El presidente Humala viene desarrollando un gobierno que, más allá de algunos cuestionamientos, se puede considerar aceptable, sobre todo, por el respeto a la institucionalidad democrática y la vigencia de la economía de mercado. También hay reformas valiosas como la ley del servicio civil que instaura la meritocracia en el sector público y la voluntad de destrabar el Estado para fomentar las inversiones. Sin embargo,se han frustrado proyectos importantes para el desarrollo del país, se ha ralentizado el crecimiento y se ha debilitado la confianza de los empresarios y ciudadanos en el futuro.
Este gobierno no puede fracasar en seguir consolidado nuestro desarrollo integral. El Perú no puede bajar su ritmo de avance hacia la realización de su potencial como un país exitoso con las mismas oportunidades para todos sus hijos. Hoy día necesitamos un buen golpe de timón, y este debe darlo el propio Presidente de la República.
e Una llave maestra es aquella herramienta que nos permite abrir todas las puertas. En política, una llave maestra puede facilitar el camino al éxito de una gestión gubernamental.
En Lampadia creemos que el Presidente, debería asumir personalmente la facilitación y seguimiento de cinco grandes proyectos de inversión de alto impacto para el país. Por ejemplo, podría comprometerse con dinamizar los proyectos de Conga, Tía María, el Gasoducto del Sur, la Longitudinal de la Sierra y el Túnel Trasandino.
Ese involucramiento presidencial tendría una influencia muy positiva en dichos proyectos, pero además, generaría efectos muy benéficos para el resto de la administración pública, ya sea identificando trabas legales y administrativas, o dando un ejemplo de sentido de dirección, prioridades y acción de gobierno, que percolarían en toda la administración.
Si el Presidente encabeza la implementación de estas iniciativas -en algunos casos privadas y en otros, concesiones o APPs (asociaciones público-privadas), no solo habrá garantizado una saludable continuación de nuestro avance económico y social, sino que habrá conseguido una trascendente victoria política sobre las minorías radicalizadas que pretenden paralizar la inversión y desestabilizar al gobierno en búsqueda de espacios políticos de interés particular.
Se ha vuelto un lugar común señalar que la política y el Estado no acompañan los éxitos del desarrollo de nuestra economía, remarcando un creciente divorcio entre la política y la economía. Desde esta tribuna solo ambicionamos el éxito de esta gestión gubernamental, y con humildad, SeñorPresidente, le sugerimos que asuma el reto, que encabece cinco grandes proyectos y, que garantice así más crecimiento, más empleo, más inclusión y más orden.