Jaime de Althaus
Para Lampadia
Insistimos en que los candidatos presidenciales no parecen haber tomado conciencia de que si llegan al poder no podrán manejar un Estado que se habrá vuelto inviable debido a las leyes que ha aprobado este congreso, que lo han vuelto estructuralmente desfinanciado.
En el siguiente cuadro hemos valorizado el costo de dichas leyes. Como vemos, asciende a casi 6% del PBI de gasto permanente, sin contar la ley de devolución de fondos de la ONP, en la esperanza de que sea declarada inconstitucional por el Tribunal Constitucional y considerando que se trataría de un gasto por una sola vez. Pero si agregamos ese costo, estaríamos hablando de 8.27% del PBI,
Un incremento del gasto público del orden del 6% del PBI equivale a poco menos de la mitad de la recaudación anual. El déficit fiscal sería como mínimo de ese tamaño. En realidad sería mayor, porque ya tenemos un déficit y más aún porque, del lado de los ingresos, se han aprobado leyes que los reducirán, porque afectan el crecimiento de la economía. Estamos hablando de la reciente ley agraria que frenará el crecimiento de las agroexportaciones, de la ley de topes a las tasas de interés que dejará sin crédito a millones de micro y pequeños empresarios, anulando esa fuente de crecimiento, y de las leyes que merman los fondos privados de pensiones, que reducen el ahorro nacional disponible para financiar proyectos públicos y privados.
Con bastante más gasto de un lado, y con menos ingresos de otro, nuestro Estado colapsa. Se vuelve inviable. Queda estructuralmente desfinanciado. El próximo presidente no podrá gobernar. El malestar social alcanzará límites intolerables. Lampadia