Antonio Miguel Castillo Garay
Director del Instituto de Estudios Económicos y Sociales
Sociedad Nacional de Industrias
Para Lampadia
El Perú logro multiplicar 3.5 veces su PBI y 6.5 veces sus inversiones entre 1993 al 2022 y en más de 20 veces sus exportaciones en esos mismos años. Pero a pesar de estas cifras su PBI per cápita no está en el promedio latinoamericano y nos tomaría para citar un ejemplo, cerca de 40 años de crecimiento del PBI al 5%, para alcanzar el PBI per-cápita de Chile de la actualidad.
Así mismo, junto con esta realidad de los ingresos per cápita peruanos tenemos la situación de los empleos atrapados en una informalidad del 78% que supera el promedio regional.
Hasta aquí podríamos preguntarnos, primeramente:
¿Como hacemos para seguir creciendo con desarrollo de empleos dignos, reducción de la pobreza rural y urbana y reducción de brechas sociales?
¿Como empleamos a 300 mil jóvenes que se incorporan al trabajo todos años como parte del Bono poblacional del Peru, que durara hasta mediados del 2040 sin ser aprovechado por el país?
Adicionalmente deberíamos preguntarnos, como logramos transformar un aparato productivo cuyo PBI esta centralizado en un 40% en la capital y una industria que en igual medida concentra el 59% de todas sus fábricas en Lima. Mientras la selva peruana logra concentrar tan solo el 2.3% del PBI industrial con todo su capital natural y productivo sin desarrollar.
¿En el mismo sentido, como podremos integrar todos nuestros recursos y materias primas transformadas en las cadenas globales, en las corrientes de transformación energética global, teniendo como riqueza, por ejemplo, los metales verdes, críticos para el futuro mediato?
La respuesta es única y tiene que ver con la adopción de una visión nacional de desarrollo en donde la nueva industria cumple un papel de primer orden.
Hablamos en tal sentido de desarrollo productivo, de una industria que no se opone a los recursos naturales y materias primas, sino que, por el contrario, las integra para que sean la base de su diferenciación competitiva, como es el caso de la industria minera, pesquera, forestal, nuevos materiales y energía tan solo por mencionar algunos sectores. Mencionamos a una industria del valor agregado, que también incluye a los servicios y al conocimiento para el desarrollo de bienes tangibles e intangibles.
El modelo industrial del futuro peruano tiene que priorizar grandes sectores en donde contemos con materias primas en abundancia y mercados de exportación en expansión y no solo materias primas sino también capital humano que debemos fortalecer para abordar el mundo digital y de la Inteligencia artificial. Agro alimentos y Biología en un país de enorme riqueza natural o energética pensando en nuevas energías renovables como es el caso del hidrogeno verde.
La estrategia de industrialización incorpora asimismo la construcción y fortalecimiento de aglomeraciones productivas (clusters) que formen cadenas integradas a anclas productivas.
Como es el caso de los corredores económicos mineros (cluster de proveedores mineros en el sur y los de formación en el norte y centro);
Los puertos industriales pesqueros (caso Paita y zonas de acuicultura aún no integradas);
Las zonas forestales de pino y eucalipto globus en nuestra sierra y los bosques amazónicos;
Los clusters textiles como el de Chincha, Gamarra y San Juan de Lurigancho; muebles de madera finos en Villa Salvador, Ventanilla y nuestros metalmecánicos de los Olivos o los calzadistas de Trujillo.
Sin embargo, la tarea de construcción industrial debe pasar también por desarrollar los polos productivos alrededor de nuestros recursos mineros, energéticos, pesqueros, forestales entre otros sectores. Esta tarea inconclusa debe servir para transformar la realidad de estas poblaciones, siguiendo el ejemplo del Canadá y otros países industrializados a partir de sus recursos en explotación.
Pensando en esta nueva visión de la industria es que ya contamos con un proyecto de ley que esperamos presentar como Sociedad Nacional de Industrias al Congreso, Ejecutivo y sociedad civil para lograr el consenso nacional que empiece por crear nuevas fuentes de empleo, crecimiento y recursos para abordar las urgencias nacionales.
Espero haber plasmado en esta primera entrega la estrategia de la industrialización productiva, esperando en una segunda entrega poder exponerles la propuesta de Hoja de Ruta y marco legal para sentar las bases de su desarrollo. Lampadia