Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 10 de septiembre de 2021
Para Lampadia
País más rico que Venezuela… no existe. Ni Arabia Saudita, Emiratos Árabes o Qatar, a pesar de ser países que – literalmente – nadan en petróleo y gas natural. Venezuela – aparte de hidrocarburos – es riquísima en oro, cobre y diamantes. Gracias a la abundancia de agua – sobre todo en el Orinoco – Venezuela tiene las centrales hidroeléctricas más grandes y eficientes del mundo. La riqueza turística de Venezuela – gracias al mar Caribe – es colosal. Y ni qué decir de su extraordinaria bío diversidad.
Preguntas sueltas: ¿por qué hay tanta pobreza en Venezuela, si es tan rica en recursos naturales? ¿Por qué el salario mensual que ganan la mayoría de los venezolanos es de US$ 20; o sea, menos de S/. 100 / mes? ¿Por qué la inflación es de 3,000 % anual? ¿Por qué tantos pobres en un país tan rico?
Ver en Lampadia: La ominosa pobreza en Venezuela.
La respuesta es que la riqueza de los países se basa más en los mercados libres y en las inversiones privadas, que en los mercados intervenidos y operados por los Estados. Ese es el motivo – precisamente – por el que Venezuela es tan pobre, siendo tan rica en recursos naturales. ¿Por qué entonces insistir en replicar el modelo venezolano en nuestro país?
Efectivamente, todas las propuestas del Gobierno de turno apuntan en esa dirección: Nueva Constitución, Control de Precios, Empresas Estatales, Control de la Prensa, Bonos Asistenciales… puro Socialismo del Siglo XXI. Pura política fracasada, emanada del Foro de Sao Paulo.
Ahora bien, Castillo sabe lo que está pasando en Venezuela. Que no se haga. Sabe que un millón de venezolanos prefieren vivir en el Perú, en vez de su país natal. Incluso, sabe que vinieron a pie, y que recorrieron miles de kilómetros – pasando por Colombia y Ecuador – para llegar finalmente a nuestro país. La mayoría de ellos, jóvenes extraordinarios – inteligentes, educados, honestos, trabajadores, encantadores – que jamás merecieron el maltrato cruel del pernicioso Chavismo, que Castillo y su pandilla pretenden imponernos a los peruanos.
Entre paréntesis, estoy seguro que muchos jóvenes venezolanos que hoy están con nosotros – desterrados de su país – son hijos o nietos de aquellos venezolanos cordiales y generosos que acogieron con los brazos abiertos a los miles de peruanos que – allá por los años 70´s y 80´s – emigraron a Venezuela, huyendo de las garras del socialismo estatista que dominaba el escenario político de nuestro país, en aquellos tiempos. ¡Como es la vida!
La pregunta es ¿a quién le conviene la pobreza? ¿Por qué Castillo – y Perú Libre – insisten en aplicar políticas empobrecedoras en nuestro país? Bueno pues – aunque parezca mentira – la pobreza es un bien muy preciado para algunos personajes de mala entraña. El terrorismo – por ejemplo – se nutre de la pobreza. Sin pobreza, no habría terrorismo. Lo mismo sucede con el narcotráfico. Las mafias necesitan de gente pobre para el traslado de la droga. Y por supuesto, los políticos corruptos – como Castillo y Cerrón – también se nutren de la pobreza. Ahí está la trilogía del mal que se nutre de la pobreza: terrorismo, narcotráfico y corrupción. Por eso es tan peligroso este Gobierno.
Como que el resultado es harto conocido. Tanto los líderes terroristas, como los capos de las mafias de las drogas y los políticos corruptos, siempre terminan enriqueciéndose a costas del pueblo empobrecido, al cual – supuestamente – defienden y representan. Para muestra, varios botones: Hugo Chávez, Fidel Castro, Evo Morales, Cristina Kirchner – y varios etcéteras más – todos líderes populistas de regímenes socialistas y estatistas, que terminaron empobreciendo hasta el extremo a sus gobernados. Sin embargo – eso sí – terminaron multimillonarios ellos, y sus familiares más cercanos.
No nos engañemos. El Gobierno nos hará más pobres. Ya lo ha hecho en cuestión de pocos días. El slogan quedará, pero la realidad será todo lo contrario. Más pobres en un país rico… a eso nos está llevando este Gobierno. Lampadia