El turismo viene batiendo récords en el mundo. Según la Organización Mundial del Turismo (OMT), el año pasado 1,184 millones de personas viajaron por placer a otro país. Sin embargo, el Perú sólo atrae a 3.2 millones de visitantes, incluyendo el turismo de fronteras, viajes de negocios y otros. El número de visitantes por placer está más cerca de 2 millones, o sea el 0.17% del turismo global. Otro sector de la economía que está muy por debajo de nuestro potencial, al igual que el minero, energético, forestal y agro exportador.
Fuente: CARTUC (Cámara Regional de Turismo del Cusco)
Con todo, en los últimos años hemos venido aumentando la captación de turistas. Entre el 2002 y el 2014 hemos triplicado las visitas internacionales llegando a 3.2 millones. En la misma línea, los ingresos por divisas del turismo también se triplicaron, pasando de US$ 1,270 millones en el 2002 a unos US$ 3,800 millones en el 2014.
Fuente: CARTUC (Cámara Regional de Turismo del Cusco)
En el mundo, a pesar de los conflictos políticos, desastres naturales, ataques terroristas y crisis económica, el turismo ha crecido espectacularmente desde 1970. Solía ser que sólo los países en desarrollo buscaban activamente las exportaciones (o divisas) del turismo como una estrategia para el desarrollo. Por ejemplo, Japón y Estados Unidos han mostrado históricamente poco interés en atraer turistas. Esto ya no es el caso. Recientemente, ambos han implementado cambios en sus políticas y regulaciones de visado para promover las visitas desde el exterior, crear empleos y estimular sus economías.
En las últimas décadas, el número de turistas ha crecido mucho, más aún en los países en desarrollo. La OMT prevé que el turismo internacional crecerá un 3.3 por ciento por año hasta el 2030 y que el número de llegadas totales llegará a 1,800 millones. Se espera que el crecimiento en los países emergentes sea el doble de rápido que en los más avanzados.
El desafío ahora es que el Perú aproveche el crecimiento del turismo y su importante fuente de empleo e ingreso de divisas, además de los beneficios por el encadenamiento con el resto de la economía que brinda, como la creación de infraestructuras. Según el CEPLAN (2015), el Perú tiene el potencial de captar entre 10 a 15 millones de turistas al año.
Para aprovechar esas potencialidades, tenemos que asegurarnos de no seguir con el monoproducto turístico en que se ha convertido Machu Picchu. Nuestro potencial cubre todas las demandas del turismo global en áreas como naturaleza, aire libre y cultura. Nuestros atractivos incluyen lo arqueológico, cultural, gastronómico, de aventura, vivencial y ecoturismo, entre otros.
Fuente: CARTUC (Cámara Regional de Turismo del Cusco)
Solo en lo arqueológico, el Perú tiene una amplia gama de destinos que muestran el impresionante patrimonio heredado de civilizaciones más antiguas que nos dan testimonios de su cultura, arte, costumbres y ritos, así como expresiones del desarrollo de civilizaciones de hace 5,000 años, como Caral y de sofisticadas culturas precolombinas como Chavín, Chimú, Mochica, Paracas, etc., hasta el desarrollo más integral y reciente del Imperio de los Incas y la simbiosis cultural europeo-americana del virreinato.
Geográficamente, existen tres grandes espacios que acogieron a las culturas prehispánicas: el norte fértil, el sur árido y una región intermedia dominada por la costa central del Perú.
En el norte se encuentran los restos Chavín; que tuvieron grandes avances en arquitectura e ingeniería; la civilización Moche, reconocida por su cerámica realista y sus templos piramidales; y la Chimú, cuyo legado más conocido es la ciudadela de Chan Chan. Luego en el centro del país tenemos las líneas de Nazca y a nuestra hermosa capital virreinal, una de las pocas capitales del mundo de cara al mar. Finalmente, en el sur, está Cusco, con el inolvidable Machu Picchu y los impresionantes Sacsayhuaman, Písac y el Koricancha, así como el fabuloso despliegue de Choquequirao. Además, por supuesto, de la fabulosa ciudad del Cusco.
Fuente: CARTUC (Cámara Regional de Turismo del Cusco)
Más allá de nuestro legado histórico, tenemos también un potencial único en ecoturismo. La asombrosa biodiversidad del Perú es razón suficiente para atraer a los amantes de la naturaleza a explorar el interior del país. Los visitantes pueden pasar semanas recorriendo el fascinante desierto costero, la sierra o la selva tropical, todas ellas con una asombrosa diversidad de especies animales y vegetales.
Y no debemos olvidar la gastronomía. Actualmente el turismo gastronómico está en auge y el Perú, como una de las capitales gastronómicas del mundo, tiene mucho que ofrecer. Más de 40,000 restaurantes en todo el país reflejan la diversidad de una nación que ha mezclado sus tradiciones nativas con la culinaria europea, árabe, china, africana y japonesa. El resultado: sabores únicos que convierten a la cocina peruana una de las mejores y más variadas del mundo.
También se viene desarrollando el turismo de aventura, ya que nuestra topografía natural la hace muy atractiva. Los picos de las montañas heladas de los Andes atraen excursionistas y escaladores, la costa salvaje del desierto está llena de excelentes olas para los surfistas y, para los más exploradores, tenemos el Amazonas: un vasto bosque tropical y selva llena de monos, guacamayos, peces y muchos otros animales exóticos. También se puede hacer sandboard en un oasis en medio del desierto (Huacachina) y observar cóndores y hasta descender a uno de los cañones más profundos del mundo, en el Cañón del Colca de Arequipa.
Como en tantas otras actividades productivas y desarollos sociales, de infraestructuras e instituciones, «El Perú es un ‘underperformer'» (un país que todo lo hace por debajo de su potencial). El turismo es una de las actividades económicas más atractivas para el desarrollo de los pueblos. Genera mucho empleo directo e indirecto, es fundamentalmente una actividad limpia y ayuda a generar mejores condiciones de vida. Esto se puede apreciar en nuestro destino icónico, el Cusco, el departamento que durante los últimos 15 años es el que más ha crecido, incluso por encima del crecimiento de la China. Hoy el 50% de la población del Cusco es de clase media. Este desarrollo tiene solo dos explicaciones, el turismo y el gas de Camisea.
Para salir de la pobreza necesitamos poner en valor nuestro potencial productivo. Para ello es indispensable que logremos una mejor gobernanza, mayor sentido de pertenencia y comopromiso de la población y que recuperemos el crecimiento económico (Ver: Tres Caminos al Bienestar General). Lampadia