Desde la crisis financiera del 2008/09, el empleo en el mundo ha quedado alterado, pasando de un estadío de cambio a otro. Primero fue el desempleo masivo por la recesión, luego, las alteraciones del empleo juvenil, como las que reportamos líneas abajo y, finalmente, la pérdida de empleo del conjunto de la economía global por el desarrollo de la ‘cuarta revolución industrial’, que ya empieza a cambiar los patrones de empleo y remuneraciones, especialmente en los países más desarrollados.
La nota de The Economist muestra la debilidad del empleo juvenil en general y enfatiza su precariedad. En nuestra opinión, este efecto no es temporal. Por un lado, es producto de la estructura de los mercados laborales, que como en el caso del Perú, inhiben la creación de empleo por la rigidez laboral que conlleva altos costos y poca flexibilidad para que las empresas se ajusten al ciclo económico. Por otro lado, la debilidad de los mercados de empleo, empieza a reflejar el impacto de la sustitución de empleo por la automatización acelerada que trae la revolución industrial indicada.
The Economist
26 de agosto, 2016
Traducido y glosado por Lampadia
Un nuevo informe de la (OIT) Organización Internacional del Trabajo proporciona una instantánea sobre las perspectivas de empleo para los jóvenes de todo el mundo. Después de un período de ligera mejoría, las cosas han empeorado este año. El desempleo entre los jóvenes de 15 a 24 años de edad aumentó a 13.1% en 2016 y está cerca de su máximo histórico del 2013. Esta tasa es más alta en los países árabes, con 30.6% y más baja en el Asia del Este con el 10.7%. El informe también revela que incluso donde los trabajos están disponibles para los jóvenes, a menudo no proporcionan ingresos seguros.
Típicamente, el desempleo juvenil es menor en los países más pobres que en los ricos. Esto se debe a que los trabajadores en los países menos desarrollados tienen que tomar trabajos para lograr los ingresos del mes con pocas opciones y, muchas veces terminan tomando empleos mal remunerados y sin seguridad. Incluso en los países más ricos, los jóvenes a menudo terminan tomando empleos menos seguros que los de la generación anterior. En 2015, el 25% de los trabajadores jóvenes en los países de la OCDE estaban en trabajos temporales y el 26% estaban empleados a tiempo parcial, a menudo de manera involuntaria. Esas tasas son más de dos veces mayores que las de los trabajadores de 25 a 54 años.
De hecho, en algunos países ricos, los jóvenes que cuentan con empleo, están ahora en mayor riesgo de vivir en la pobreza que las personas mayores. Esto es especialmente cierto en los lugares donde se ha producido un fuerte choque económico, como en Grecia, Rumania y España.
La necesidad de trabajar para complementar los ingresos de los hogares en el corto plazo crea un círculo vicioso en el que se descuida la formación de los jóvenes en las habilidades requeridas para que tengan mejores perspectivas de empleo a largo plazo. Teniendo en cuenta el futuro sombrío que enfrentan muchos, no sorprendente que el 40% de los jóvenes de 15 a 29 años de África, Europa del Este y América Latina, piensen en la posibilidad de migrar al extranjero de forma permanente.
Lampadia