Se viene una gran disrupción en el empleo en todo el mundo. Como hemos informado anteriormente, la ‘cuarta revolución industrial’ está ya sustituyendo empleo por efecto de la automatización. En el Perú, el tema laboral sigue inmobilizado en las trampas políticas que determinan resultados muy negativos para los trabajadores, rigidez de las normas laborales, un desincentivo para la contratación de empleo y costos y trámites de formalización del empleo que producen lo contrario de lo buscado, una altísima informalidad laboral.
La situación es tan absurda, que ningún gobierno, ni político, se atreve a decir la verdad y plantear a los ciudadanos las reformas necesarias para integrar a todos los trabajadores peruanos a un régimen laboral efectivo para la creación de empleo formal con protección social.
Como sabemos, cerca del 70% de la fuerza laboral está en la informalidad. Sin embargo, las pocas veces que la sociedad se reúne a conversar sobre el tema, se hace a través del llamado ‘Consejo Nacional del Trabajo’, en el que se reúnen los dirigentes de las centrales laborales, que no representan a más del 8% de los trabajadores, los gremios empresariales, que tampoco representan masivamente a los empleadores, y el gobierno, que lo último que quiere es que las cosas se acerque a definiciones que podrían complicarle la vida.
Así se solidifica el statu quo, un espacio formal lleno de mentiras, limitaciones y debilidades, con una tremenda rigidez laboral y sin libertad para contratar y/o despedir; y un espacio informal, sin protección social, en el que en lugar de libertad para contratar y/o despedir, se tiene un libertinaje absoluto.
En otras palabras, sin libertad de contratación para el 30% de los trabajadores y con libertinaje para el 70%, el 100% del mercado laboral está alejado de las mejores prácticas de empleo en el mundo y calatos para enfrentar los nuevos tiempos de la automatización masiva.
¿Quién le pone el cascabel al gato? Volveremos sobre el tema. Lampadia
Dinamarca alcanza el pleno empleo gracias al modelo de «flexiseguridad»
Este país escandinavo ha creado más de 100,000 empleos en los últimos tres años y reducido en casi dos puntos el paro estructural, hasta algo más del 4%
Al estallar la crisis las empresas danesas se deshicieron pronto del excedente de mano de obra
ABC
EFE Copenhague
21 de octubre, 2016
Glosado por Lampadia
Dinamarca, uno de los referentes del Estado de bienestar, suma catorce trimestres consecutivos con aumento de empleo y reducción del paro, unas cifras que coinciden con un repunte de la economía y que la alejan de la crisis. Este país escandinavo de 5.7 millones de habitantes ha creado más de 100,000 empleos en los últimos tres años y reducido en casi dos puntos el paro estructural, hasta algo más del 4%, unos números notables a pesar de que la ocupación aún está por debajo del nivel de 2008 y el desempleo supera en un punto los niveles de entonces.
Los expertos apuntan como una de las causas fundamentales el modelo danés de «flexiseguridad», que combina flexibilidad para contratar y despedir con una alta protección social para los desempleados y una política activa en el mercado laboral.
«Cuando la crisis llegó a Dinamarca, teníamos unas condiciones de trabajo flexibles, la flexiseguridad permite que podamos contratar y despedir de forma rápida, no hay tantas ataduras. Y es así porque tenemos una buena red de seguridad social», explica Mette Hørdum Larsen, economista de LO, el principal sindicato danés.
Al estallar la crisis las empresas danesas se deshicieron pronto del excedente de mano de obra y no resultaron muy dañadas, y cuando a principios de 2013 empezó a aumentar la ocupación, absorbieron la creciente oferta laboral provocada, entre otras cosas, por las reformas gubernamentales que retrasan la edad de jubilación a los 67 años.
Pese a los recortes introducidos en el último lustro -que han reducido por ejemplo las prestaciones por desempleo de cuatro a dos años-, el sistema danés ofrece aún una de las protecciones más altas de la Unión Europea (UE), complementada con subsidios y otras ayudas adicionales a estudiantes y a familias.
Es posible gracias a que el país tiene también una de las presiones fiscales más elevadas de la UE, lo que hace que los daneses paguen en torno al 40% de sus ingresos, como mínimo, en concepto de impuestos.
Formación para los jóvenes
Dinamarca, que lideró el Informe Mundial de la Felicidad 2016, destina además cerca del 1.5% de su PIB a impulsar una política laboral activa, con un sistema que incentiva la formación y la entrada en el mercado laboral de los jóvenes, lo que explica que su tasa de paro juvenil esté entre las más bajas de la UE.
El sistema incluye, por ejemplo, un modelo de rotación laboral que subvenciona a las empresas que envíen a trabajadores a realizar cursos de formación mientras sus puestos son ocupados de forma temporal por otros trabajadores; y empleos flexibles para facilitar la incorporación de personas con capacidad limitada.
El aumento prolongado del empleo y la caída del paro han hecho que el Banco Nacional de Dinamarca considere que el desempleo ha alcanzado su nivel estructural y alerte de que en algunos sectores, como la construcción y la industria, hay compañías que ya no tienen como cubrir algunos puestos de trabajo.
El peligro de la falta de mano de obra y su posible influencia en los sueldos y los precios del que ha alertado la máxima autoridad bancaria ha sido relativizado por el grupo de asesores del Gobierno y otros economistas, que apuntan más hacia un problema de cualificación. Lampadia