Se acabó el recreo
Pablo Bustamante Pardo
Expresidente de IPAE
Director de Lampadia
54 años después de finalizada la dictadura militar izquierdista de Velasco-Morales (1980), el Perú sigue atrapado en sus legados estatistas que solo dañan la vida de los ciudadanos.
Es cierto que esta tuvo una cola adicional de 10 años con los gobiernos de Belaunde y García I, pero ya pasaron más de 30 años desde la promulgación de la Constitución liberalizadora de 1993, y no atinamos a corregir errores muy costosos, como los monumentos anti-mercado en los servicios de aviación civil, petróleo y agua potable.
A estas tristes alturas, Corpac, Petroperú y Sedapal, tienen patente de corso para seguir dañando la economía nacional y la calidad de servicio en aspectos muy importantes.
Corpac
Corpac no solo nos ofrece pésimos servicios en los aeropuertos que maneja, como el del Cusco, sino que ha sido responsable de daños criminales que terminaron con la vida de tres inocentes bomberos en el aeropuerto Jorge Chávez por malas coordinaciones, y como hemos visto en video, por negligencia supina en la torre de control del aeropuerto.
En este caso, nadie asumió la responsabilidad, y los funcionarios dormilones siguen en sus puestos.
Corpac se viene oponiendo al uso de la segunda pista en el Jorge Chávez. Acaba de hacer lo mismo. Y algo increíble, nos dejó sin luces en el aeropuerto de Lima, habiendo dejado de atender más de 200 vuelos y 10,000 pasajeros, durante más de 10 horas, con todos los riesgo que implica el uso apurado de aeropuertos alternativos que no reúnen condiciones operativas mínimas.
Dicen que fue un corto circuito, pero ¿cómo es posible que para una operación tan delicada e importante no tengas sistemas de respaldo?
Increíble que Corpac esté en esta situación:
Corpac admite que paralización del Jorge Chávez podría repetirse. No hay garantías, ni plan de contingencia.
El bien público obliga a los funcionarios estatales a tomar decisiones valientes y severas, si es el caso, sin esconderse en legalismos.
Ver en Lampadia: Cuando Reagan despidió a los controladores aéreos.
Petroperú
También tenemos el caso de Petroperú, con su absoluta falta de transparencia, sin controles y con un uso discrecional de los recursos del Estado. Esta empresa permitió un grave deterioro continuo y permanente del oleoducto nor peruano, propiedad de todos los peruanos.
Ver en Lampadia: La agonía del oleoducto Norperuano
Se le acabó la ‘Tina’ a Petroperú (16 de marzo, 2016)
Por supuesto la estrella negra de su gestión es la refinería de Talara, que debió orientarse únicamente a reducir los contenidos de azufre en los combustibles que procesaba, con un costo que no debía pasar de US$ 1,500 millones. Pero ¡NO!, tenía que comprometer US$ 3,000 millones, luego 5,000 millones, y 6,000 millones. Pero no es suficiente, ya pide US$ 2,200 millones más. A este paso, el hueco llegará a un escandaloso total de US$ 10,000 millones.
Yo recuerdo una consultoría en la que participé hace unos 22 años. La empresa estaba negociando su pliego laboral y buscaron apoyo externo. Resulta ser que la empresa tenía ya un desbalance estructural, pues a lo largo de varios años, el costo de la planilla subía continuamente, mientras la productividad de la empresa disminuía sostenidamente. Una suerte de curva de la muerte para cualquier empresa.
Sedapal
Sedapal y las empresas de saneamiento municipal (EPS) son un nido de corrupción y pésima gestión.
No entienden que el servicio de agua potable debe darse durante 24 horas, y se solazan publicitando que pueden dar un servicio por horas, algo muy peligroso por los cambios de presión que sufren las redes.
Quienes tienen agua potable todo el día solo llegaban al 56% el 2019.
Tal como denunció el ministro de Vivienda Milton von Hesse, en Sedapal las mafias han logrado que los convenios laborales incluyan la posibilidad de heredar los puestos a los hijos de los trabajadores que se jubilan.
En Lima, la carencia de servicio lleva a las familias más pobres a tener que comprar agua a los repartidores, asumiendo un costo que puede llegar a doce veces lo que se paga en las zonas más exclusivas de la ciudad, y tienen que cargarla.
“Lo que importa es que los ciudadanos tengan agua – No privatizar Sedapal es inmoral”, advirtió el economista Carlos Adrianzén.
En Lima Metropolitana más de 1.2 millones de personas no acceden a la red de agua (IPE), durante los últimos 12 años el porcentaje de hogares con acceso a agua y desagüe en la capital se ha mantenido estancado alrededor de 90%. En algunos distritos, menos de la mitad de las viviendas accede a estos servicios.
Esas empresas pierden un porcentaje importante del agua que producen por fallas en las redes, y con frecuencia no facturan el agua que producen hasta en un 60%.
El Estado gasta más de 6 mil millones de soles al año para tapar los huecos presupuestales de esas empresas.
Veamos la diferencia con los servicios que fueron privatizados:
Telefonía: Antes de 1993, solo 3 de cada 100 peruanos tenía teléfono, debían esperar diez años y pagar hasta 2 mil dólares para obtener uno. El servicio se privatizó y hoy una línea fija se instala en tres días y hay 130 celulares por cada 100 habitantes.
La diferencia más notoria se da en las tarifas. Mientras las tarifas de internet desde celulares bajaron, las de agua subieron, como podemos ver en los siguientes cuadros.
“No importa de qué color sea el gato, con tal de que cace ratones,” dijo Deng Xiaoping y llevó a China a la prosperidad.
La inversión privada es mucho más eficiente incluso en los servicios públicos.
Los tres casos que hemos descrito son repudiables e insostenibles.
Lamentablemente, los políticos y los medios de comunicación han devenido en rehenes de las mafias, blandas y duras, que detentan el poder en instituciones del Estado, para beneficios particulares.
En nombre de ideologías caducas, se somete a los ciudadanos a sufrir servicios de pésima calidad, incluso con riesgos para la vida de ciudadanos inocentes, en aspectos esenciales de la vida moderna.
Esto no da más.
Se deben privatizar Corpac, Petroperú y Sedapal-EPS.
Lampadia