En la siguiente entrevista realizada por Augusto Townsend Klinge para el diario El Comercio, la máxima autoridad de la City of London, el clúster financiero más importante del mundo, estuvo de visita en Lima y elogió a la Alianza del Pacífico, bloque al que el Perú pertenece.
–– ¿Qué impresión le ha dejado esta visita al Perú?
Vine por primera vez hace 40 años y desde entonces ha habido un gran cambio, sobre todo en los últimos 8 años. Lo ve uno en la infraestructura, en los edificios, pero también en el profesionalismo que se aprecia en las personas.
–– ¿Cuáles indicadores ya captan la atención de los inversionistas británicos?
Las tasas de crecimiento son, por supuesto, muy importantes. Vemos que todos los países de la Alianza del Pacífico están creciendo de manera robusta. De hecho, la Alianza del Pacífico es un concepto muy interesante, junto con el MILA (Mercado Integrado Latinoamericano) y los TLC que han firmado sus integrantes. Para los inversionistas, libre comercio suena a oportunidad. Con la reducción de aranceles, las ventajas naturales que tiene el Perú se potencian.
–– ¿Para una gran empresa basada en Londres, es más lógico pensar en la Alianza del Pacífico como un todo o se identifican diferencias entre sus integrantes?
Lo uno y lo otro. Indudablemente, los países son distintos. La mejor comparación que podría hacer es con los países nórdicos en Europa. Son diferentes pero tienen también un ethos y una institucionalidad compartida. Veo un ánimo de integración similar en la Alianza del Pacífico. No hay un interés inmediato de establecer una moneda única, pero sí lo hay en términos de libre comercio, cooperación, sinergias y políticas económicas sensatas.
–– Tony Blair estuvo aquí hace algún tiempo y dijo que podría haber mucha colaboración con el Reino Unido en educación, asociaciones público-privadas (APP) y finanzas. ¿Dónde ve usted las oportunidades?
Donde acaba de mencionar. En infraestructura, por ejemplo, las compañías británicas son excelentes, particularmente en planeamiento, diseño, estructuración y gestión de proyectos. El Perú tiene buena experiencia en APP, así que en esto podríamos colaborar mucho. Por otrolado, respecto del potencial minero, las grandes compañías están ya muy conscientes de él. En agricultura y pesquería creo que hay claras oportunidades también. Dicho esto, también hay grandes empresas peruanas que pueden mirar hacia Europa para expandir sus operaciones, lo que puede incluir listados en la Bolsa de Valores de Londres (LSE por sus siglas en inglés) como un punto de entrada a la región.
–– ¿Esa colaboración ya se está dando?
Por cierto. El Reino Unido ya es el segundo mayor inversionista en el Perú, y vemos un creciente número de empresas peruanas que llegan a Londres.
–– ¿Durante esta visita ha podido cerrar algún acuerdo con el Gobierno?
No hemos cerrado acuerdos aún, pero hemos tenido discusiones muy productivas con el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento, por ejemplo, sobre financiamiento de infraestructura para desarrollo urbano y tratamiento de agua y desagües. También hemos conversado con el Gobierno sobre cómo conservar el patrimonio cultural y cómo convertir el Centro de Lima en una zona con los mejores servicios.
–– ¿Conoce de más empresas peruanas que vayan a listar en LSE?
No he preguntado concretamente sobre esto, pero sí debo destacar el acuerdo que LSE ha firmado con la Bolsa de Valores de Lima para compartir tecnología en cuanto a su plataforma de negociación. Eso sin duda captará la atención de más compañías británicas.
–– ¿Cuáles diría que son las razones por las cuales Londres sigue siendo la capital financiera del mundo, pese a la mayor competencia?
Mientras más abierta a la competencia sea una plaza, más inversionistas llegarán. En Londres tenemos al Chicago Mercantile Exchange, a NYSE, a la Bolsa de Singapur y a LSE, todas compitiendo por negocios en la ciudad. Hemos tenido éxito, al igual que Hong Kong, Singapur y Nueva York, no a costa de ellos, sino junto a ellos. Lo mismo pasa con Luxemburgo.
–– ¿Está usted a favor de una mayor regulación en el sector financiero?
Estoy a favor de una mejor regulación, que no necesariamente significa más. Algunas áreas de la banca minorista necesitan más regulación, pero en la banca mayorista la situación es la opuesta. El problema con la banca es que engloba entre 25 y 30 negocios totalmente distintos que justifican regulaciones diferentes. Es como en la medicina: un cirujano de corazón no debería operarme el cerebro.
–– Se ha propuesto ponerle topes a los salarios de los ejecutivos y compartimentar esos negocios para aislar sus riesgos. ¿Qué opina usted al respecto?
Los topes a los salarios ya se están dando por decisión del Parlamento Europeo. Es un poco irritante, porque ya habíamos hecho bastantes cambios en materia de políticas remunerativas. Para algunos ejecutivos que manejan riesgos elevados, se aplicarán estos topes, que posiblemente no tengan efecto alguno y solo restrinjan la lógica del mercado. Pero, bueno, ya se dio. Sobre la segregación de los negocios, creo que ello tiene mucho valor y estoy de acuerdo con que los depósitos minoristas deben tener un estándar de seguridad mayor. En las últimas crisis, estos siempre han estado protegidos, usualmente a expensas del Gobierno. Sin embargo, a pesar de que deban protegerse, no creo que debiera limitarse la posibilidad de que esos depósitos sean utilizados en otros negocios.