Pablo Bustamante Pardo
Expresidente de IPAE
Director de Lampadia
Increíble, hasta los analistas regionales de The Economist se alteran por una inversión china, estratégica para el Perú. No se diga nada de los ceñudos analistas locales que ven el desarrollo del gran puerto de Chancay como una amenaza de la geopolítica de China.
El Perú tiene mucho que ofrecer al mundo del siglo XXI, materiales estratégicos como el cobre y el litio, frutas y hortalizas frescas a los necesitados mercados de alimentos globales, diversidad de productos ictiológicos, excelentes activos turísticos, desde la geografía y la cultura, hasta la gastronomía, y por supuesto, nuestra estratégica ubicación en la cuenca del Pacífico.
Pero toda esa riqueza, aún por aprovecharse para la prosperidad de todos los peruanos, tiene que desarrollarse con recursos económicos que no tenemos. Recursos que por lo tanto, debemos atraer desde todos los confines del planeta.
Con la Constitución de 1993 y la apertura comercial, el Perú pudo atraer inversiones en distintos sectores y pasamos de exportar US$ 3,200 millones en 1990, a US$ 64,000 millones el 2023.
A inicios de la segunda década del siglo llegamos a invertir el 25% del PBI, aproximadamente US$ 55,000 millones en un solo año, de los cuales la inversión del Estado fue solo de unos US$ 12,000 millones, la inversión extranjera otro tanto, y la inversión de peruanos, unos US$ 31,000 millones, compuesta de muchas pequeñas y medianas inversiones.
Pero ese proceso virtuoso de inversión se malogró desde el 2011 con Humala y la seguidilla de malos gobiernos que instalaron una absurda y creciente crisis política.
Desde entonces no hemos vuelto a tener un solo proyecto de inversión grande, ni productivo ni de infraestructuras, excepto la inversión privada en el puerto de Chancay, que varios pretenden tirar abajo.
El puerto de Chancay es muy importante para el Perú por su ubicación y profundidad, puede concentrar buena parte del comercio marítimo de Perú, Chile, Bolivia y Brasil con todo el Asia en buques de gran calado y volumen, que hacen muy eficiente el transporte.
Puede generar el desarrollo de infraestructuras de transporte vial y ferroviario que sirva toda Sudamérica, empezando por las conexiones con Brasil.
Puede generar el desarrollo de polos industriales y de servicios como los conversados por la exitosa delegación peruana en su reciente Visita de Estado a China.
Pero este desarrollo no le gusta a los medrosos y anti-inversión, no le gusta a EEUU, que ha abandonado la región, y que aparentemente se dio el lujo de sabotear anteriormente el desarrollo del proyecto ferroviario Brasil-Perú-China, con los buenos oficios de PPK y Vizcarra, que descartaron el proyecto y prefirieron sumarse a un absurdo plan de Evo Morales para Bolivia.
Ver en Lampadia:
Entre tren y tren se va, se va… el tren – Cuidando el interés nacional de ¿Bolivia? (3 de noviembre, 2016).
El Perú desecha tren China-Brasil-Perú – ¿Argumentos falaces o malos entendidos? (21 de noviembre, 2016).
Por otro lado, ahora aparecen noticias apuradas sobre un eventual proyecto portuario en Corío, al sur de Arequipa, como competencia del puerto de Chancay. Este proyecto no pasa todavía de ser un buen deseo, inclusive nuestras fuentes en Arequipa, nos dicen que se estaría aprovechando la coyuntura para especulaciones de terrenos en la zona.
El Perú debe tener muy claros sus grandes y permanentes intereses nacionales. Seremos un país pequeño, pero somos cuna de civilización, una ‘civilización madre’ junto con Mesopotamia, Egipto, India, China y Centroamérica. Tenemos inmensas y variadas riquezas que ofrecer al mundo, y tenemos el ejemplo de peruanos universales que supieron poner en alto el nombre del Perú, como Víctor Andrés Belaunde Diez Canseco y José Luis Bustamante i Rivero.
A nuestra generación nos toca saber negociar nuestros espacios en el mundo del siglo XXI, con China, EEUU, Europa, Japón y Corea del Sur, y poner al Perú en un sitial de respeto y consideración globales. Lampadia
La presencia de China en América Latina se ha expandido dramáticamente
Los líderes de la región no están considerando los riesgos de la creciente dependencia
The Economist
4 de julio de 2024
Lima
Traducido y glosado por Lampadia
Su rompeolas principal es visible desde un avión a 6,000 metros, un gancho que sobresale hacia el Pacífico desde el desierto costero de color rojizo de Perú.
En noviembre, si todo sale como está previsto, el presidente chino Xi Jinping inaugurará el enorme nuevo puerto de Chancay, a 70 kilómetros al norte de Lima, en el que Cosco, una empresa china, y su socio local han gastado hasta ahora 1,300 millones de dólares.
Chancay ejemplifica la huella que China ha dejado en América Latina en este siglo. El comercio bilateral ha aumentado de 18,000 millones de dólares en 2002 a 450,000 millones en 2022. Si bien Estados Unidos sigue siendo el mayor socio comercial de la región en su conjunto, China es ahora el mayor en América del Sur, junto con Brasil, Chile, Perú y otros.
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