En 2017, la industria del turismo continúa haciendo una verdadera diferencia en la vida de millones de personas impulsando el crecimiento, creando empleos, reduciendo la pobreza y fomentando el desarrollo. Con una proyección de 1,800 millones de turistas internacionales para 2030, el Foro Económico Mundial afirma que la industria tiene el potencial de “desempeñar un papel clave en la creación de oportunidades de empleo de alta calidad, actuar como un vehículo para proteger y restaurar la biodiversidad de nuestro planeta y ayudar a construir puentes entre las personas y las culturas”.
El reciente reporte titulado Índice de Competitividad de Viajes y Turismo del Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés) muestra que para cada 30 nuevos turistas en un destino se crea un nuevo trabajo y actualmente representa 1 de cada 10 empleos a nivel global. Además, la industria turística movió US$7,400 millones en el mundo y creó 292 millones de puestos de trabajo en 2016.
En el informe, los países son clasificados de acuerdo con los pilares del Índice de Competitividad en Viajes y Turismo (TTCI), con una calificación de 1 a 7, la cual refleja el desempeño de cada país para cada subíndice específico. La nota 7 es la máxima calificación posible. El Índice está compuesto por 14 variables (pilares) agrupadas en cuatro subíndices: entorno, condiciones de la política turística, infraestructura y dotación de recursos naturales y culturales.
Este modelo analítico permite juzgar con objetividad y sin romanticismo, los determinantes del éxito en la industria del turismo.
En este ranking, España ha sido calificada como el país líder en competitividad de viajes y turismo por segundo año consecutivo, seguido por Francia y Alemania. «Los tres líderes del ranking han asegurado sus posiciones gracias a sus recursos naturales y culturales de clase mundial y sus sobresalientes infraestructuras y servicios de alojamiento», especifica el informe.
A medida que la industria continúa creciendo, cada vez hay más turismo procedente de países emergentes. Mientras que, históricamente, la mayoría de los viajes eran de Norte a Norte, esta realidad está cambiando. Se espera que los viajes de África, América Latina y Asia-Pacífico crezcan exponencialmente en la próxima década.
De hecho, desde la crisis financiera mundial, los gastos de turismo de los países en desarrollo han crecido más rápido que el de los gastos de las economías avanzadas, tendencia que seguirá en los próximos años. Los mercados emergentes y en desarrollo no sólo se están convirtiendo en mercados más grandes, sino que también están mejorando su competitividad para posicionarse como destinos más atractivos para el desarrollo del turismo.
El informe revela que varias economías emergentes han mejorado significativamente su puntaje de rendimiento en comparación con los resultados del año anterior. De hecho, 12 de los 15 países que más han mejorado son países en desarrollo y emergentes. Entre ellos figura el Perú, en la posición 11.
Perú, además, figura en la lista de los diez países más competitivos en turismo en América Latina. Los diez principales destinos turísticos en la región son: México, Brasil, Panamá, Costa Rica, Chile, Argentina, Perú, Ecuador, Barbados, y Colombia. De acuerdo al ranking, nuestro país ocupa el puesto siete de 18 países de este grupo y se ubica en el puesto 51 a nivel mundial, resultado que refleja un avance de siete posiciones, respecto al estudio anterior del 2015, en el que se ubicó en el puesto 58 (luego de haber escalado 15 lugares con respecto al 2013). Pero no nos entusiasmemos con estas cifras, pues, para variar, están muy lejos de nuestro potencial.
Veamos: El informe precisa que el Perú recibe alrededor de 3.5 millones de turistas internacionales (un número que representa solo el 0.17% del turismo global), que generan divisas por US$ 3,319 millones con un gasto promedio por viajero de US$ 960. Entre el 2002 y el 2014 hemos triplicado las visitas internacionales llegando a 3.2 millones. En la misma línea, los ingresos por divisas del turismo también se triplicaron, pasando de US$ 1,270 millones en el 2002 a unos US$ 3,800 millones en el 2014.
Según la mencionada investigación, la mayoría de naciones latinoamericanas confían en sus recursos naturales y la buena hospitalidad para atraer a los turistas. También cuentan con políticas de visas internacionales muy abiertas (algo en lo que el Perú se puso al día recientemente). Además, refiere que Latinoamérica es una de las macro-regiones más «amigables» para el turismo internacional y la segunda que más ha mejorado desde la última edición del informe, detrás de la región Asia-Pacífico.
A pesar de los avances del Perú en los distintos pilares, le queda mucho por mejorar:
Los pilares más destacados
El Perú solo destaca en recursos naturales y culturales, ubicándose en la posición 4 y 24 del mundo, respectivamente.
Además, registra posiciones medias en apertura internacional (puesto 12), infraestructura de servicios turísticos (45), recursos humanos y mercado de trabajo (62) y priorización de viajes y turismo (69).
Los pilares más débiles
Por el contrario, en el ranking, nuestro país no tiene buenas calificaciones en temas como infraestructuras. Según el WEF, nos encontramos en el puesto 109 en Infraestructura terrestre y portuaria y 73 en Infraestructura aérea.
Además obtenemos bajos resultados en el pilar de precios competitivos (puesto 127), infraestructura portuaria y terrestre (109), seguridad (108), salud e higiene (91), ambiente de negocios (83) y sostenibilidad ambiental (73).
Estos indicadores establecen una notoria brecha entre nuestro potencial y nuestra performance actual. Es evidente que no es suficiente tener atractivos naturales y culturales para hacer del turismo una actividad exitosa.
Veamos la performance de España, el líder mundial de la industria del turismo
Como puede verse, si comparamos los indicadores del Perú y España, hay una tremenda diferencia en prácticamente, todos los pilares, especialmente en Infraestructuras, Seguridad y Salud e Higiene.
Hacía un sector más desarrollado
El desafío ahora es que el Perú aproveche el crecimiento del turismo y su importante fuente de empleo e ingreso de divisas, además de los beneficios por el encadenamiento con el resto de la economía que brinda, como la creación de infraestructuras. Según el CEPLAN (2015), el Perú tiene el potencial de captar entre 10 a 15 millones de turistas al año.
Para aprovechar esas potencialidades, tenemos que asegurarnos de no seguir con el mono-producto en que se ha convertido Machu Picchu, ni seguir evitando que nuestras riquezas se pongan en valor, inhibiendo el desarrollo de concesiones, APPs y otras formas de colaboración de la inversión privada. Nuestro potencial cubre todas las demandas del turismo global en áreas como naturaleza, aire libre y cultura. Nuestros atractivos incluyen lo arqueológico, cultural, gastronómico, de aventura, vivencial y ecoturismo, entre otros. Ver en Lampadia: El Turismo: Otro potencial desaprovechado.
El desarrollo del Perú está por debajo de su potencial. El turismo es una de las actividades económicas más atractivas para el desarrollo de los pueblos. Genera mucho empleo directo, indirecto e inducido. Es fundamentalmente una actividad limpia y ayuda a generar mejores condiciones de vida. Esto se puede apreciar en nuestro destino icónico, el Cusco, el departamento que durante los últimos 15 años es el que más ha crecido, incluso, en algunos momentos, por encima del crecimiento de la China. Hoy el 50% de la población del Cusco es de clase media. Este desarrollo tiene solo dos explicaciones, el turismo y el gas de Camisea.
Para salir de la pobreza necesitamos poner en valor nuestro potencial productivo. Para ello es indispensable que logremos una mejor gobernanza, mayor sentido de pertenencia y compromiso de la población y que recuperemos el crecimiento económico. Para ello se debe dejar de mirar al sector privado como una fuerza de ocupación extranjera. Algo promovido por el gobierno anterior y por todos sus socios de las izquierdas de las ‘ideas muertas’ que lo ayudaron a llegar al gobierno, pero que una vez expulsados del entorno gubernativo, siguieron sembrando mitos y mentiras.
Para contrastar todo esto se necesita un gobierno con visión de desarrollo y valentía para llevar a los ciudadanos, y a los medios, las ideas de la prosperidad, acariciada por tantos países, que hasta en el turismo, nos superan por varios cuerpos. Lampadia