Fausto Salinas Lovón
Para Lampadia, desde el Cusco
A finales de noviembre el gobierno ha hecho gala de la exitosa colocación de bonos por 10,200 millones de soles y en la primera semana de diciembre, en el encuentro con gobernadores regionales, ha quedado en evidencia la poca capacidad de gasto de las regiones y la flexibilidad del gobierno en materia presupuestal. Han quedado, por lo tanto, sobre la mesa, dos temas sobre los cuales es necesaria una reflexión en una perspectiva distinta: DEUDA Y GASTO PÚBLICO.
Según el MEF[i], la deuda pública en MILLONES DE DÓLARES, al 30.09.2019 (sin considerar la exitosa emisión de noviembre) es la siguiente:
El principal de esa deuda equivale a 51,197 MILLONES DE EUROS, cerca de 1,317 MILLONES DE EUROS más que el año 2018 y cerca del doble de la deuda pública del período comprendido entre los años 2009 y 2000, que se mantuvo por debajo de los 26,000 MILLONES DE EUROS.[ii]
La consecuencia de este crecimiento de la DEUDA PÚBLICA peruana es que a su vez la DEUDA PÚBLICA PERCÁPITA (es decir lo que debe cada habitante) ha pasado de 943 € /habitante del año 2,000 a 1,559 € /habitante en el año 2018, según las cifras disponibles a la fecha, pese a que la deuda ya no representa el 44,91% del PBI como era en el año 2000, sino únicamente el 26,15% del PBI el año 2018. Muy lejos quedó el record del año 2008, donde la deuda percápita era de apenas 803€ /habitante. Dicho de otro modo, la deuda que carga en su espalda cada peruano, es casi el doble de la deuda que cargábamos el 2008.
La pregunta que cae de madura es la siguiente. ¿Por qué debemos cada vez más?
Aquí algunas respuestas muy simples, que pueden estar sujetas a aclaraciones, precisiones y correcciones, pero sirven para la reflexión que les planteamos:
- La primera es obvia, porque el estado peruano se presta más dinero del exterior y de sus ciudadanos.
- La segunda respuesta fluye de ver las diminutas cifras del rubro ‘DEUDA ATENDIDA’ desde el año 2009 a la fecha: estamos pagando poca deuda, buena parte de los pagos se van a intereses y en el caso de la deuda externa, otra parte se van a comisiones. Veamos el cuadro siguiente:
- La tercera respuesta tiene que ver con el gasto del Estado. El estado gasta cada vez más y por ende, necesita más crédito. Estamos gastando dinero prestado.
- Si a esto le agregamos que el país, cada vez produce menos (caída del crecimiento del PBI) y por ende tiene menos impuestos y recaudación, tendremos que no existen fuentes sanas de recursos para el gasto y por ello se sigue recurriendo a la deuda pública.
En este contexto de MÁS DEUDA, resulta cuestionable el pobre nivel de ejecución presupuestal del Estado peruano (sin ingresar en el análisis a la calidad del gasto público que es un tema más serio todavía). Solamente sobre la base de los montos presupuestados, según la misma fuente del MEF[iii], al 19 de diciembre de 2019, el AVANCE en la ejecución del presupuesto es del 78,1% a nivel nacional. En los gobiernos regionales el avance es del 78,5 % y en los gobiernos locales solamente del 64,3 %. En términos monetarios quiere decir que sobre el presupuesto institucional modificado (PIM) del año 2019 hay sin ejecutar cerca de 41,669 millones de soles, equivalentes a 11,201 MILLONES DE EUROS, que serán gastadas de manera precipitada, cuando no irresponsable en lo que resta del año. ¿No sería este el momento para pensar en destinar estos recursos a un objetivo más sano para la economía como reducir la deuda pública?
Creo que este es un debate que debe abrirse a pesar de la oposición de autoridades locales, regionales, burócratas o contratistas con el estado. La combinación entre MÁS DEUDA Y MAL GASTO es una combinación letal para el futuro del país y es necesaria una reflexión por encima de los lugares comunes que se manejan sobre esta materia.
Si, con esta medida se quisiera además alentar el consumo, se haría muy bien en destinar una parte significativa de estos recursos, provenientes de la incapacidad de gasto del estado, al pago de la deuda interna a maestros, jubilados, trabajadores estatales, acreedores al estado, expropiados de reforma agraria, acreedores indemnizatorios del estado y otros, que destinarán un alto porcentaje de estos ingresos al consumo y/o inversión local.
El gobierno, que ha hecho gala en el último GORE REGIONAL de su capacidad de ‘chocolatear’[iv] los presupuestos regionales para permitir que gasten más los gobiernos regionales, bien podría dictar una medida similar para que los recursos no utilizados y no comprometidos, se destinen a reducir la deuda pública peruana, en lugar de que se destinen a adquisiciones improductivas o queden en manos de la corrupción estatal.
Si no enfrentamos este serio problema, la DEUDA PERCAPITA seguirá creciendo y los jóvenes deberán soportar y pagar con su trabajo e impuestos en el futuro, una DEUDA PERCAPITA que al paso que vamos, superará fácilmente los 2,000 € / habitante. Si hay algo por lo cual debieran protestar los jóvenes, debería ser por esto y pedir MENOS DEUDA Y MENOR Y MEJOR GASTO PÚBLICO. La combinación actual de MÁS DEUDA Y MÁS Y MAL GASTO PÚBLICO es insana para el futuro del país.
[iii] http://apps5.mineco.gob.pe ejecución preupuestal
[iv] Frase utilizada por el presidente Vizcarra para explicar la autorización dada a gobiernos regionales para utilizar recursos presupuestados para un fin en obras, proyectos o fines diferentes.