Jaime Spak
Para Lampadia
El candidato Pedro Castillo, utilizo durante su campaña presidencial el slogan: “no más pobres en un país rico”.
Sin embargo, luego de su nefasto paso por el poder de 15 meses, no cumplió con su slogan, más bien la pobreza creció.
En el año 2019, la pobreza en el Perú había llegado a bajar hasta casi el 20% de la población.
En la actualidad la pobreza ha crecido 8% y hay casi nueve millones de habitantes en la línea de pobreza.
Aceptar esta realidad a estas alturas del siglo XXI, es una vergüenza nacional.
Nos preguntamos: ¿hay forma de disminuir la pobreza en el Perú?
Creemos que sí.
Se puede lograr de dos maneras:
- Repitiendo lo hecho desde el 2004, en que la pobreza era de un 48% y en base al crecimiento económica se logra llegar en el 2019 al 22 %.
- Haciendo un agresivo programa de gobierno para lograr recuperar el crecimiento, pero acompañado de políticas muy precisas.
El gobierno debe de dar importancia a cuatro aspectos fundamentales:
- Educación
- Salud
- Seguridad
- Infraestructuras
Todo lo demás tiene que venir aparejado de una política de estado, que permita que la inversión privada se encargue del crecimiento del país.
Un país que crece es un país que vence a la pobreza.
Si damos reglas claras a los inversionistas para que ingresen al mercado, se puede lograr.
Nada de sorpresas, ni cambio de reglas de juego.
Un país que tiene nueve millones de habitantes que están en un nivel de pobreza, ¿creen que tendrán la capacidad de saber elegir a sus autoridades?
Elegirán a aquellos que vienen con cantos de sirena a ofrecerles cosas imposibles de cumplir.
Un país cuya educación está en un estado deplorable, ¿creen que tendrán gente capaz de diferenciar lo bueno de lo malo?
Un país cuyos hospitales se caen a pedazos y para conseguir una cita en la salud publica deben de esperar meses, ¿creen que la gente tendrá la tranquilidad para elegir a los mejores?
Un país que no está interconectado, no permite que los pequeños agricultores, comerciantes, puedan acceder a los mercados con más facilidad.
Pero lo más importante es que un país con un nivel de inseguridad en el que vivimos nunca podrá crecer.
Para vencer la pobreza, los pequeños emprendedores deben de tener seguridad.
Basta que tenga signos exteriores de progreso para que sea extorsionado por gente de mal vivir.
Pero lo más importante y urgente es un cambio radical en la educación.
Un país bien educado logra que la juventud tenga las mejores armas para su progreso.
Un país bien educado lograra que la gente pueda discernir al momento de elegir a sus autoridades.
Un país como el nuestro debe de volver a contar con una entidad que vigile los centros de enseñanza superior, para que no estén en manos de gente inculta e incapaz.
Varios propietarios de universidades solo buscan el lucro personal.
No olvidemos las tesis truchas de Castillo y su esposa.
Un país bien educado, nunca más tendrá en su congreso gente de tan bajo nivel intelectual como el actual.
Al congreso ingresaron una serie de profesores de primaria, que al momento de escucharlos nos damos cuenta que estos padres de la patria no han recibido una educación adecuada.
Ellos son los que educan a nuestros jóvenes.
Un país bien educado nunca más debe de tener entre los que imparten justicia, a hermanitos, ni a bandas organizadas en las cuales no se diferencian quien es el que juzga y quien es juzgado.
En 1968 ingresamos a la UNI un grupo de jóvenes de diferentes estratos sociales.
Teníamos algo en común una buena educación.
Entre mis compañeros había hijos de obreros, bodegueros, comerciantes y también de gente pudiente, pero no había distingo entre nosotros.
Fuimos consecuencia de una época de clase media fuerte y estabilidad económica.
Insisto que este gobierno que se quedara otros tres años tiene una oportunidad de oro de regresarnos al camino del crecimiento.
Es urgente lograr:
- Mayor inversión para un crecimiento sostenido.
- Reorganizar la seguridad nacional
- Mejorar la infraestructura de salud
- Apoyo a la educación con un cambio radical en la calidad del currículo y apoyo en capacitar profesores.
Para ello debe de convocar a las mentes más lúcidas en la educación y hacer un consejo permanente de apoyo a la mejora de la educación.
Todo esto se puede realizar, pero con una sola condición, y es la honestidad.
La corrupción ha generado perdidas por cerca de 25,000 millones cada año.
Mas del 2.7% del PBI.
Si ese dinero robado a todos los peruanos se hubiera utilizado en el plan que he detallado sería muy fácil vencer la pobreza.
¿Sera Posible vencer a ese monstruo?
Esa es la pregunta del millón.
No más pobres en un país educado, y en crecimiento.
Lampadia