Actualmente, una gran mayoría de los jóvenes optan por convertirse en empresarios por una variedad de razones. De acuerdo con el Global Entrepreneurship Monitor, casi dos de cada tres empresarios latinoamericanos son impulsados por oportunidad y no por necesidad.
En el CADE Universitario 2014, más del 90% de los jóvenes afirmaron su deseo de ser empresarios. Sin embargo, la mayoría de los candidatos solo hablan de lo que puede o debe hacer el Estado. Sin privilegiar la consolidación de una economía de mercado y promover la inversión privada, los jóvenes no encontrarán el espacio para luchar por sus sueños. Por esa razón el voto debe ser una elección consiente y responsable más que una reacción emotiva a las propuestas populistas de candidatos que no entienden el Perú.
Desde hace muchos años, los peruanos han desarrollado actividades emprendedoras, probablemente como un refugio a la falta de empleo tradicional en el sector privado y en el sector público. El sector privado, minimizado y el sector público quebrado, desde los años 60 hasta inicios de los años 90, por el torpe estatismo socialista de la dictadura.
Así se consolidó el sector emergente, que alberga mucha informalidad y desarrolla sus actividades con una productividad muy baja. Por estas razones, mucho de su realidad no aparece en las estadísticas oficiales y no se incluye en las encuestas como la que comentamos líneas abajo.
Por ejemplo, la empresa Silicon Technology del clúster de ATEM en Los Olivos, desarrolló un simulador del rayo atmosférico para probar la resistencia de aisladores de alta tensión y transformadores que se producen en dicho clúster. este desarrollo acaba de ser reconocido por el establishment peruano y hace pocos días se ha anunciado la certificación de Silicon Technology como CITE de Energía.
La región de América Latina y el Caribe está evolucionando y tomando un papel más protagónico en las nuevas empresas lideradas por jóvenes. Ahora es la segunda región más emprendedora en el mundo. Cuatro de cada 10 jóvenes de América Latina tienen el deseo de convertirse en un empresario.
En toda América Latina hay un esfuerzo concertado para crear este tipo de cultura de emprendimiento. Endeavor Global, una iniciativa empresarial privada, ha estado tratando de establecer las bases para esto. Se ha reunido los líderes de negocios en conjunto de toda América Latina para formar una red de apoyo que ayude a las empresas a crecer y luego se hace un intercambio en el cual estas empresas ofrecen la misma ayuda a los nuevos emprendedores que comienzan sus propias empresas o start ups.
Según una reciente encuesta del Global Entrepreneurship Monitor, el 69.4% de los peruanos dicen tener las habilidades y experiencia para iniciar un negocio. Aún así, el 29.1% no emprenden una iniciativa de negocio por miedo a fracasar, a pesar de que el 62.3% de la población ve buenas oportunidades para iniciar un negocio en el lugar donde viven.
Las actitudes y percepciones hacia la iniciativa empresarial en el Perú se han incrementado y más del 80% lo ven como una buena elección de carrera. Sin embargo, a pesar de tener objetivos ambiciosos, los indicadores han sido bajos. Sólo el 7.3% de los empresarios tienen expectativas de crecimiento del empleo, el 14.5% propone una nueva combinación de producto / mercado y sólo el 0.49% planea invertir en los sectores de alta tecnología.
Intenciones Emprendedoras- Encuesta de 2015
Según los expertos entrevistados por GEM, los tres factores más importantes que influyen positivamente la iniciativa empresarial en el Perú son el clima económico, las normas culturales y sociales y el apoyo financiero.
El buen clima económico ha sido percibido como el principal impulsor de la iniciativa empresarial en el Perú. “Esto converge con una mayor difusión de la cultura empresarial en los medios de comunicación y espacios sociales. A su vez, la afluencia de fuentes más grandes y diversas de la financiación para los empresarios ha permitido la creación de nuevas empresas.”
Por otro lado, los factores principales que limitan el espíritu empresarial son las trabas políticas-burocráticas del gobierno, la falta de apoyo financiero por parte del gobierno y la falta de educación empresarial.
Durante 2014, los expertos señalaron que las políticas públicas, especialmente las relacionadas con la obtención de licencias y los impuestos siguen siendo los principales obstáculos para el dinamismo empresarial. Además, las fuentes de financiación suficientes para el capital inicial y las deficiencias en la educación básica no sólo impiden que las personas inicien negocios, sino también crean un impacto negativo en la performance de este tipo de empresas.
Según un blog del BID, En búsqueda del tesoro escondido: el potencial de las startups en América Latina, “el foco de una política pública orientada al modelo startup debe dirigirse a generar un espacio, un ecosistema de innovación y emprendimiento, en el que se encuentren las ideas, los inversores, los técnicos, y el mercado. A nivel mundial, Silicon Valley fue eso: un espacio geográfico de encuentro. A nivel regional el ejemplo más avanzado es el chileno, con el proyecto Startup Chile.”
En el Perú, las iniciativas recién están empezando. En 2014, el Ministerio de Educación puso en marcha el nuevo plan nacional de educación básica e incorporó la actividad empresarial como un tema fundamental. Esto permitirá que los niños de 3 años puedan empezar de manera temprana a desarrollar habilidades empresariales.
En julio de 2014, el gobierno emitió una ley que establece medidas fiscales, la simplificación de los procedimientos y permisos para la promoción y revitalización de la inversión en el país, fomentando la creación y crecimiento de nuevas empresas.
Además, noviembre fue declarado el «mes de la iniciativa empresarial» y con la participación de 53 instituciones del gobierno, se puso en marcha la iniciativa Emprende Perú, un calendario de actividades y eventos para crear conciencia y promover la cultura empresarial en la población, con más de 100 eventos en todo el país.
Todavía hay mucho por hacer en términos de aliviar la carga burocrática de los que empiezan un negocio. Hay un renovado impulso a la mejora de la calidad de la educación, pero todavía es insuficiente. El modelo educativo debe fomentar la creatividad y la innovación, pero sobre todo, promover el desarrollo de una mentalidad empresarial.
Según The Entrepreneurship Ecosystem Strategy as a New Paradigm for Economic Policy: Principles for Cultivating Entrepreneurship, la estrategia de fomento al emprendimiento innovador debe contar con dos ingredientes: responder y ajustarse a la forma cómo piensan y trabajan los emprendedores innovadores y apoyar el desarrollo del marco institucional público y privado requerido para ello.
A nivel regional, todavía estamos atrasados. Un Índice de Condiciones Sistémicas para el Emprendimiento Dinámico (ICSEd) realizado por el Programa de Desarrollo Emprendedor (Prodem, programa pionero sobre desarrollo emprendedor e innovación en América Latina) afirma que la ´Copa América’ del emprendimiento se la lleva Chile y que el podio de los Top 5 lo completan Costa Rica, Brasil, Argentina y Colombia. Pero, en palabras del Prodem, “ningún país de la región clasifica a la Copa del Mundo, porque se ubican de mitad de tabla para abajo.”
El panorama de condiciones sistémicas en la región ofrece contrapuntos. El desafío consiste en generar el momentum redoblando la apuesta por el emprendimiento y la innovación para dar un salto de calidad. Hay que tener en cuenta la realidad de cada país, dado que existen ecosistemas nacientes, infantes y adolescentes, así como otros que deben retomar su proceso madurativo. El ICSEd-Prodem es una herramienta que, además de identificar las grandes tendencias regionales, puede ser muy valiosa para trabajar en la construcción de hojas de ruta en cada país.
A medida que las economías basadas en recursos se vuelvan competitivas y avanzan en su desarrollo, y la productividad y los salarios se incrementan, transitarán hacia la eficiencia, mientras que las economías basadas en eficiencia deben potenciar el emprendimiento por oportunidad para poder llegar a la fase de innovación.
Como hemos indicado líneas arriba, en el Perú tenemos muchos ciudadanos en el mundo emprendedor que no llegan a niveles de productividad que les permita acumular capital. Uno de los grandes retos vinculados a esta situación, es formalizar el empleo y el trabajo. Tenemos que tomar decisiones efectivas para ayudarlos a salir adelante. Lampadia