En el último informe semestral de América Latina del Banco Mundial (BM), llamado “América Latina recorre un estrecho camino al crecimiento: La desaceleración y sus retos macroeconómicos”, se pronostica un cuarto año de crecimiento lento para la región. Además, concluye que el fuerte crecimiento de la década del 2000 difícilmente volverá a la región a menos que se adopten enérgicas reformas a favor del crecimiento.
El informe revela que América Latina y el Caribe se han desacelerado más que las otras regiones emergentes. Esto refleja los efectos de amplificación de un descenso inusualmente fuerte en la inversión entre los países exportadores de materias primas de la región.
En este entorno externo menos favorable, los líderes de América Latina se enfrentan a diversas opciones de respuesta política para estimular sus economías. Importadores de productos básicos, como los países del Caribe Oriental, tendrán un camino más fácil dados los precios más bajos de las materias primas y la recuperación económica de Estados Unidos. En cambio, exportadores de productos básicos con poca flexibilidad del tipo de cambio probablemente se enfrentarán a una situación más difícil, ya que la transición a la «nueva normalidad» tendrá que depender de una reducción significativa en el gasto agregado.
«Mirando hacia el futuro, ahora está claro que la adopción de políticas para estimular el ahorro será importante para fortalecer las bases del crecimiento y la estabilidad macroeconómica. Esta es una tarea difícil que tomará tiempo, pero va a demostrar que hemos aprendido de nuestras experiencias», aclara Augusto de la Torre, Economista Jefe del BM para América Latina y el Caribe.
Actualmente, las tasas de ahorro de América Latina se sitúan alrededor de 10 puntos porcentuales por debajo de Asia. Según el informe, el aumento de las tasas de ahorro proporcionaría más margen de maniobra para la política monetaria y fiscal. Además, cada vez hay más pruebas de que los ahorros pueden promover un mayor crecimiento sustentando un tipo de cambio real más depreciado y reduciendo de la dependencia del ahorro externo. Ambos, a su vez, podrían impulsar la competitividad externa, reducir el costo del capital, respectivamente y la mejora de la sostenibilidad del crecimiento.
En este contexto, el BM destacó la sólida posición fiscal que tienen Bolivia, Chile y Perú. En este momento, cuentan con un margen fiscal razonable, lo que se debe en gran medida al elevado ahorro de los últimos años, que a su vez redujo la deuda gubernamental y la acumulación de sus Reservas Internacionales Netas (RIN). Considera que estos países que cuentan con un mayor ahorro interno podrán fomentar el crecimiento.
Es por eso que ahora se necesita que organismos gubernamentales como el Ministerio de Economía y Finanzas tengan una mayor ejecución de proyectos para aprovechar el buen posicionamiento del Perú y adopten políticas que le permitan retomar tasas mayores de crecimiento.
Aún así, reiteramos nuestras atingencias a este tipo de análisis, pues asumen que el Perú es un país comparable a los demás de la región. Gracias a Dios, eso no es así, el Perú tiene condiciones únicas que no comparte ningún otro país de la región. Nosotros tenemos reservas productivas acumuladas y no explotadas en una serie de sectores, producto del “apagón productivo y de inversión” que nos “regalaron” nuestros gobiernos durante los años 60, 70 y 80. En esos años, mientras todos los demás seguían desarrollando sus capacidades, nosotros hicimos un receso. Es así, que hoy tenemos un potencial minero para multiplicarnos por 5; igual o más en energía; en forestería, podemos multiplicarnos por 30; podemos desarrollar acuicultura en nuestros ríos, cochas y mares; etc. El Perú es infinito en comparación al tamaño de nuestra población. Solo necesitamos un gobierno que entienda esa realidad y permita que nuestra capacidad creativa se encargue del resto. Lampadia