Es el momento de activar la guerra cultural
Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia
Aunque muchos aún no lo vean, se están alineando los astros para que los que creemos en el crecimiento económico, la economía de mercado, la naturaleza emprendedora de los peruanos y en la democracia, nos pongamos al frente, izando las banderas de la prosperidad que nuestro país, con su pletórica geografía, nos ofrece para emprender el camino del bienestar general.
60 años de idas y venidas
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- A mediados de los años 60, mientras los futuros tigres del Asia optaban por abrir sus economías, promover la inversión y la educación, los latinoamericanos, y notoriamente así el Perú, optamos por seguir las MUY equivocadas ideas de Raúl Prebisch y la Cepal, como la sustitución de importaciones y el desarrollo hacia adentro. Ideas que nos aislaron del resto del mundo. Resultó ser que los asiáticos tuvieron un gran desarrollo y nosotros nos empobrecimos.
Se decía que la tecnología sería cada día más cara y nuestros productos básicos más baratos. Pero fue al revés, la tecnología es cada día más barata y nuestros productos básicos, como los minerales y las frutas y hortalizas, son cada día más valiosos.
La apuesta del desarrollo era ir hacia afuera y no hacia adentro.
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- A pesar de todas las evidencias de éxitos y fracasos, buena parte de la política latinoamericana sigue sin entender algo tan elemental. Y así ha sido nuestra historia desde los 60s.
Belaunde I desayunaba con el verbo de la Cepal, los militares dictadores, con Velasco a la cabeza, no se diga, llevaron todo al extremo y destruyeron nuestras oportunidades de progreso. Belaunde II no se atrevió a corregir nada y García I, volvió a exacerbar las políticas cepalinas re-equivocadas.
Fujimori gobernó a contra mano de sus propuestas políticas, y la dura prueba de la realidad, tocamos fondo, lo llevó a rodearse de gente consecuente y valerosa que supo corregir la estructura del país, abrir la economía y permitir que la capacidad y empuje de los peruanos rescate al Perú de ser un ‘Estado Fallido’, para que, con el marco de la Constitución de 1993, a fines de la primera década del nuevo siglo, rascáramos la ilusión de la prosperidad.
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- Desde el 2011 volvimos a aflojar, y excepto por el interregno reparador del gobierno de García II, volvimos a abrir el aliento falaz del nacionalismo, el populismo y el voluntarismo político, versus hacer crecer el espacio de desarrollo del espíritu emprendedor de los peruanos.
- Todavía hoy, el 95% de nuestros políticos no entiende que el futuro de prosperidad de los peruanos está en la promoción del crecimiento económico, que solo puede sustentarse sosteniblemente y hacerlo con gran efectividad, en nuestro sector externo, en nuestras exportaciones de bienes y servicios, como los minerales, las frutas y hortalizas, la madera, nuestra pesca y el turismo.
Justamente las actividades económicas atacadas por los enemigos del Perú, desde el 2011.
Punto de quiebre social
Gracias a la naturaleza de los peruanos, no hemos caído en los cantos de sirena del socialismo del siglo XXI, el hartazgo actual es por el empobrecimiento de un país que tiene todas las capacidades para prosperar.
- Hemos pasado de crecer 7 a 8% por año a 2% y menos aún.
- Hemos pasado de una inflación anual menor a 3%, a una que no atinamos a controlar.
- Hemos pasado de generar empleos para todos nuestros jóvenes, a no poder darles empleos adecuados.
- Hemos pasado de multiplicar las empresas exportadoras, a perder muchas de ellas.
- Hemos pasado de desarrollar grandes proyectos de inversión privada y de infraestructuras, a no poder arrancar otros.
- Hemos pasado de atraer a nuestros hijos de regreso, a ponerlos en situación de potenciales emigrantes.
- Hemos pasado de haber recuperado la confianza en el futuro, a perder el norte y la confianza en nuestros líderes.
Hace escasamente seis meses, dolidos de ese empobrecimiento, los peruanos fuimos convocados para destruir nuestras instalaciones de transporte, nuestras comisarías, y fiscalías; fuimos convocados para impedir el trabajo de los ciudadanos, a atacar a nuestras fuerzas del orden y a destruir la imagen del Perú como un país que respeta los contratos, las inversiones y la libertad individual.
Pero, repito, gracias a nuestra naturaleza industriosa y humana, los peruanos rechazamos la violencia y reasumimos el reto del trabajo y el cuidado de nuestros hijos.
La ayuda del entorno mediático y político
En los últimos meses se han manifestado una serie de procesos que nos ayudan a dar sustento técnico y moral al punto de quiebre social, e impulsar el relanzamiento de nuestro desarrollo integral, económico, social e institucional.
- El informe del Banco Mundial que afirma que el crecimiento económico de la primera década del siglo XXI fue inclusivo, redujo la pobreza de 60 a 20%, redujo la desigualdad y se debió en un 85% al crecimiento de la economía.
- El resultado de la Encuesta Nacional de Hogares del INEI, que demuestra que los ingresos reales de los habitantes del Perú rural, entre el 2011 y el 2022, aumentaron notoriamente, y en mucho mayor medida que para el conjunto del país.
- El documento técnico-económico de Lant Pritchett, que demuestra que El crecimiento económico es suficiente – Y solo el crecimiento económico es suficiente, destacando que:
Ningún país tiene un PBI per cápita alto,
con bajos indicadores de bienestar, yNingún país tiene indicadores de bienestar altos
con un bajo PBI per cápita. - El resultado de la elección del Consejo Constitucional en Chile, que rescata la importancia del orden y de la economía de mercado para el progreso de nuestros vecinos.
- El rechazo de las izquierdas alrededor del Mar Mediterráneo, en Grecia, Italia y España.
- El abrazo a Nicolás Maduro, el dictador y genocida venezolano, por parte de Lula da Silva, el presidente de Brasil, demostrando que las nuestras izquierdas regionales son la misma mugre.
- Los desequilibrados ataques de los presidentes de México y Colombia al Perú, demostrando una agenda política continental abiertamente anti peruana.
Llamado a la ACCIÓN
Como indiqué hace un par de semanas «Es hora de poner Toda la carne en el asador».
Es el momento en que los peruanos de buena voluntad, conocedores del gran potencial de desarrollo de nuestro país, y comprometidos con el bienestar general, salgamos de nuestros cuarteles de invierno y llevemos la antorcha de la buena nueva sobre como el Perú puede aprovechar su fabulosa geografía y la pujante naturaleza de nuestra gente, para apuntar a un futuro de prosperidad común.
Hagamos una campaña informativa sobre nuestra realidad, nuestro potencial de desarrollo y sobre la importancia del crecimiento económico, para alcanzar las metas que soñaron nuestros mejores hijos. ¡Viva el Perú!!!
Lampadia