición. Debe comprender además que hoy por hoy la educación previene en términos de salud, genera mayor equidad en lo que son oportunidades futuras y es lo que a través de los años nos ha permitido evolucionar y ser una especie que se autodenomina civilizada… si es que realmente lo somos y queremos seguirlo siendo.
Nelson Mandela tiene una frase célebre: “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo.” Apostemos pues por darle paso de manera seria a la educación en su totalidad. Lampadia