Fausto Salinas Lovón
Para Lampadia
Gravar con el IGV el uso de servicios digitales y la importación de bienes intangibles por internet tales como Netflix, Zoom, Spotify, el almacenamiento de datos en nubes, el uso de Airbnb, Uber, Facebook Ads, Amazon, el acceder a cursos en línea, entre otras perlas del Decreto Legislativo 1623, es una muy mala Arista del gobierno de la señora Boluarte.
Es una mala arista de este gobierno no solo porque encarece estos servicios a los cuales acceden millones de peruanos, sino, sobre todo porque lo hace un gobierno, cuyo ministro de economía, el Señor José Arista, al mismo tiempo que nos quiere sacar más dinero del bolsillo, derrocha los recursos fiscales en medidas como estas:
- 1,300 millones de dólares en la quebrada Petroperú, mediante dos operaciones de endeudamiento de 500 y 800 millones de dólares según el D.U. 004-2024 de febrero de este año.
- 100 millones de soles para el Huayqui Oscorima, mediante D.U, 006-2024, en medio del escándalo de los Rolex.
- 500 millones de soles para “gastos operativos e inversiones” extraordinarias de los gobiernos locales, los socios políticos del gobiernos, mediante D.U. 007-2024.
- 100 millones para el Plan Unidos del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego, mediante D.U. 003-2024.
- 331 millones en bonos de buen pagador y bono familiares habitaciones para el programa Mi Vivienda, que si bien son un gasto menos descarado que los anteriores, no dejan de ser regalos con los recursos cobrados a millones de peruanos. D.U 010-2024.
- 9 millones de soles para las celebraciones del Bicentenario por parte del Ministerio de Cultura. Decreto 11-2024.
Un ministro que avala con 1,300 millones de dólares de los peruanos a una empresa que el año anterior perdió 800 millones de dólares, no califica ni para sectorista de crédito. En una entidad financiera seria habría sido despedido de inmediato y estaría procesado. Un ministro que mediante Decretos de Urgencia inconstitucionales, mal utilizados y no fiscalizados por un Congreso cómplice, regala 1,040 millones de soles a sus socios políticos en ministerios, regiones, municipalidades o programas sociales de dudoso beneficio, tampoco es lo que el país necesita.
Un ministro que es incapaz de contener el dispendio del gobierno y apela al fácil expediente de incrementar tributos, mucho menos.
Señor Arista, si usted no tiene la capacidad de contener el derroche populista y clientelista del gobierno, no tiene usted autoridad ni legitimidad para meter la mano en el bolsillo de los ciudadanos para seguir alimentando de recursos a la CASTA POLITICA peruana que se reparte el presupuesto en ministerios, programas, municipalidades y regiones. Los peruanos no tenemos de donde seguir pagando este derroche. Sobre todo, porque de admitirse esto, usted o quien lo suceda, al servicio de esa CASTA POLITICA, vendrá por más cuando lo derrochado ya se haya agotado. Incrementará el IGV, subirá la renta de las personas naturales, aumentará el impuesto a las empresas, gravará con impuestos lo que hoy no imaginamos y nos volverá a meter la mano al bolsillo.
Como resulta poco probable que en el Congreso se fiscalice este despropósito tributario, porque los partidos que lo controlan se benefician del mismo, esperemos que el Tribunal Constitucional actúe, a instancia de 5,000 ciudadanos u otro ente legitimado, para revisar la constitucionalidad de medidas como estas que desnaturalizan la potestad tributaria y le confiscan recursos a los ciudadanos. Lampadia