Jaime de Althaus
Para Lampadia
Desde el comienzo la pregunta fue como sobrevivirían los informales urbanos, la mayor parte de los cuales depende de ingresos diarios para sus necesidades básicas. La respuesta del gobierno ha sido el bono de 380 soles para 2.7 millones de familias pobres y pobreza extremas urbanas, que comenzó a repartirse el lunes 23, una semana después de decretada la cuarentena. Luego se agregó a 500 mil independientes.
Una primera observación es que no queda clara la lógica de agregar 500 mil independientes. Es obvio que esos 2.7 millones de hogares, si son pobres y pobres extremos, serán en su mayor parte precisamente “independientes”. Notemos, además, que 2.7 millones de hogares sobrepasan ampliamente el número de hogares pobres y pobres extremos urbanos, que son algo más de un millón (el 2018 había 6.6 millones de pobres de los cuales casi la mitad está en el sector rural, y hay algo más de 3 personas por hogar).
Es probable, sin embargo, que la mayor parte de independientes urbanos, aunque no sean pobres, tengan una economía relativamente precaria. ¿Cuántos hay? Según el estudio “Producción y empleo informal en el Perú, 2007-2018” del INEI, hay 3’649,000 trabajadores independientes informales no agropecuarios y 202,000 patronos informales no agropecuarios (ver cuadro). Es decir, un total de 3´851,000 unidades económicas, aunque en el capítulo sobre unidades productivas de ese mismo informe, se registra 4’928,000 unidades productivas informales no agropecuarias. No sabemos cómo se realiza la consistencia entre ambos datos.
Si estamos hablando de cerca de 3.7 millones de independientes informales urbanos, es claro que la mayor parte de ellos no serían pobres ni pobres extremos (considerando que el número de hogares urbanos pobres está algo por encima del millón). Menos aún las casi 5 millones de unidades productivas informales no agropecuarias. Pero en la medida en que la mayor parte de ellas dependen de un ingreso diario de alguna naturaleza, y que ese ingreso no podrá darse, tarde o temprano esas familias tendrán necesidad de una ayuda. Más aún si a esos 3.7 millones de independientes sumamos los patronos, empleados y obreros del sector informal no agropecuario, que suman casi 1.4 millones de personas (alrededor de 400 mil hogares).
Desde ese punto de vista, 3.2 millones de hogares asistidos (sumando los 500 mil independientes) podría quedar algo corto, sobre todo si la cuarentena se prolonga.
Préstamos
A esa ayuda, sin embargo, debe sumarse el fondo de 300 millones de soles que se agrega al Fondo Crecer de 700 millones, ambos administrados por COFIDE, como garantía de préstamos que debiera dar la banca comercial a la micro y pequeña empresa.
Presumimos, sin embargo, que allí estamos hablando principalmente de mypes formales. Según el informe del INEI “Perú: estructura empresarial 2018”, hay 2’270,423 microempresas formales y 100,443 pequeñas empresas también formales.
Coincidentemente, según estadísticas de la SBS, a diciembre del 2019 había 2’290,000 microempresas deudoras en el sistema financiero. Donde no hay coincidencia es en lo relativo a pequeñas empresas formales: hay 545,680 de ellas deudoras.
No sabemos si hay un porcentaje de micro y pequeñas empresas informales entre las que reciben crédito del sistema financiero. Parte del microcrédito (de las cajas municipales en particular) puede estar atendiendo a informales. En todo caso, que haya casi 2.8 millones de mypes que reciben crédito del sistema, significa que hay una base consistente para atender un segmento relativamente vinculado a la informalidad o en todo caso a la actividad empresarial familiar, que necesitará apoyo estas semanas. Hasta el cierre de este artículo, aun no se había publicado la manera como se canalizarían esos fondos para que realmente lleguen a los interesados en condiciones relativamente favorables.
Bancarizar y formalizar
Sería importante aprovechar la emergencia para bancarizar y formalizar. Hemos sugerido que, para recibir el subsidio de 380 soles, las familias tuvieran que abrir la billetera móvil (BIM) en su celular. No se ha hecho. Hernán Garrido Lecca propuso inscribir en bloque a todos los celulares prepago en las plataformas de las empresas de dinero electrónico, y la gente recogía cash en los más de 10 mil agentes que tienen esas empresas en el Perú. Habría que ver la factibilidad de esto si hubiera una siguiente entrega.
Una alternativa podría ser que en que en la medida en que el bono se reparte por medio de los bancos, se condicione la entrega del subsidio a que los beneficiarios abran una cuenta bancaria. Lo que ayudaría, de paso, a la bancarización y formalización.
Agua potable gratuita en los cerros
Otra ayuda fundamental para los pobladores que no tienen acceso a una red de agua potable en su domicilio, ha sido la decisión de abastecerlos de agua gratuita. El presidente de Sedapal Francisco Dumler me informa que Sedapal ha contratado a los 260 camiones «aguateros» para que distribuyan gratuitamente el agua, y la empresa ha puesto 50 cisternas más. Para verificar que cada camión privado está cumpliendo con llevar el agua a las viviendas, cada alcalde pone un inspector municipal por cisterna. No cabe duda que este es un apoyo importante para unos 800,000 pobladores, alrededor de 250,000 hogares, que son los que no están conectados. Y para aquellos que tienen agua potable por red, Sedapal no cobrará este mes.
Conclusión
En suma, el gobierno ha diseñado unos mecanismos de apoyo que atienden a una proporción de la población bastante más amplia que la propiamente pobre, pero deja sin cubrir entre el 35% y el 21% de las unidades productivas del sector informal no agropecuario, según qué dato se tome como base, aunque los fondos de garantía puedan ayudar a paliar en alguna medida, pequeña quizá, ese déficit. Debería aprovecharse para avanzar en transferencias digitales y bancarización. Lampadia