Estos tres temas, la formalización del empleo, las pensiones de jubilación y el manejo futuro del IGV han terminado, curiosamente, en una intersección que puede ser una ayudadita del Ángel de la Guarda, después de tanto mamarracho que hemos hecho, por separado, con los tres temas.
La informalidad laboral es una trampa de la que aún no logramos salir. Esta se originó desde las primeras migraciones de la sierra a Lima, hasta la formación de la nueva clase media con la emergencia de nuestra incipiente economía de mercado. Una clara expresión de resiliencia social que permitió, de alguna manera, convertir la tragedia del abandono y el desempleo en una bullente propagación del emprendedurismo. Ver: La fuerza del migrante: emprendimiento y libre mercado.
En cuanto a las pensiones hemos producido una suerte de ‘suicidio social previsional’ al haber desbaratado el Sistema Privado de Pensiones con las normas que permiten el retiro del 95.5% de los fondos individuales a los 65 años de edad y, con el retiro optativo del 25% del mismo para el financiamiento de vivienda. Ambas medidas se sacaron apuradamente en uno de los peores Congresos de nuestra historia (sino el peor a secas). Toda la sociedad fue manipulada o acobardada por unos cuantos activistas que ante el vacío de buena parte de la clase dirigente, llenaron los titulares de los periódicos y las preguntas de las encuestas de opinión.
En este tema se llegó al colmo de tener a un diretor de maestría en economía de una importante universidad, haciendo una campaña mediática para promover la absurda legislación. El mismo afirmaba que la gente que retirara su dinero, lo iba a cuidar para mantener el sustento en la vejez.
Sintomáticamente, en Lampadia publicamos un informe sobre como los jubilados de uno de los países más ricos del mundo, Japón, robaban en las tiendas de departamentos para ser arrestados, pues vivían mejor en la cárcel por la calidad de la comida, alojamiento y cuidado de la salud, en comparación con lo que podían lograr con sus pensiones.
En el resto del sistema pensionario, la ONP, que paga pensiones de miseria apropiándose de los aportes de un 65% de sus afiliados que no llegan a acumular 20 años de aportaciones. Un sistema quebrado, que representa un forado de la caja fiscal que nos acompañará muchos años. Finalmente, tenemos también Pensión 65, un programa social del gobierno de Humala, basado en la filosofía del fracasado asistencialismo de Chávez en Venezuela y Lula en Brasil.
Por el lado del IGV tenemos la propuesta del gobierno de PPK para reducirlo el IGV hasta en tres puntos. Su aplicación sería paulatina, empezando con un 1% y graduándose según la respuesta fiscal.
¿Cuál es la intersección? ¿Cómo conectamos los tres temas?
Usando parte de los pagos de IGV como aportes individuales a fondos privados de pensiones de todos los peruanos sin excepción.
Este mecanismo permitiría formalizar el empleo y dar acceso a pensiones privadas al 100% de los trabajadores.
Esta idea fue propuesta por Lampadia en enero del 2014, ver El IGV como aporte al Fondo de Pensiones y formalización del empleo. Esta es diferente a la de Santiago Levi del BID que concibió que los aportes fueran a un pozo común para pensiones de reparto.
Con el aporte de una parte de los pagos por IGV a cuentas individuales se podrían obtener los siguientes resultados:
- Registrar y formalizar a toda la clase trabajadora, pues sería muy extraño que alguien dejara de canjear su IGV por ahorro previsional privado bien remunerado.
- Establecer un sistema universal de pensiones al que se podría aportar desde los 18 años y que podría permitir acumular un fondo adecuado, por lo menos para una pensión base o mínima de buen nivel, dado el período de aportes de 47 años (18 a 65) con el efecto de la tasa de interés compuesta. Por ejemplo, un aporte de 10 soles después de 47 años con un rendimiento de 7% anual generaría 240 soles, y en 24 años, el promedio del período sugerido de aportes, 51 soles por cada 10.
- Se podría disminuir la evasión de pagos del IGV.
- Se podría cerrar la ONP y poner coto al forado fiscal que hoy representa.
- Se podría ir eliminando las inafectaciones al IGV y tener un sistema plano y universal.
- Aumentaría la recaudación de IGV, lo que podría compensar (total o parcial) los puntos que se usen en los canjes.
En Lampadia asumimos que el nivel de canje debería estar entre 3 a 5 puntos de los actuales 18 puntos del IGV. Sin embargo, es evidente que habría que hacer los cálculos adecuados en función de los períodos de aporte y demás factores vinculados.
También será necesario ver como se establece un objetivo de pensión mínima que podría lograrse mediante aportes del Estado que complementen lo que el trabajador pueda haber acumulado por su cuenta.
Esta propuesta no fue nunca recogida por la Asociación de AFPs ni por las empresas individualmente. La verdad es que nunca manifestaron ningún interés en siquiera conversar del tema. En Lampadia hemos defendido el sistema privado y no a las AFPs.
A diefrencia de las AFPs, nuestra propuesta ha sido recogida por importantes analistas económicos y políticos independientes como:
- Elmer Cuba[1]
- Eduardo Ferreyros[2]
- Pablo Secada[3] (confundiendo la propuesta con la de Levi)
- Farik Matuk[4]
- Luis Galarreta[5]
Con el mayor de los respetos, invocamos al gobierno del Partido de Peruanos por el Kambio y a su futuro Ministro de Economía, Alfredo Thorne, a convocar un debate técnico sobre estos tres temas antes de proceder a ejecutar decisiones parciales que puedan debilitar la eventual acción conjunta sobre los mismos. Esperamos, de igual manera, que la bancada de Fuerza Popular se sume a este debate.
Nuestra propuesta puede sonar disruptiva para algunos, pero no debemos olvidar que muchas veces los problemas que no tienen solución, como la persistente informalidad, la falta de acceso a un sistema de pensiones de los trabajadores independientes y, el alto nivel de evasión del IGV, solo pueden enfrentarse ‘saliendo del cuadrado’.
Por el lado de Lampadia hemos tenido que multiplicar nuestra publicaciones sobre el tema, para compartir nuestras ideas y también para llenar el vacío que debió ser llenado por gremios empresariales, analistas, académicos y en general, líderes de opinión, que prefirieron pasar al lado de los observadores. Ver nuestras publicaciones:
¿Quieres que tu papá tenga una pensión?
Ancianos japoneses prefieren la cárcel a pobres pensiones
Legisladores parecer ir más allá de la razón
Un debate técnico sobre el futuro de las pensiones
¡Juguemos a la Ronda! Todos a Pensión 65
Futuro de los jubilados en la picota
Réquiem por las pensiones decentes y seguras
En el país de los mitos, los falsarios son reyes
Una pensión para todos como se debe
Propuestas para mejorar el sistema
Cuidado, no destruyamos las AFP, mejoremos el Sistema
Enfoquemos adecuadamente el debate
Lampadia
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[1] Gestión, 12 de mayo de 2016
[2] Perú21, 15 de marzo de 2016
[3] Entrevistas con Jaime de Althaus
[4] La República, 30 de junio de 2016
[5] La República, 17 de noviembre de 2015