La economía sigue debajo de su ritmo de crecimiento natural. Poco a poco hemos transitado a un plateau de estancamiento relativo. Luego de cinco años de una creciente caída de la inversión privada y pública, en vez de corregir el clima de inversión y apostar a ganador activando los proyectos paralizados, tanto en minería como en infraestructuras, el nuevo gobierno parece contentarse con plantear un crecimiento de 4 a 5% hacia al 2021.
El 2016 cerró mal, con un tercer año de caída de la inversión privada (-5.5%) y de la pública de 0.1% (la inversión privada tuvo una caída acumulada de 11.8% en tres años y la pública de 9.3%), el crecimiento no llegó al 4% y la demanda interna se desbarrancó a menos de 1%. Según el Reporte de Inflación del BCRP, la inversión del sector privado se ha revisado a la baja para este 2017, pasando de 2.5 % a -1.8 %, principalmente por la paralización de obras de infraestructuras y por una caída de la inversión minera.
El Perú necesita un mayor crecimiento para cerrar nuestras brechas sociales y económicas, y para nivelar al paísantes de que el tren de la revolución tecnológica nos deje en una estación del pasado. Hace pocos días, en el CADE 2017, Liliana Rojas-Suárez, reputada economista peruana, presentó un análisis muy oportuno sobre el ritmo de crecimiento necesario para que el Perú pueda cerrar las brechas de ingresos con respecto a los países más avanzados. Como puede verse en el siguiente cuadro resumen de los escenarios analizados por Rojas-Suárez, al ritmo actual de crecimiento de la economía, de alrededor de 4% anual, necesitaríamos entre 78 y 25 años para nivelarnos con los más avanzados o con los que recién lo lograron, respectivamente. Si crecemos a un 7% anual, necesitaríamos entre 28 y 13 años para nivelarnos. Ver en Lampadia: ¿Cómo acortamos el tiempo para nivelarnos?
¿Qué tenemos que hacer para crecer sostenidamente?
El crecimiento económico del Perú en la primera década del siglo, es innegable. Nuestro desarrollo se llevó a cabo principalmente por un aumento sostenido en la productividad total de los factores (PTF), la cual contribuyó alrededor de un tercio del crecimiento. Esto se debe principalmente a la adopción de medidas de estabilización macroeconómica (por medio de un régimen cambiario más flexible, disciplina fiscal y baja deuda pública), además de reformas estructurales como la liberalización financiera, del comercio y regulaciones del mercado. Todo esto mejoró la eficiencia en la asignación de recursos y dio lugar a un notorio crecimiento de la productividad. Lo que contradice muchas críticas infundadas sobre el desarrollo de la economía peruana durante los primeros años del nuevo siglo. Ver el siguiente cuadro:
En el CADE, Luis Carranza también afirmó la necesidad de que el gobierno tenga la capacidad técnica de diseñar reformas que aumenten la productividad, afirmando “Todas las experiencias de rápido crecimiento, ya sea en Asia o en la Europa de la posguerra, están basadas en fuertes aumentos de productividad. Eso solo es posible si implementamos reformas estructurales y políticas públicas que faciliten la inversión y promuevan la competencia. Estas medidas no son fáciles de implementar porque afectan intereses creados, de allí que el siguiente gobierno deberá tener la capacidad técnica de diseñar las reformas y la capacidad política de aplicarlas, pero además es indispensable el respaldo político para sostenerlas en el tiempo. Nuestro país no se merece otro gobierno mediocre.”
Diversos reconocidos expertos como Julio Velarde, Liliana Rojas Suarez y Elmer Cuba, entre otros, también concuerdan en la necesidad de aumentar nuestra productividad para poder retomar nuestra senda de crecimiento sostenido.
Pero… ¿qué es la productividad?
La productividad se refiere a qué tan bien las personas combinan recursos para producir bienes y servicios. En términos generales, cuanto mayor es la productividad de un país, mayores son los niveles de vida que puede pagar y más opciones tienen para mejorar el bienestar. El bienestar se puede aumentar con cosas como atención médica de calidad y educación; transporte e infraestructuras; comunidades más seguras; etc.
La productividad es una medida de la eficiencia en el uso de recursos para la producción de un bien o servicio. De esta forma se mide cada factor empleado, por ejemplo, el trabajo de la fuerza laboral o la capacidad de la maquinaria u otros bienes de capital, y los mide en unidades de tiempo. Podemos querer ver la productividad mensual o anual de una economía de esta forma.
Una economía con un aumento en productividad es capaz de producir la misma cantidad de bienes o servicios en una menor cantidad de tiempo. De esta forma se convertirá en más competitiva ya que por lo general mejoras en productividad vienen acompañadas en reducciones de costos. Si una fábrica es capaz de producir el doble de productos en la misma cantidad de tiempo, muchos de sus gastos (supervisores, electricidad, gerencia general, etc.) serán diluidos en una mayor producción. Es fácil entender que una economía con mejoras en productividad es también una economía más competitiva, con mayor crecimiento y mayor bienestar.
¿Cómo se mide?
En simple, la productividad mide la relación entre la producción de cualquier bien o servicio y el esfuerzo requerido para lograr esa producción. La forma de medición de la productividad en el Perú se realiza de por lo menos dos formas, la productividad total de factores y la productividad por trabajador.
La primera se calcula restando la producción de la mano de obra y la del capital (fábricas, maquinaria, etc.) al total producido en el país, es decir, el PBI.
Consideremos la producción total (Y) como una función de los factores capital (K) y trabajo (L), por lo que podemos escribir, en forma (cuasi) lineal:
Donde:
F (.,.) es la función de producción total.
Kappa (.,.), es la participación del capital en la producción total, expresada en tanto por uno.
Lamda(.,.), es la participación del trabajo en la producción total, expresada en tanto por uno.
El segundo método divide el total del producto bruto interno por la fuerza laboral, llegando a una medición de la productividad del trabajo. Su fórmula es:
Donde:
K y L, son las cantidades totales de capital y trabajo usadas en la economía.
Alpha, es la proporción de capital usada en el trabajo.
A, es una función del resto de factores productivos como la tecnología, la cualidad de la mano de obra, etc.
¿Cómo se mejora la productividad?
No hay una fórmula simple. Mejorar la productividad es, en última instancia, el producto de muchas decisiones sobre cómo generar valor. Existen algunas bases generales para mejorar la productividad, como desarrollar un gobierno efectivo y un entorno empresarial atractivo, que incluye un entorno normativo de bajo costo y alta calidad. Estas bases requieren atención y mejora continua. Un gran número de otros factores también importan, como:
- El grado de apertura y competencia en los mercados, que es importante para incentivar la innovación, mejorar la asignación de recursos y lograr un desempeño más dinámico;
- Promoción de la Inversión, que dependen de la calidad del gobierno y la gestión;
- La calidad de la educación y la actitud de los estudiantes hacia el valor del aprendizaje;
- La calidad de las decisiones del gobierno (en todos los niveles), al establecer políticas y dar forma a los ambientes regulatorios, y al decidir dónde se gasta el dinero público
¿Qué ha pasado últimamente con la productividad en el Perú?
Lamentablemente, como hemos señalado en Lampadia, el 2011 se produjo un punto de inflexión en el crecimiento de la inversión, la anemia infantil y el aumento de la Productividad Total de Factores. (Ver: En el 2011 se dio el Punto de Inflexión de nuestro Desarrollo).
La situación en el Perú viene desmejorando en los últimos años, y ya nos estamos acostumbrado a que los índices muestren un retroceso.
El Perú está creciendo menos. Las proyecciones siguen bajando, al igual que la inversión pública y privada. Así jamás recuperaremos el desarrollo del que tanto nos enorgullecíamos y con el que ganamos el nombre de “la estrella de Latinoamérica”.
De acuerdo a TheConferenceBoard, la Productividad Total de Factores (PTF) del Perú disminuyó en 7.8% entre 2011 y 2014, registrándose su peor caída en el último año (-4.5%), así lo reveló el Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (IEDEP) de la Cámara de Comercio de Lima (CCL).
¿Qué debe hacer el Perú para mejorar su productividad?
El Gobierno debe enfocar sus esfuerzos para concretar las reformas que den un mayor impulso al crecimiento de la productividad. Debiéramos crecer a tasas similares a las de los tigres asiáticos en su larga fase de despegue. En el caso del Perú, para lograr un crecimiento más pronunciado de la productividad, es preciso avanzar en las siguientes reformas:
Estado eficiente: contar con un poder judicial eficaz e independiente, derechos de propiedad bien delimitados, agilidad en los trámites burocráticos.
Infraestructuras: reducir la brecha de en infraestructuras, vía concesiones y Asociaciones Público Privadas (APP). Existe una importante oportunidad de financiamiento externo para este tipo de proyectos.
Educación: mejorar la calidad de la educación. Además, alentar la formación de carreras tecnológicas.
Tecnología: incrementar la colaboración de las empresas y las universidades. Alentar las carreras de ingeniería y ciencias. Generar incentivos para que las empresas incrementen su presupuesto en innovación.
Instituciones: mejorar las reglas de juego para facilitar una mejor convivencia de los ciudadanos, su protección contra el abuso del Estado, el clima de inversión y una mejor gobernanza.
En resumen, tenemos que elevar la productividad, la competitividad y multiplicar nuestros desarrollos productivos. Entre las propuestas de cómo lograrlo se encuentra la promoción de la competencia, la reducción de costos que genera el cumplir con regulación burocráticas anti-propósito, una mayor integración comercial con el resto del mundo, y la creación de un ambiente de inversión que permita transformar nuestras ingentes reservas de recursos en riqueza.
En Lampadia creemos que nada se puede hacer sin explicar y convocar a todos los ciudadanos a la gesta del desarrollo. Para ayudar al entendimiento de la productividad, líneas abajo presentamos tres ejemplos de la vida productiva que conllevan impactos en la productividad:
1. Agricultura
Las tecnologías del Programa Sierra Productiva permiten a los campesinos de los minifundios alto-andinos, dar un tremendo salto productivo instalando riego por aspersión. Por ejemplo, se construyen pequeños reservorios uni-familiares de agua, tubos de PVC y botellas agujereadas. Con ello se pueden retirar los pastos naturales que crecen 5 centímetros al año con el agua de lluvia, y sembrar pastos cultivados que con el riego permanente pueden dar hasta 5 cortes de un metro por año, desatando un salto de producción, que transforma la vida de sus familias.
2. Educación
Los beneficios económicos de la educación para la sociedad en general dependen en gran medida del impacto de la educación en las habilidades y la productividad de los trabajadores. Muchos investigadores han establecido la conexión entre el conocimiento, las habilidades y los hábitos de trabajo adquiridos por los estudiantes en la escuela y el crecimiento económico. Con escuelas sólidas en cada comunidad, podemos proporcionar a todos los niños la educación necesaria para tener éxito en sus vidas y participar activamente en la vida cívica del país. En general, los países con una fuerza laboral mejor educada tienen economías más fuertes y niveles de vida más altos.
3. Tecnología
La introducción de nuevos procesos de producción puede tener efectos dramáticos en la productividad. La mayoría de los aumentos en los niveles de vida humana no provienen de trabajar más horas o de usar más capital u otros recursos, sino que una mejor productividad proviene de la aplicación de nuevas tecnologías y nuevas técnicas de producción. Por ejemplo, el uso de un buen sistema de refrigeración en un restaurante, permite disminuir los desperdicios y aumentar la productividad.
Una de las reformas que más influencia tiene en términos de productividad es la reforma laboral, que tiene efectos contrarios a los nominales, reduciendo la productividad y la generación de riqueza.
Lampadia