Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 26 de junio de 2023
Para Lampadia
El titular noticioso de la semana pasada fue “MIDAGRI: Producción nacional agropecuaria cae 14.2% en abril de 2023”. Pero peor aún fue el detalle de la noticia “la caída en el subsector agrícola entre enero y abril se debió básicamente por la menor producción obtenida de papa que disminuyó en 25.9%.”
Claramente, el funcionario que elabora las estadísticas del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (MIDAGRI) no tiene idea de lo que hace.
Una caída de 25.9% en la producción de papa sería una catástrofe. Los precios estarían por las nubes. Y ese no es el caso. Con 25.9% menos de producción de papa, habría un severo desabastecimiento (faltante) de cerca de 1’300,000 toneladas para atender la demanda normal de papa de los peruanos. Estaríamos en situación de hambruna. Y ¡nada que ver!
Pues bien, eso que dice el sentido común, se puede corroborar en el propio MIDAGRI, que monitorea los volúmenes y precios de una amplia gama de productos agrícolas: verduras, cereales, azúcar, frutas, aceite y demás, que se comercializan en los mercados mayoristas de Lima y del interior del país. (Ver: Sistema de Precios y Abastecimientos (SISAP) – Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (midagri.gob.pe)) Ciertamente, se trata de un excelente sistema de información estadística sectorial.
¿Qué dice el SISAP respecto de la papa?
Pues que entre enero y abril del 2023, ingresaron al Gran Mercado Mayorista de Santa Anita en Lima 234,582 toneladas. Y que en el mismo período del 2022 ingresaron 227,485 toneladas. O sea, entre enero y abril del 2023 ingresó más papa (7,097 toneladas más) que en el mismo período del año pasado. ¿Cómo podría haber ingresado más papa al mercado de Lima si la producción, como dice el MIDAGRI, habría caído más de 25%? No tiene sentido.
Más incoherente aún es la información de precios que reporta el mismo SISAP del MIDAGRI. ¿Acaso una caída tan significativa en la producción de papa no se reflejaría en un alza proporcional en los precios? Obvio. El problema es que ese no es el caso. Los precios de la papa blanca – la variedad más producida y comercializada en nuestro país – han caído a sus niveles más bajos de los últimos 2 años. Eso, de ninguna manera refleja falta o escasez de papa. Al contrario, los precios caen porque la oferta de papa ha aumentado en lo que va del 2023. Incluso, en junio actual, los precios de la papa han seguido bajando. Lo cual denota que está ingresando cada vez más papa al mercado de Santa Anita.
Por otro lado, tenemos mucha información que denota aumentos en la producción agrícola en este 2023. La mayoría de los cultivos de agroexportación vienen creciendo en volumen: arándanos, uvas de mesa, paltos, mangos, etc. La producción de caña de azúcar, arroz, cacao y maíz también viene creciendo. El único cultivo importante cuya producción viene cayendo es el café.
Ahora bien ¿por qué estamos creciendo en el sector agrícola? Muy sencillo. Porque tenemos agua. No tenemos sequía como dicen algunos. Por otro lado, tenemos fertilizantes. Nunca faltó urea. A pesar de los agoreros de hambrunas y desdichas. Subió de precio… es verdad. Pero ya bajó a los niveles de siempre.
Los problemas actuales del agro están por el lado de los bajos precios de mercado de algunos cultivos, no todos. Por otro lado, las altas tasas de interés bancarias están causando mucho daño financiero a las empresas.
A mediano y largo plazo, los mayores problemas son la falta de agua en los estiajes. La precariedad de los sistemas de riego y fertilización de los pequeños productores agrarios. Y los pésimos caminos rurales que atentan contra la competitividad de los agricultores de la Sierra y Selva de nuestro país.
En resumen, hay muchos problemas en el agro que merecen atención. Pero no agreguemos uno que no existe: la caída artificial de la producción agraria nacional. Lampadia