Rafael Venegas
Director Independiente de Empresas; Senior Advisor Spencer Stuart
Para Lampadia
Es un derroche de amor, el suelo mío y es que es el hijo del sol, el Perú mío. Es un gigante al que arrullan sus anhelos. Bello durmiente que sueña frente al cielo. Este, su sueño, comparten tres amadas. Desnuda costa, ilusionada. Exuberante, la selva apasionada y una tímida sierra enamorada.
¡Te amo, PERÚ!
Estos versos que son parte de la letra de la genial canción ¨Bello Durmiente¨ de Chabuca Granda, grafican poéticamente lo espectacular que es nuestro país. Rico en recursos y bellezas naturales. Mientras que su título nos recuerda que estamos adormilados y no aprovechamos las enormes riquezas que poseemos a lo largo y ancho de nuestras tres regiones, costa, sierra y selva, a las que le agregaría el extenso y acaudalado mar.
Chabuca nos evoca lo mismo que hace mas de siglo y medio expresó Antonio Raimondi en su famosa frase, ¨El Perú es un mendigo sentado en un banco de oro¨. Ambos nos llaman la atención por no ser capaces de unirnos y aprovechar las extraordinarias riquezas que poseemos como país, en favor de todos los peruanos. Esta realidad es la lamentable historia de nuestra vida republicana, que en unos meses mas cumplirá dos siglos de existencia.
Pero Chabuca y Raimondi no descubrieron nada nuevo ya que todos los peruanos sabemos perfectamente que esto es cierto y que, en mayor o menor medida es culpa de nosotros mismos.
Somos nosotros los que elegimos a gobernantes de mediocres para abajo, éstos a su vez generan las absurdas e irresponsables normas y la burocracia que son causa directa de la nefasta corrupción y de todo tipo de delitos, que no son sancionados debidamente por una ¨flexible¨ justicia y una reinante impunidad al servicio de la corrupción. Si a estos males les sumamos el tremendo deterioro de la ética y la falta de valores a todo nivel, mas la cada vez peor educación de nuestra niñez y juventud, tenemos el círculo vicioso perfecto.
Dado este terrible y desolador escenario nos preguntamos: ¿Existe alguna forma de despertar al Bello Durmiente? La respuesta obvia sería no, pero si hacemos un tremendo esfuerzo de optimismo, podríamos al menos soñar que si la hay.
De hecho, siempre hay soluciones posibles para los problemas, así estos sean gigantes. En este caso también la hay, pero está claro que su implementación sería tremendamente complicada. Esto debido a que este enorme problema esta enquistado en nuestro país. Es nuestro modus vivendi. Sin embargo, siguiendo un terco y fantasioso optimismo, veamos que se podría hacer.
Toda solución a un problema grande comienza por un análisis y reconocimiento de las causas y de los que las generaron (los culpables). Luego del mea culpa se debe sancionar adecuadamente, hacer un franco propósito de enmienda y generar las medidas de control y los candados para que no vuelva a suceder. Luego se acuerda y firma un nuevo compromiso con todas las partes involucradas y finalmente se procede a la implementación del nuevo plan (Basado en un Análisis FORD del Perú, tal como lo comentamos en artículos pasados publicados en Lampadia).
Hago énfasis en el tema del reconocimiento (mea culpa) y de las sanciones (castigos), porque la ausencia de estos elementos es la causa principal del fracaso y el caos, mientras que su firme presencia es la principal causa del éxito.
En el caso que nos ocupa, las causas las conocemos perfectamente y fueron descritas en un párrafo anterior. En cuanto a los culpables, todos sabemos quienes son los ¨activos¨, pero nunca consideramos a los ¨pasivos¨.
Culpables no son solo los que delinquen conscientemente como los corruptos, los traficantes de influencias, los funcionarios públicos irresponsables, los que negocian con su poder, los que roban o lucran con bienes públicos, los que toman decisiones públicas en provecho propio, etc. Estos son en su gran mayoría funcionarios o servidores públicos, pero también hay algunos empresarios. Ellos son los ¨culpables activos¨.
Pero también son culpables los que permiten que esto suceda y los que se dedican solo a criticar y siguen egoístamente con sus actividades lucrativas sin importarles el resto. Estos son los ¨culpables pasivos¨ y todos nosotros, en alguna medida lo somos por estar dormidos y no hacer nada al respecto.
Hace solo unos días Michael Porter, profesor emérito de la Universidad de Harvard y consultor experto en competitividad de los estados, dictó una conferencia virtual para ejecutivos y empresarios del foro Perú Sostenible 2020. Porter que conoce bien al Perú, sostuvo que la marcha de un gobierno, así como su éxito o fracaso, no es sólo tarea del Estado sino de una combinación Estado-Empresa. También afirmó que esto que él llama ¨Valor Compartido¨, es una clara característica de los países que vienen consiguiendo mayor bienestar y crecimiento en el mundo.
Porter argumentó que la Empresa puede satisfacer necesidades sociales muchísimo mejor que el gobierno, pues tiene mejores capacidades estratégicas y mayor talento. Aseveró que creer que la empresa se dedica solo a sus negocios y que el estado hace todo lo demás, es una visión muy simplista e ineficiente. Su consejo es que dado los problemas por los que atraviesa actualmente el país, es absolutamente necesario que el empresariado de una vez por todas se involucre y aporte sus competencias para complementar el trabajo del estado.
Esto, que mas que un consejo fue una llamada de atención, es una clara alusión a uno de los grupos mas relevantes de los ¨culpables pasivos¨: el empresariado. Pero el consejo no fue sólo para las empresas, lo fue también para el gobierno, para que sea este quien genere la nueva relación Estado-Empresa y también para la población en general, para que de una u otra forma participe en la solución.
Hay muchas cosas por hacer y el camino es muy largo y difícil, pero si no damos los primeros pasos cada uno desde sus respectivas trincheras, nuestro bello y rico país seguirá durmiendo y seguiremos siendo un mendigo sentado en un banco de oro. Podemos empezar eligiendo a mejores gobernantes en las próximas elecciones. Para esto debemos informarnos adecuadamente exigiendo a las autoridades electorales que sean muy estrictos en el filtro de candidatos y a estos demandarles que presenten detalladamente sus planes y los equipos técnicos que los acompañaran. Por su parte las empresas deben hacer propósito de enmienda e iniciar una participación mucho mas efectiva, a través de gremios profesionales y mucho mas activos en el desarrollo del valor compartido Estado-Empresa.
¡Propiciemos el despertar del Bello Durmiente, aunque sea pasito a paso! Lampadia