Rogers M Valencia
Exministro de Ministro de Comercio Exterior y Turismo y Ministro de Cultura del Perú
Para Lampadia
En 1978 se juntaron voluntades, para hacer del naciente Turismo al Cusco un instrumento que creara para la Ciudad y para los entes encargados del cuidado del Patrimonio, los ingresos destinados a la conservación, puesta en valor, investigación, preservación del Patrimonio Monumental del Cusco, para el cuidado del ornato y cuidado de la ciudad, además de la Promoción del turismo al Cusco y a la iglesia para sus fines propios incluyendo el trabajo asistencial de caritas.
Así el 07 de abril de 1978 se firmaría un convenio de Bases para la Creación del Boleto Turístico Integrado, participaron el alcalde de Cusco Gilberto Muñiz, el Obispo Luis Vallejos Santoni, el INC con su director Jorge Cornejo Polar y la Dirección General de Turismo con Enrique Koch Schemmel. Basado en conceptos como facilitar la compra de los ingresos a los lugares turísticos en un solo boleto, dotar a las distintas instituciones incluidas la municipalidad de fondos para lograr las metas objeto del convenio etc., Nació el BTI.
Luego en marzo del 2006 se dio la ley del Boleto Turístico 28719 en la que se crean los Boletos Turísticos a nivel nacional administrados por el Ministerio de Cultura. El Boleto Turístico del Cusco por excepción se administra por un comité integrado como se venía haciendo.
Durante los años de vigencia los fondos generados por el Boleto Turístico han ayudado a la construcción de destino, es cierto que en muchos casos no sirvieron para los objetivos del Convenio original. La constitución de COSITUC el que en algún momento se convirtió en unidad ejecutora de Gasto y los costos generados en la administración del Boleto hicieron que por ejemplo el Qoricancha o convento de Santo Domingo primero y luego el Arzobispado fundador del convenio y responsable de la catedral del Cusco, el museo Arzobispal y San Blas se retiraran del Boleto Turístico Integrado.
Como dice el dicho “tras cuernos Palos” desafortunadamente durante la gestión de Marina Sequeyros, y de acuerdo al informe Especial Nº 323-2010 de la Contraloría General de la República se hallaron pruebas de peculado, colusión, negociación incompatible, proceso que concluyó el 6 de julio de 2017 condenando al ex gerente de Cosituc a siete años de pena privativa de la libertad efectiva por la comisión del delito contra la Administración Pública.
Luego de esta debacle el Boleto Turístico regreso a su antigua normalidad, este por ofrecer entradas en circuitos, obliga al usuario a comprar acceso a varios destinos juntos, por ejemplo, nadie puede visitar solo Chichero o solo Pisac o combinar Saqsaywaman con Pikillacta, además de tener una distribución porcentual fija entre las instituciones que los componen. EL BOLETO TURISTICO INTEGRADO se ha convertido en una camisa de Fuerza, que además afecta la recaudación. Los montos ingresados nos muestran claramente una caída sustantiva en los últimos meses del 2019 la venta ha disminuido en más del 40%. Es decir, hay turistas que renuncian a conocer Saqsaywaman, porque el precio es prohibitivo, para verlo también tienes que pagar otras visitas, (data oficial de MINCUL). Esto es antes de la pandemia.
La Pandemia del COVID19 nos impone una nueva realidad. Durante los últimos años y a consecuencia de los malos manejos del BTI se propuso la necesidad de crear un Boleto Electrónico. Hoy no solo necesitamos que este sea electrónico, sino que también por la necesidad de diversificar deberíamos lograr que el boleto sea flexible, que permita que cada usuario escoja lo que quiere visitar. Este Boleto además debería incluir, otros destinos Turísticos como los atractivos de naturaleza/cultura ubicados en el extenso territorio regional como: Wajrapucara, Suycutambo, Kanamarca, Queswachaca, Vitcos, Ñustahispana, Montaña de 7 colores, Ausangate, Langui-Layo, Laguna Humantay, Salcantay entre muchos otros
Un nuevo boleto Flexible, donde los usuarios puedan escoger los lugares que deseen visitar y que paguen por lo que escogen; tendrá muchos beneficios, además de no obligar a nadie a pagar por lo que no visita, ayudará a la necesaria dispersión de los flujos turísticos y permitirá que los ingresos de los municipios y gestores de los atractivos estén directamente relacionados con el número de visitantes.
Pero tal vez la más importante contribución de este nuevo esquema, es que será totalmente transparente y mucho más barato de implementar que la Hoy COSITUC plagada de ineficiencias y creemos que permitirá a que Instituciones como el Arzobispado y el circuito Religioso Colonial se reintegren al mismo. Lampadia