Rafael Venegas
Para Lampadia
Los peruanos hemos crecido con la idea de que nuestro país es rico, no sólo por sus enormes recursos naturales, sino también por su gran diversidad. ¡Tenemos de todo, pero no lo sabemos aprovechar!
En más de doscientos años de vida republicana, sólo se ha vivido un breve periodo de quince años en que empezamos a gozar de esas bondades y que nos hizo creer que iniciábamos el camino hacia el desarrollo.
Entre el último lustro del siglo pasado y la primera década del presente siglo, el Perú se integró decididamente y con mucho esfuerzo a la economía de libre mercado, la libre competencia y al respeto a los contratos y la propiedad privada.
También se firmaron sendos tratados de libre comercio, se redujo y profesionalizó el aparato público y se optó por la autonomía de los entes reguladores, especialmente del Banco Central de Reserva.
En ese periodo se respiró paz social y hubo una gran disminución del crimen y la delincuencia.
Estos pasos que costaron mucho sacrificio y trabajo nos hicieron acreedores de algo que nunca hubiéramos pensado conseguir, ni en nuestros sueños más fantásticos, me refiero al GRADO DE INVERSIÓN [acceso al financiamiento internacional con costos preferenciales], que obtuvimos en abril del 2008.
Esta calificación que es una especie de sello de confianza internacional es considerada seriamente por los inversionistas, los gobiernos y las instituciones financieras a nivel global, ya que certifica que el país posee sólidas características en campos como la macroeconomía, la política, el aparato estatal, el empleo, el marco legal, etc. En pocas palabras, que es un país confiable para invertir en él y para hacer negocios con él.
“Nos pusimos los pantalones largos¨ y las inversiones locales e internacionales comenzaron a fluir, así como también se multiplicó el comercio exterior.
Se logró la combinación perfecta para iniciar el camino al desarrollo: UN PAIS RICO EN RECURSOS NATURALES Y CON GRADO DE INVERSIÓN.
Por un corto periodo gozamos del envidiable círculo virtuoso: más inversión, más empleo, más poder adquisitivo, más consumo, mejores servicios, menor pobreza. Es decir, BIENESTAR PARA LOS PERUANOS Y PROGRESO PARA EL PERÚ.
Pero como todo lo bueno que sucede en nuestro país es de muy corto plazo, aparecieron como siempre los malos peruanos aprovechadores, malévolos e inmorales y pusieron fin a este sueño.
Me refiero a la infame y descarada clase política, al crimen organizado y a la delincuencia, que con la ayuda de los tontos útiles caviares, los obsoletos izquierdosos y la prensa mercantilista, nos han regresado al desorden, la mediocridad y el caos. Todo esto financiado por el narcotráfico y la minería ilegal que son combatidas convenientemente con vergonzosa lentitud y debilidad.
Lamentablemente el Grado de Inversión tiene sus días contados ya que es muy claro que todos sus ejes se han deteriorado fuertemente con la única excepción de la macroeconomía, que viene siendo defendida heroicamente por el BCR, aunque ya presenta varios síntomas negativos.
Sin embargo, el Perú sigue siendo tierra de oportunidades, pero esta vez no para los inversionistas sino para el crimen organizado internacional.
Aparentemente para estas mafias, nuestro país es ahora ¨GRADO DE INVASIÓN¨ porque cumplimos con todos los requisitos necesarios para que nos invadan masivamente con sus ¨negocios¨ criminales, que incluyen el uso indiscriminado de armas letales, la extorción, el sicariato y muchos otros que no nos eran conocidos y que ahora se han multiplicado por todo el país.
Las características que sustentan este GRADO DE INVASIÓN se dan principalmente por el caos político y de todos los poderes del Estado, así como también por el inútil y pusilánime gobierno.
Por su lado las fuerzas del orden penetradas en algunos de sus círculos por la corrupción, desmotivadas y reprimidas por el propio gobierno participan tímidamente y no representan ninguna garantía para la población.
Este escenario ofrece grandes ventajas para esta invasión, las cuales incluyen la facilidad para el ingreso clandestino al país, la proliferación de armas vedadas, empleos en la “industria” del narcotráfico y la minería ilegal, inmunidad y liberaciones meteóricas a módicos precios con y facilidades de pago, entre muchas otras.
El GRADO DE INVERSIÓN que tanto esfuerzo nos costó conseguir, está en serio riesgo y viene siendo sustituido por EL GRADO DE INVASIÓN del crimen organizado.
¡MUCHAS GRACIAS SEÑORES “GOBERNANTES”! Lampadia