¡Defendamos nuestro futuro!!!
Pablo Bustamante Pardo
Expresidente de IPAE
Director de Lampadia
Los enemigos del Perú nunca perdonaron nuestros éxitos
En abril de 1994 el Perú se despertó con una noticia increíble. Telefónica de España pagó US$ 2,000 millones por la compra de las empresas públicas de telefonía, CPT y Entel Perú, incapacitadas para enfrentar la naciente revolución de las telecomunicaciones.
Los peruanos, con nuestra nueva Constitución liberal de 1993, descubríamos que nuestro país valía más. Que nuestras empresas y casas valían más. Que nuestros ingresos estaban subvaluados producto de treinta años del socialismo empobrecedor de los años 60, 70 y 80.
“La nueva Constitución:
- Permitió el regreso de la inversión privada.
- Permitió eliminar la inflación.
- Ayudó a bajar la pobreza de 60% de la población el año 90 a 20% el 2019.
- Permitió que recuperáramos el crecimiento de la economía.
Entre 1993 y 1997 crecimos 7.5% anual, proceso que lamentablemente se interrumpió en 1998 con el innecesario corte de la cadena de pagos y la consecuente recesión, que solo superamos hacia el 2004. - Luego recuperamos el crecimiento alto y sostenido superando el 6.5% anual hasta que el 2011 empezamos nuevamente con el desaliento de la inversión privada.
- Llegando el 2019 a un paupérrimo crecimiento de 2.16%”.
Ver en Lampadia: Desarrollo interruptus
Ver en Lampadia: El ciclo de crecimiento del Perú empezó en 1993
No fueron los commodities, fue el clima de inversión
Con la Constitución de 1993 mejoramos todos nuestros indicadores económicos y sociales. Entre ellos, generamos una nueva clase media que alcanzó al 40% de la población.
Pero:
Los enemigos del Perú nunca perdonaron nuestros éxitos
Desarrollaron campañas para destruir nuestra nueva base económica:
- ‘Agua sí, oro no’, la licencia social, y el pos-extractivismo para bajarse a la minería
- La falsa escasez de agua para frenar las agroexportaciones
- Los seudo monopolios de Lan y Perú Rail para alejar el turismo
- Entre muchas otras maldades
Y por supuesto se encargaron también de demoler ese primer símbolo del nuevo Perú, el desarrollo de la empresa Telefónica del Perú, que hoy inicia su calvario en Indecopi.
En sus 30 años en el Perú, Telefónica ha sufrido un incesante acoso tributario y regulatorio, y por supuesto también por sus propias torpezas, por las que no supieron mantener sus ventajas competitivas.
Así mismo, fueron víctimas de ese síndrome ‘estratégico’ por el cual en el Perú, las empresas privadas, asesoradas por sus consultores de imagen, decidieron, unas tras otras, no defenderse, ‘ya pasará’, ‘no digas nada’, no explicar a los ciudadanos sus desarrollos, sus aportes a la calidad de vida de los peruanos, o hasta no demostrar la falsedad de acusaciones como: ‘las empresas privadas no pagan impuestos’.
El caso de Telefónica es impresionante.
- La Sunat pretende que Telefónica pague impuestos por cuentas no pagadas por clientes.
- Pese a que Telefónica hizo esfuerzos significativos para cobrar a sus clientes (recibo telefónico, llamadas telefónicas, cartas de cobranza y cartas de aviso de corte parcial y luego corte total del servicio) por cuentas atrasadas durante el 2000-2001, la administración tributaria no permite deducir dichas deudas.
- Se estaría produciendo inconstitucionalmente un trato discriminatorio entre las empresas que invierten en el Perú, pues el artículo 5° de la Ley Nº 28870 expresamente permite que Sedapal acredite sus esfuerzos de cobranza con solo el recibo del servicio, el mismo que tiene características iguales a los de Telefónica.
- La Sunat no permite deducir como gastos los intereses pagados por los préstamos destinados a las inversiones realizadas en infraestructura.
- Entre 1998 y 2005 Telefónica la tasa de impuesto a la renta sobre la utilidad contable ha sido 51%, mucho mayor al 30%. Pudiendo llegar hasta 72%.
- Los procesos de revisión fiscal pueden demorar 10 años, sin que el plazo del proceso burocrático dependa de la empresa reclamante, así una deuda inicial puede terminar quintuplicándose por moras e intereses.
Pero lo de Telefónica no es una singularidad, procesos similares de interpretaciones caprichosas y abusivas de la Sunat, han sido enfrentados por empresas mineras y financieras.
¡No es la economía, idiota!!!
¡Es el estatismo!!!
La prédica estatista y nacionalista latinoamericana, de los años 60, con la dictadura velasquista, Belaunde, García I, la Cepal, Prebisch, Humala, et al, está en la dermis de mucho peruanos. Solo con el alto crecimiento de la economía de la primera década del nuevo siglo, esto amainó, al punto de que casi un 70% de los peruanos votamos por candidatos afines a la economía de mercado en las elecciones de 2016.
Pero el día siguiente de la primera vuelta de las elecciones del 2016, PPK desbarró:
«Yo lo voy a ir a ver (a Santos) (…). La intención de la conversación es primero saludarlo. Está en la cárcel, no es agradable estar en la cárcel. Yo creo que también entender un poco cuál es su cultura antiminera, en qué consiste, porque hay muchas razones y de repente de allí podemos sacar algo positivo», expresó Kuczynski.
ANDINA, 12 de abril, 2016
Todo esto sucedió a vista y paciencia de los peruanos más instruidos, de los académicos mejor formados, y de los empresarios con visión global y vocación por el crecimiento de la economía.
Y por supuesto, con la complicidad de los medios de comunicación que estaban llamados a hacer análisis finos y sesudos sobre la realidad del país, su potencial y su ubicación en el mundo; como fue el caso de El Comercio, América Televisión, Canal N y RPP.
El ‘Corsi e ricorsi’. Como dijo Giambattista Vico, ‘la historia no avanza de forma lineal, impulsada por el progreso, sino en forma de ciclos que se repiten’.
Sobre todo si la clase dirigente pierde estamina y adolece del coraje para enfrentar los embates de las hordas empobrecedoras del socialismo.
Ahora solo queda tomar conciencia de nuestros errores, aquilatar nuestras capacidades y vislumbrar nuestro potencial. Ver en Lampadia la ‘Tierra Prometida’.
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