Pablo Bustamante Pardo
Expresidente de IPAE
Director de Lampadia
Hace 30 años el Perú calibró su brújula hacia la prosperidad con la promulgación de una Constitución desarrollista que nos acercó al mundo moderno.
Después de tres décadas de un estatismo asfixiante y empobrecedor, le devolvimos al ciudadano y a sus emprendimientos, la posibilidad de crear y progresar.
El siguiente cuadro del IPE, muestra cómo el Perú pasó de ser el último país en crecimiento económico (1975 – 1992), a ser el país de mayor crecimiento en la región (1993 – 2021). Si esto no es un milagro económico, nada lo es.
Ver en Lampadia: MODELO ECONÓMICO DEL PERÚ EN EL MARCO CONSTITUCIONAL DIEGO MACERA POLI, ENERO 2024, CONGRESO DE LA REPÚBLICA
Efectivamente, antes de la Constitución de 1993, el Perú era un ‘Estado Fallido’, la pobreza llegaba al 60% de la población, los ingresos del Estado no pasaban del 3.8% de un PBI diminuto, y la empresa peruana más grande solo alcanzaba a facturar 600 millones de dólares, mientras las ecuatorianas superaban los US$ 1,500 millones.
Con un arreglo institucional económico que permitió:
- el regreso de la inversión privada al campo, a la minería, a la pesca, al turismo;
- con la eliminación de la corrupción administrativa en el Estado, al eliminarse la discrecionalidad para fijar tipos de cambio, tasas de interés y aranceles;
- con la apertura comercial;
- y con la prohibición para que el BCR financiara los déficits del Estado;
El Perú pudo reducir la pobreza de 60 a 20%, los ingresos del Estado llegaron al 21% de un PBI multiplicado por cuatro, y nuestras empresas pudieron invertir, crear empleo y crecer en el Perú y el extranjero.
Veamos la evolución de los ingresos y el empleo fuera de Lima, y el aumento explosivo de los ingresos en el sector rural:
Ver también la presentación de Jaime de Althaus en el Congreso, con ocasión del mismo evento por los 30 años de la Constitución: Impacto social del régimen económico constitucional.
La recuperación del Perú y su desarrollo potencial llegó a tal nivel, que el HSBC, uno de los bancos más grandes del planeta, afirmó que:
“El Perú puede convertirse en la economía número 26 del mundo, si aprovecha sus recursos y crece un 5.5% por año”.
Además, mostró que de darse estos supuestos para el 2030, el 80% de la población tendría ingresos medios (70%) y altos (10%); y para el 2050, solo tendríamos 10% de los peruanos con ingresos bajos.
Ver en Lampadia: 2050 ¿El Perú en el puesto 26?
Como indicó el HSBC, un potencial espectacular, que desde el 2011, ha sido sistemáticamente apagado por nuestra clase política (por acción), y por nuestra clase civil (por inacción).
Pero es importante destacar que nuestro gran avance económico y social, impulsado por la Constitución de 1993, fue posible por nuestros ‘fundamentals’ (capacidades estructurales), por la calidad y multiplicidad de nuestros recursos naturales (minerales entre otros), por nuestra geografía (agroexportación), por nuestras culturas (turismo), y sobre todo por nuestra gente, esos peruanos resilientes, creativos, trabajadores y esencialmente positivos.
Gracias a Dios, esas ´capacidades estructurales’ siguen vigentes, y son nuestra esperanza para el relanzamiento del Perú hacia la senda definitiva del desarrollo.
Solo nos falta rediseñar una ‘VISIÓN POSITIVA Y COMPARTIDA DE FUTURO´, y algunos líderes que agarren la antorcha de la libertad y prosperidad. Lampadia