Mejora apreciablemente el proyecto del Ejecutivo
Jaime de Althaus
Para Lampadia
La reforma del sistema de pensiones que ha aprobado el Congreso en primera votación es en términos generales bastante buena. Lo primero que hay que decir es que esta vez el Congreso mejoró el proyecto de ley sobre el tema enviado por el Ejecutivo.
Y lo mejoró en dos puntos decisivos:
- Primero, que, al ingresar al sistema, a los 18 años, si la persona no escoge, va por default al sistema privado de pensiones, no al público como planteaba el Ejecutivo. Nunca se entendió esa posición del MEF: reforzar el sistema público de reparto era crear una contingencia fiscal inmanejable a largo plazo. Eso se ha arreglado.
- Lo segundo, más importante aún, es que el proyecto aprobado, a diferencia del enviado por el Ejecutivo, contiene un mecanismo para incorporar a todos, a los informales. Como sabemos, el gran problema de nuestro sistema de pensiones es que solo incluye a quienes están en planilla, que no pasan del 30% de los trabajadores. El proyecto del MEF no resolvía ese problema estructural. Pues bien, este proyecto, sí lo hace. Establece la llamada “pensión por consumo”, una idea propuesta por Fuerza Popular derivada del planteamiento de Lampadia de que se aportara a la cuenta individual de cada ciudadano una parte del IGV que paga cuando compra algo. Aplicar esta idea al consumo en general es incluso mejor porque hay productos y regiones que no pagan IGV. Pero el principio es el mismo.
Dado ese paso gigante, sin embargo, se ha propuesto solo 1% del IGV. Es muy poco. Debería ser cuando menos 5% en el caso de las personas de menores ingresos y menor consumo. Y excluir a quienes ya están en planilla.
Como fuere, la importancia de la pensión por consumo es que incluye a todos. Universaliza las pensiones. Y, a la larga, esto ayudará a formalizar porque las personas demandarán comprobantes de pago para acceder recuperar el 1% de su consumo en sus cuentas previsionales. De modo que la recaudación al final se incrementará debido al efecto formalizador de esta medida.
Aquí hay que rescatar, además que, pese a todo, el Congreso ha sido capaz no solo de aprobar (en primera votación todavía) una reforma importante, sino mejorando la propuesta del Ejecutivo, nada menos que del MEF. Es decir, también puede ser responsable y creativo, y no solo populista o clientelista. O populista sano, incorporando a todos en el sistema de pensiones.
Ahora debería dar el paso a la reforma siguiente: la del “combo formalizador”, propuesta por Elmer Cuba e IPAE, que busca eliminar los regímenes especiales laborales y tributarios reemplazándolos por una escala gradual y progresiva que permita la formalización y el crecimiento de los pequeños y los informales. Como sabemos, el paso de los regímenes especiales al régimen general se constituye en una suerte de salto mortal que muchos emprendimientos no pueden o no quieren dar porque o no pueden solventar los mayares costos no salariales y tributarios o porque, al hacerlo, disminuyen sensiblemente sus utilidades. Entonces prefieren subdividirse o informatizarse o informalizar el trabajo o mantenerlo en la informalidad o no crecer sencillamente.
Si el Congreso aprobara esta reforma, estaría mejorando sensiblemente también un proyecto de ley enviado por el Ejecutivo que busca simplificar solo los regímenes tributarios, pero manteniendo un salto mortal al régimen general, con la sola idea de recaudar más, a costa de no resolver el problema estructural.
Si, además, el Congreso aprobara la reforma constitucional que impida la postulación a quienes hayan sido sentenciados por delitos graves, y saliera Tía María este año, el Perú será otro. Volveremos a crecer a tasas altas y de una manera más inclusiva, y se abrirá el futuro nuevamente para todos. Lampadia