Algunos economistas y líderes de opinión que se resisten a aprender de los procesos económicos y sociales que han dado lugar a la reducción de la pobreza y a la creación de una nueva clase media -tanto a nivel global como en el Perú- siguen alimentando mitos sobre las características del proceso de desarrollo peruano de los últimos años.
«Exportamos piedras», dice Waldo Mendoza (1); » el neoliberalismo nos ha llevado de regreso al modelo primario-exportador, que -como en los 50s- genera enclaves de grandes empresas mineras», señala Pedro Francke (2), «es un modelo primario exportador, extractivista y desindustrializador», asevera Félix Jiménez (3); «su desarrollo intenso genera divisas y utilidades pero poco empleo y articulaciones con el resto de la sociedad», afirma Germán Alarco (4); «el desarrollo económico basado en vender piedras tiene sus límites», agrega León Trahtemberg (5).
«El problema es que la exportación primaria minera o petrolera no genera eslabonamientos internos, en consecuencia sus efectos multiplicadores de empleo e inversión van más bien al exterior», sostiene Efraín Gonzales de Olarte (6).
Efectivamente el 78% de los ingresos monetarios de nuestras exportaciones corresponden a productos tradicionales (sobre todo minerales), pero lo riguroso es distinguir entre precios y volumen. En volumen (toneladas), entre el 2002 y el 2011, nuestras exportaciones no tradicionales han crecido en 222% mientras que las tradicionales solo aumentaron en 90%. (Ver Cuadro 1).
Cuadro 1
Hablando de precios, no se atreverían a afirmar lo mismo de Noruega con su 84% de exportaciones tradicionales, Australia con 77%, Nueva Zelanda con 73%, y Canadá con 44%, países muy exitosos que han sabido sacar provecho de sus recursos naturales y donde nadie se atreve a menospreciar una de las bases más importantes de su éxito económico.
Además, nuestras exportaciones tradicionales incorporan un alto valor agregado. Por ejemplo, si en el 2010 hubiéramos exportado cobre refinado en vez de concentrados, solo hubiéramos obtenido 3.3% más de valor y en el caso de alambrón 8.2%. (Ver Cuadro 2).
Cuadro 2
Abundando en rigurosidad podemos ver que según la Tabla Insumo Producto (TIP – base 2007) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) y publicada por el IPE (Efecto de la minería sobre el empleo, el producto y recaudación en el Perú), la minería aporta solo el 13.2% del PBI, mientras que nuestro renovado sector manufacturero contribuye con el 16.5%, siendo ahora una industria más grande, exportadora y competitiva a nivel global.
Asimismo, a semejanza de los países más desarrollados, nuestro sector servicios es el de mayor contribución al producto con un 49% de participación. ¿Somos entonces un país primario exportador?
Nuestro sector industrial produce ahora maquinaria y equipo, alimentos y bebidas, confecciones, productos químicos, caucho y plásticos e industria del papel e imprenta. Pedro Olaechea, ex presidente de la Sociedad Nacional de Industrias, destaca por ejemplo la enorme importancia del clúster minero-industrial que genera más de 300,000 empleos formales. A su vez, como explica el IPE, éste demanda el 10% de la producción industrial y genera nueve empleos en otros sectores por cada puesto de trabajo minero.
Una mirada desapasionada a la economía debería llevarnos a encontrar en la explotación racional de nuestros recursos naturales una gran palanca de desarrollo.
Lamentablemente en el Perú, en las décadas de los 60, 70 y 80 paralizamos la inversión privada, especialmente la vinculada a los recursos naturales. El consiguiente empobrecimiento de nuestra economía generó brechas económicas y sociales que hasta ahora no podemos cerrar. Así tenemos que entre otras falencias, las remuneraciones de los maestros, enfermeras y policías no alcanzan aún un buen nivel adquisitivo.
La explotación racional de nuestros recursos naturales debe ayudarnos a cerrar dichas brechas. Si desarrolláramos la cartera de proyectos mineros, que suma US$53,000 millones, se generarían 2.4 millones de empleos estables, el PBI crecería adicionalmente en US$44,505 millones, las exportaciones en US$30,276 millones anuales y los ingresos fiscales en S/. 25,727 millones cada año. Es evidente que con estos recursos podríamos construir muchos hospitales, postas, escuelas y carreteras, así como aumentar las remuneraciones de los servidores públicos.
¡Basta de mitos y más respeto por la ciudadanía!
1/ Diario Gestión, 18 de octubre, 2012
2/ Coordinadora Nacional de Radio, 13 de marzo, 2010
3/ La República, 14 de febrero, 2010
4/ La Primera, 27 de octubre, 2012
5/ Programa Chema a las 10, Canal 10 RPP, 10 de setiembre, 2012
6/ Blog.pucp.edu.pe, 03 de diciembre, 2009