La situación en el Medio Oriente, el conflicto en Ucrania y Ebola tocando las puertas de Nigeria hacían pensar que el precio del petróleo se dispararía. Incluso, el Fondo Monetario Internacional, efectuó estimaciones de cómo afectaría un petróleo alto a la economía mundial en un momento en que el avance del ISIS se convertía en una amenaza global. De acuerdo a esta proyecciones, según The Economist: “El PBI mundial se reduciría en un 0.5 a 1.5%; las bolsas de los países ricos caerían en 3.7% y la inflación sería al menos medio punto más alta. Nada de está ocurriendo, el crudo ha bajado en más de 25%. “Se desplomó desde 115 dólares el barril al que se cotizó en junio pasado, a menos de 85 dólares a mediados de octubre, antes de recuperarse un poco”. Hoy (29 de octubre, 12:07) está en US$ 82.54.
El precio del petróleo sigue siendo fundamental para el rumbo de la economía mundial todavía afectada por la crisis y, también para la geopolítica, la cual se halla en una fase de escalamiento muy riesgoso. Por lo pronto, el brusco descenso del precio del petróleo es una buena noticia para la salud financiera. “Un cambio del 10% en su precio genera un impacto de 0,2% del PBI mundial, dice Tom Helbling del FMI. Una caída de los precios normalmente aumenta el PBI (…). Una demostración de ello es lo ocurrido recientemente en los Estados Unidos, donde el gas de esquisto [shale gas] bajó los precios de la energía e impulsó las exportaciones de manufacturas en un 6%”.
Lo cierto es que la caída del precio del petróleo se debe a que la demanda es menor por la debilidad de la economía (Europa y Japón están demandando menos combustible) y a que hoy existe una oferta más amplia. De hecho la última caída (a US$ 80 el barril), se debió al aumento de las reservas norteamericanas, influidas por el shale.
Aunque algunos señalaban que la caída del precio del crudo afectaría la producción de shale gas debido a que los altos costos de extracción de este hidrocarburo harían insostenible su explotación, un reciente informe del Financial Times (FT) desmintió categóricamente este supuesto. Según este, los costos [de producción] ya han caído drásticamente, y podrían caer aun más. En promedio de explotación de esquisto en EEUU requiere un precio del crudo de US$57 por barril para ser rentable hoy en día, en comparación con US$70 por barril en el verano del año pasado, según IHS, la compañía de investigación (…)”.
Los costos podrían reducirse aún más según el FT: “Se cree que el costo promedio de un pozo de esquisto estadounidense podría bajar 60% adicional mediante un mejor manejo de factores tales como planificación, logística y relaciones con los proveedores. David Vaucher del IHS dice que todo indica que la productividad por pozo sigue mejorando” debido a los avances de la tecnología, lo cual permitirá que este hidrocarburo sea más rentable cada día.
Para The Economist, de mantenerse el nivel actual, la economía mundial podría crecer en un 0.5% adicional. “El mundo produce algo más de 90 millones de barriles al año. A un precio de US$ 115 por barril se generan aproximadamente US$ 3,800 billones al año; y a 85, sólo US$ 2,800 billones”. Esta diferencia de 1,000 billones equivales cinco veces el PBI del Perú.
De esta forma economías como China, Japón, India y Europa entre otras muchas, obtendrán importantes beneficios. Incluso, China tendrá mayores posibilidades de iniciar su programa de limpieza del aire contaminado en sus ciudades. Para Europa en cambio, la reducción puede tener un efecto negativo. Esto podría terminar de impulsarla a la deflación, el gran enemigo de su salud económica y de sus posibilidades de recuperación.
Los países afectados serán sin duda los productores, pero en mayor afectado será sin dudas Venezuela. Rusia e Irán también serán afectados fuertemente. Venezuela, producto de la manipulación política de PDVSA, ya perdió más de un tercio de su producción, otra buena parte la tiene comprometida para para sus deudas a China y seguir apoyando a sus socios cubanos, por lo tanto se puede estimar, razonablemente, un eventual colapso del chavismo. Tanto los venezolanos como los rusos han comenzado a hablar de un complot de EEUU y sus aliados para golpear sus economías.
El caso de Brasil puede ser al final una historia para el estudio en las universidades. Petrobras descubrió inmensas reservas de petróleo debajo de una capa de sal de 5 kilómetros de profundidad. Luego del yacimiento, Lula manipuló las cosas para que los inversionistas privados de Petrobras no se beneficiaran con el descubrimiento. Sin embargo, con el desastroso manejo económico de Lula-Rousseff, hasta hoy no han podido hacer nada. Por lo tanto, se puede estimar que a los nuevos precios, ese petróleo quedará en los libros de “Amado”.
Finalmente, se puede decir que al ser el Perú un importador neto de hidrocarburos se beneficiará con un crudo barato, disminuirá el déficit de cuenta corriente, pero inhibirá la inversión petrolera, que en el Perú es más cara, regulada y complicada políticamente. Lampadia