Fundación para el Progreso – Chile
Gerardo Varela (*)
Publicado en El Mercurio 02.10.2021
He seguido las propuestas de Gabriel Boric (**) y vi a Nicolás Grau, su jefe programático, en el CEP. Es admirable el desenfado y elocuencia con que expresan malas ideas. Las presentan como convenientes y pareciera que estuvieran respaldadas por evidencia.
Centran su modelo en el cambio climático como si lo fuéramos a solucionar nosotros. Chile no es relevante ni en causar ni en solucionar el tema. Es más, podemos apagar Chile e hibernar y el planeta no se va a enfriar (Chile emite menos Co2 al año que China en 3 días), pero ellos quieren condicionar nuestro desarrollo al clima. La tierra se está calentando hace 18 mil años (en ello influye el hombre, la actividad solar, volcánica, las orbitas de Júpiter y Venus, etc.) pero nuestro Chile querido va a detener el cambio climático. Parece que mientras la ciencia avanza, el conocimiento científico de nuestros jóvenes se degrada. Es más fácil escuchar a Greta que leer.
Sus propuestas para Chile son una vuelta al pasado:
- aumentar impuestos (van 23 alzas desde 1990 que han limitado nuestro crecimiento);
- reeditar la negociación colectiva ramal (idea económicamente absurda y que hoy sería una colusión ilegal);
- limitar la capacidad del dueño de administrar su empresa y castigar a todos los que ahorraron y no gastaron en el pasado (impuesto al patrimonio).
Estas ideas evocan la contribución del Enola Gay a la arquitectura de Hiroshima. Nadie que entiende un poco de empresas puede creer que así se promueve la inversión. Las empresas que existen se irán a modo supervivencia; nadie creará una nueva o lo harán en paraísos fiscales siguiendo a los unicornios (NotCo, et al) y los ahorrantes emigrarán o se llevarán su riqueza antes que se la roben. Lo más innovador es proponer un banco estatal del desarrollo cuando el estado ya tiene 2 (Corfo y el Banco del Estado).
Dicen que escuchan y que se basan en evidencia, pero le preguntan a los que piensan como ellos; usan evidencia sesgada que avala sus prejuicios y correlaciones espurias que no demuestran causalidad. Si se trata de inversión, no le preguntan a los empresarios, sino que a los que viven de ellos.
La supuesta evidencia es usar Uruguay y Europa de la postguerra como referentes. Uruguay tiene un sector servicios desarrollado como refugio tributario para argentinos y brasileños; vive de una economía negra que le dejan millones de turistas y más del 18% de su población ha emigrado buscando oportunidades en otras latitudes.
Si de Chile emigraran 3 millones de profesionales y emprendedores bien remunerados mejoraría la igualdad (Gini) pero nos empobreceríamos todos. Uruguay es inmejorable para vivir, veranear y jubilarse. Pero no es un referente para emprender ni progresar. Europa de la posguerra se recuperó -a pesar de los impuestos altos y no gracias a ellos- porque tenía el financiamiento (plan Marshall); la necesidad (infraestructura que reconstruir, millones de desplazados y huérfanos y mutilados que mantener); el capital humano y el compromiso vital nacido de un sufrimiento inimaginable que lleva a sacrificios excepcionales para salir adelante. Pero además pudo ahorrarse su gasto de defensa descansando en EEUU. Así y todo, la Gran Bretaña socialista, siguiendo un programa tipo FA, fracasó y ya el año 79 cuando asume Thatcher Londres había perdido 1/4 de sus habitantes, la inflación campeaba y su economía era mas chica que Italia. Con diagnósticos errados, evidencias sesgadas y medidas contraproducentes, el FA olvida que la riqueza se evapora más rápido de lo que se distribuye. Sus malas ideas ya coartaron nuestra educación, se faenaron las pensiones y seguirán con el resto.
El programa económico de Boric desafía la lógica, como imponer paridad en directorios impares, demuestra una grave ignorancia económica y es una regresión al tradicional estatismo que ha postrado Latinoamérica. Los enemigos de la democracia son la violencia, los estados megalómanos y la crisis económica. Boric es ambiguo con la violencia, quiere agrandar más el estado (y ni hablar de hacerlo más eficiente) y su programa provocará una crisis económica. Si lo eligen después no le bastará pedir perdón porque los daños serán imperdonables.
(*) Gerardo Varela
Presidente del Consejo Directivo de la Fundación para el Progreso. Ex ministro de Educación. Abogado de la Universidad de Chile. Consejero del Círculo Legal de ICARE y Officer del Power Committee de la International Bar Association. Ha sido reconocido por la publicación internacional Best Lawyers como el mejor abogado del año 2012 tanto en el área corporativa como fusiones y adquisiciones.
(**) El 22 de diciembre de 2020 el Frente Amplio (FA) oficializó un pacto con Chile Digno, conformado por el Partido Comunista, la Federación Regionalista Verde Social y Acción Humanista. Este acuerdo se llevó a cabo con las intenciones de participar en las elecciones de convencionales constituyentes, gobernadores regionales y municipales de abril de 2021. Dicho conglomerado llevó el nombre de Apruebo Dignidad.
En miras a la elección presidencial de 2021, el Movimiento Unir proclamó como candidato presidencial al diputado Marcelo Díaz en noviembre de 2020, mientras que Convergencia Social y Revolución Democrática hicieron lo mismo en marzo de 2021 con el diputado por Magallanes Gabriel Boric, llamando a la más amplia unidad de la oposición en una posible primaria presidencial, tomando en cuenta desde Unidad Constituyente hasta Chile Digno.
Finalmente, Boric participó en la primaria presidencial de Apruebo Dignidad como representante del FA, enfrentándose contra el candidato del Partido Comunista, Daniel Jadue, quien representaba además al pacto Chile Digno. Boric se impuso a Jadue en dicha primaria por sobre el 60% de los votos, siendo así carta única de Apruebo Dignidad y la izquierda en las elecciones presidenciales de noviembre.
Fuente: Wikipedia
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