En el presupuesto, parar el derroche y frenar el afán impositivo
Fausto Salinas Lovón
Para Lampadia
Desde el ingreso al gobierno de Pedro Castillo, el Ministerio de Economía y Finanzas ha estado en pésimas manos. Pedro Francke, Oscar Graham y Kurt Burneo, han sido comparsas del golpista Castillo en su populismo presupuestario, el derroche fiscal y la pérdida de rumbo de nuestra economía.
Alex Contreras y José Arista, nombrados por Dina, que pudieron imprimir un cambio en el sector, si bien tuvieron una retórica distinta de sus heterodoxos predecesores, fueron incapaces de contener el dispendio y por el contrario, dieron paso a los nuevos afanes impositivos que exige un Estado que dilapida. (“Las malas Aristas de este gobierno”, Lampadia 16 de agosto de 2024).
En este contexto, el nuevo ministro de economía José Salardi, un burócrata de carrera, trajinado en muchos sectores, nos ofrece un “primer shock de medidas desregulatorias, que permitirá consolidar la confianza empresarial, impulsar las inversiones privadas y propiciar el crecimiento económico”. Alguien podría estar en desacuerdo con un ofrecimiento de este tipo? Ciertamente no.
Sin embargo señor Ministro, si usted no tiene la capacidad de:
- contener el populismo presupuestario de su Jefa (que llama Opa (idiota) a un Gobernador por no pedirle más presupuesto para su Región),
- parar el derroche de todo el Estado y,
- parar el afán impositivo de la SUNAT que disimula con nuevos tributos su inacción frente a la minería ilegal, la tala ilegal, el contrabando o los faraones de corrupta obra pública,
usted sólo será uno más de los ministros que calentaron esa silla, agregaron hojas a su CV y están listos, luego de haber flotado con un corcho, para un nuevo puesto en el Estado.
Señor Salardi. Su anuncio de un Primer Shock Desregulatorio es auspicioso. Lo aplaudimos todos los que vemos que el Estado volvió, se quedó e inventó regulaciones para justificar puestos, consultorías y coimas. Le deseamos éxito en este propósito. Para usar un instrumento de moda, necesita usted una motosierra para cortar marañas burocráticas, suprimir formularios, pasos previos, consultas vinculantes, licencias sociales, requisitos, fotocopias, visados, opiniones técnicas y tanta traba que nos impide abrir un negocio, emprender o crear riqueza. Desregule, para todos, para la “empresa privada”, para la inversión en general, no para la empresa privada del grupo tal o del amigo cual.
No obstante lo anterior, como ya le dijo a Asociación de Contribuyentes en un artículo publicado esta semana en Lampadia, “si usted deja que los despropósitos de SUNAT se mantengan, estará borrando con la mano izquierda lo que consiga con la derecha”.
Le doy un consejo muy pequeño para que entienda la necesidad de parar el derroche fiscal.
Pida a sus asesores de medios que le alcancen durante una semana un file de la prensa local de 7 regiones del país.
Lea en que gastan el dinero del país que a usted le toca administrar, los gobernadores, alcaldes, regidores, directores regionales y demás funcionarios o empleados estatales.
Encontrará desde viajes a la China para insulsos “hermanamientos de pueblos”, hasta el auspicio a fiestas patronales y la contratación de cantantes en bikini para fiestas patronales, pasando por “monitoreos”, “sensibilizaciones”, “socializaciones”, “empoderamientos”, “fortalecimientos” y tantos otros “mientos” que le mostraran los millones de huecos que tiene la bolsa estatal.
Esa es la cara concreta del déficit público que crece. Esos son los municipios y regiones que no pagan a las AFPs, a Essalud, a proveedores, a maestros o a cesantes pero derrochan en nimiedades. Ese es el destino de los fondos que le exige expoliarnos la SUNAT, incapaz de ingresar a Pataz, Ananea, Nazca, Mesa Redonda o tantos otros emporios de ilegalidad y evasión.
En perspectiva y de cara al futuro señor ministro, Pedro Beltrán, Javier Silva Ruete, Juan Carlos Hurtado Miller, Carlos Boloña o Pedro Pablo Kuczynski fueron ministros que tuvieron la capacidad de imponer el peso del MEF en la política pública conforme lo exigían las circunstancias, que actuaron aun en contra de los ímpetus, los prejuicios o los devaneos presidenciales. Usted puede escoger si está en este grupo o prefiere el primero, donde están los que calientan la silla.
Buena suerte, Señor Ministro. Lampadia